Es un insumo clave y Mindlin lo necesita para expandir sus usinas eléctricas.
Natacha Esquivel
Mientras se prepara para tocar la campana en Wall Street el próximo viernes, lo que marcará el inicio de la cotización de las acciones de su grupo Pampa Energía en la Bolsa de Nueva York, Marcelo Mindlin ya comenzó a analizar un nuevo rubro.
El empresario, dueño de la distribuidora Edenor, de la transportadora eléctrica Transener y de cinco generadoras, está negociando con varias petroleras para poner un pie en el negocio del gas. YPF es una de las compañías con las que está hablando, pero no es la única, confirman en su entorno.
Sus allegados explican el interés de Mindlin en este rubro en que es clave para sus actuales negocios energéticos. Es que Pampa está expandiendo sus usinas eléctricas, que para funcionar utilizan gas, un bien escaso en la Argentina.
Por ejemplo, su Central Térmica Loma de la Lata, en Neuquén, acaba de asegurarse parte de su provisión gracias a un acuerdo con la petrolera Apache por 1,5 millones de metros cúbicos diarios. También instalarán una turbina para incrementar la capacidad en la producción de energía eléctrica.
Como es en el marco del programa “Gas Plus”, Pampa pagará US$ 5 el millón de BTU (la unidad de medida), el doble del mercado. Así y todo, la generadora utiliza 2,5 millones. El gas más caro se convierte también en energía más cara, ya que la nueva electricidad generada se puede vender a un valor mayor, también por el programa “Energía Plus”.
Claro que, si el gas es propio y la energía se puede comercializar a más del doble, el negocio suena mucho más atractivo.
El grupo Pampa tuvo ingresos por más de $ 2.000 millones en los primeros seis meses del año (la mitad gracias a Edenor). En el período ganó $ 196 millones.
Fuente: Clarín.com