El Observatorio Petrolero Sur [OPSur] es una organización que se formó en 2008 y actualmente tiene grupos de trabajo permanente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Neuquén y Río Negro (Argentina). Nuestro desafío principal es lograr que la producción y consumo de energía se haga de forma justa, democrática, saludable y sustentable. A tal fin, nos servimos de herramientas como la comunicación, formación, investigación e incidencia en políticas públicas en función de la articulación y creación de movimiento social.
Misión: desde abajo hacia arriba
El OPSur trabaja las acuciantes problemáticas de energía, ambiente y derechos colectivos con un abordaje holístico. Concibe la necesaria transición hacia otra matriz productiva y energética desde la perspectiva de justicia ambiental y social. En este sentido, su acción estimula y promueve la organización y participación para contrarrestar la concentración de poder, en pos del cambio social y la búsqueda de nuevas vías de desarrollo en armonía con la naturaleza.
El desafío: transitar hacia una sociedad sustentable y justa
La matriz energética argentina depende en un 90% del consumo de hidrocarburos. Los procesos poco transparentes de decisión y apropiación se encuentran fuertemente centralizados y privatizados. En las últimas décadas, como consecuencia de la relevancia de los actores corporativos y, en gran medida, trasnacionales, la Argentina no desarrolló una política soberana de diversificación y sustitución energética, al mismo tiempo que exportó masivamente petróleo y gas, perdiendo el autoabastecimiento.
Bajo esta lógica, el desarrollo industrial del sector agudiza la degradación ambiental, los impactos sanitarios y culturales al priorizar lógicas de mercado a costa del bien común. Esto conlleva la creación de ‘zonas de sacrificio’, territorios donde prima la apropiación del recurso en detrimento del interés y bienestar local. En general, los gobiernos no informan ni garantizan los derechos humanos y colectivos y, llegado el caso, ejercen violencia explícita e implícita sobre la población que resiste. Al mismo tiempo, las evidentes consecuencias del cambio climático, y las estrechas relaciones que éste guarda con el consumo de energías fósiles, extienden las problemáticas socioambientales a escala global.
Estos hechos se redoblan al tratar de satisfacer un consumo concentrado, incesante y exponencial, tanto a nivel nacional como internacional. Esto deriva en una constante expansión de la frontera petrolera hacia regiones sin antecedentes y costas afuera y la introducción de flamantes paquetes tecnológicos, como la técnica experimental para yacimientos no convencionales fractura hidráulica o fracking.
Por otro lado, en tanto los combustibles fósiles son la principal fuerza motriz del mercado mundial y protagonistas estrella del sistema financiero, el control de este recurso estratégico y no renovable alimenta múltiples conflictos diplomáticos y bélicos. Más allá de las especificidades de la Argentina, a nivel internacional las empresas transnacionales y los países centrales son actores privilegiados dentro de estas disputas y construcciones globales. Más aún, los hidrocarburos han desbordado la función energética para ser elementos constitutivos de agrotóxicos, plásticos, ropas y un sinfín de usos que han conformado una verdadera ‘civilización petrolera’.
En suma, entendemos que la raíz del problema es la explotación masiva de hidrocarburos para satisfacer una interminable sed energética, sustento material de un sistema que ha convertido a la humanidad y a la naturaleza en mercancías.
Nuestro trabajo: insumos para el cambio social
A fin de alcanzar el objetivo estratégico de que se produzca y consuma energía de manera justa, democrática y sustentable, el trabajo del OPSur se divide en tres programas interconectados:
- Territorios Libres de Petróleo: Frente al avance incesante de la industria, evitar ‘zonas de sacrificio’ consolida procesos de participación y organización, limita el poder del sector y crea condiciones para proyectos alternativos. De esta forma, se prioriza poner foco en políticas públicas, visibilizar y desarticular el mapa de poder que las promueve y comunicar la degradación ambiental generada al destacarse la falta información provista desde ámbitos públicos y privados.
- Justicia Ambiental: Para asegurar a todos los ciudadanos una vida digna y pacífica, es fundamental reparar la inequidad ambiental, económica y sanitaria. Se profundiza en la investigación, divulgación, reconocimiento y garantía de derechos tanto individiales como colectivos, en el fortalecimiento de políticas públicas participativas, en las que se cuente con información verídica, integral y pública para que las decisiones sean construcciones colectivas de uso justo y equitativo de los bienes comunes. Asimismo, se ahonda e incentiva en los procesos de control ciudadano y público sobre el sector.
- Soberanía Energética: La discusión en torno a la energía se entrelaza con los modelos de desarrollo que se proyectan en las sociedades, debate que hoy está dominado por sectores corporativos. En ese sentido, es importante trabajar la energía de manera amplia, más allá de las fuentes, debido a que su acceso, distribución y beneficios determinan el tipo de horizonte que se quiere alcanzar. En la búsqueda de nuevas perspectivas es necesario abordar cuestiones como la gestión, la integración, la soberanía, el desarrollo de tecnologías y la democratización de su acceso, entendiéndolo como un derecho humano fundamental.
El OPSur se ha convertido en un referente en la materia y alcanza sus objetivos a partir de los aportes financieros de organizaciones, fundaciones, sindicatos e individuos tanto del país como del extranjero. No forma parte de ningún partido ni depende de un gobierno o empresa.