Mientras dos corrientes técnicas discuten sobre el agotamiento del crudo para después del 2030, llueven las posiciones sobre los negocios que desaparecen y los que emergen con las nuevas energías.
Según el reporte energético a corto plazo de la OPEP, los miembros de la organización recibirán este año 559.000 millones de dólares por exportaciones petroleras y, el próximo año, un aproximado de 675.000 millones de dólares. Es decir, el venidero año recibirán 116.000 millones de dólares más.
Es un contraste muy grande con el año pasado (2008), cuando el precio del barril de crudo llegó a 145 dólares y los 12 miembros de la OPEP registraron ingresos de 971.000 millones de dólares en exportaciones petroleras. Este monto es casi el doble (42%) de los ingresos obtenidos en el 2007.
Arabia Saudita sola registró 288.000 millones de dólares, representativo del 30% por ciento de la producción de la OPEP. No obstante el recorte de 4,2 millones de barriles diarios de la producción de la OPEP, el precio del crudo no ha podido establecerse en un precio promedio de 70 dólares el barril.
No es lógico que suba más de ese rango entre 60 y 70 dólares, porque el mercado, según los expertos, no está funcionando normalmente para que se incremente más. Hay abundancia de inventarios y las compañías están alquilando supertanqueros para almacenar crudos.
Las refinerías de Estados Unidos están trabajando a 84% de su capacidad, la demanda de gasolina ha caído en casi 2 millones de barriles diarios y las tarifas de los fletes han bajado significativamente. Estas no son las condiciones para que los precios hayan hecho intentos de pasar holgadamente por encima de los setenta dólares el barril.
Eso explica la reunión y posterior declaración de 20 congresistas demócratas de Estados Unidos, instando al nuevo organismo federal que vigila la especulación de los commodities, para que aplique con fuerza la nueva legislación que le otorgó el congreso y gobierno de EEUU contra la especulación del mercado a futuro.
Además, la recesión global que se está desarrollando, superior a la posterior después de la Segunda Guerra Mundial en 1948, está alejándose más rápido de lo esperado, pero la recuperación se mantiene en la fase primera, según el criterio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OECD).
Para el grupo de las siete economías más desarrolladas (G7) se estima una contracción de 3,7% este año, más leve que el 4,1% que se había pronosticado en junio. La capacidad de plena producción aún no es completa, hay bajos niveles de rentabilidad en los negocios, el desempleo no se ha detenido, el crecimiento ha sido anémico y los ingresos son débiles para el comercio y la industria.
Se presume una recuperación a la vista, pero tiene que materializarse, dijo el economista jefe Jorgen Elmeskov, de la OCDE en una entrevista a Bloomgerg News, donde expresó que debe mantenerse precaución en torno a la recuperación. Analizando el tercer trimestre, Estados Unidos tendrá 1,6%, Japón 1,1% , y la eurozona en conjunto 0.3%.
Tres países del G7 verán la contracción: Gran Bretaña que bajará 1%, Italia 1,1% y Canadá 2%. El año pasado, la teoría del peak oil de Hubbert agitó el mercado de tal forma que los precios llegaron en julio a 147 dólares el barril, en el primer semestre.
En un período de semanas, los precios del petróleo en el segundo semestre del 2008 se derrumbaron estrepitosamente, sin que haya influido la teoría de que el petróleo desaparecerá. No era la escasez, es que ya no había dinero para llenar el tanque de gasolina, en el entendido de que el transporte es casi la mitad del consumo mundial de hidrocarburos.
FECHA DECISIVA
Habrá más claridad el 7 de octubre próximo, cuando el Centro de Investigación de la Energía de Gran Bretaña anuncie la conclusión del reporte sobre el tope de producción y cuando se iniciará la declinación de la producción petrolera mundial, con nuevas fuentes de interpretación, como la teoría URR (ultimas reservas recobrables).
El último criterio técnico es que el petróleo puede desaparecer algún día, pero hay puntos de vista muy serios que aseguran que no es inminente. Influirán factores de altos precios a mediano plazo y la presencia de las nuevas tecnologías.
Como si nada sucediera, BP descubrió con la perforación del pozo Tíber1, en el golfo de México, en las zonas pre-sal, depósitos de crudo y gas, de cantidades entre 4.000 y 7.000 millones de barriles a 10.685 metros, unos 35.055 pies de profundidad, en el bajo terciario. Petrobras y otras firmas transnacionales han hecho grandes descubrimientos en las costas brasileñas, que cambian las perspectivas.
En medio de la perturbación del mercado, se ha producido aliento con los nuevos descubrimientos de Brasil, el golfo de México y las arenas petrolíferas de Canadá, y sin buscar más, está la gigantesca Faja del Orinoco. Mientras calificados sectores aseguran: “ignore el optimismo, la desaparición del petróleo es real”.
La ExxonMobil, con más de 100 años de actividad en la industria petrolera, asegura que se ha explotado 25% y falta por descubrir 75%, pero no será barato el petróleo futuro. Pero aparecen adversidades de otras energías: nuclear, eólica y una docena más, y la presencia de los autos eléctricos, híbridos, acompañados de nuevos combustibles, acabarán con muchos negocios y aparecerán otros.
Fuente: Petrolnews.net