Fronteras afuera

Nuevo plan de inversiones y salida de la Argentina

Repsol apuesta a Brasil y Venezuela
Cristian Carrillo
Mientras estudia la manera de reducir su participación en los negocios de su filial local YPF, el grupo español Repsol anuncia un agresivo plan de inversiones en el mundo, especialmente en países de la región. Durante un encuentro con inversionistas brasileños y venezolanos, el titular del holding, Antonio Brufau, reiteró este fin de semana la intención de la compañía de deshacerse de parte de sus negocios en la Argentina, a pesar de que le representan más de la mitad de sus ingresos. Según reconocieron a este diario fuentes de la compañía, la situación “ideal” para Repsol es una participación del 55 por ciento –actualmente es del 85–, del 25 para el Grupo Petersen y el 20 restante en la Bolsa. Ese desprendimiento es parte del plan de desinversión, a través del cual pretende obtener 6000 millones de euros (unos 8950 millones de dólares). Brufau justificó que la inversión de 15.000 millones de dólares que supone YPF es “demasiada” para el balance de Repsol.
Si bien el presidente del grupo aseguró que no pretende “malvender YPF” y que la desinversión será realizada con “tranquilidad y sin perder el norte”, los tiempos para la petrolera marcan otro ritmo. Los últimos descubrimientos en Brasil y Venezuela implican para Repsol una inversión adicional muy grande y que demandará deshacerse de participación en otras áreas que no considera tan estratégicas. Sólo en Brasil, la compañía necesitará invertir 10.000 millones de dólares durante los próximos diez o doce años en explotación de los yacimientos encontrados. Estudia varias opciones para financiar esa extracción, entre las que se destacan sacar a la Bolsa su filial en ese país, el intercambio de activos o algún tipo de acuerdo con su socio local Petrobras.
De acuerdo con un documento remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores de España y, posteriormente, a la Bolsa porteña, el volumen total de inversiones para el período 2008-2012 es de 8760 millones de euros (unos 13.000 millones de dólares). El monto se divide casi en partes iguales entre proyectos y exploración y mantenimiento de campos actualmente operando. El texto, que contiene estimaciones, objetivos y planes de negocios de la empresa, no toma en cuenta en sus cálculos la incidencia de las operaciones ni de las reservas que aportan la filial argentina. La presentación, utilizada por Brufau en su conferencia en Río de Janeiro, asegura la presencia de la compañía en 26 países (nuevamente, sin contar la Argentina).
En ese texto afirma que este año se hicieron quince descubrimientos, siendo para la empresa un “año histórico”. Entre los diez mayores hallazgos en el mundo de distintas petroleras, Repsol logró tres: en Brasil, Perú y Bolivia. En Venezuela se logró el primer descubrimiento comercial en una cuenca de “frontera”. La última perforación en Brasil, en Piracucá, permitió estimar una producción de 3476 barriles de crudo diarios y de 126.800 metros cúbicos de gas natural. Con esos nuevos descubrimientos, la empresa estima la incorporación de más de 500 millones de barriles a sus reservas.
La empresa prevé continuar con sus desarrollos en Perú, Brasil, Bolivia y Argelia. También pretende el año próximo avanzar en la actividad en Brasil, Golfo de México y Venezuela, mientras continúan los “sondeos” en Sierra Leona y Kazajstán y se prepara uno en Cuba.
Sin embargo, la reestructuración a nivel regional que está planteando la petrolera también incluye un cambio en la participación de sus negocios en YPF. La compañía baraja una salida a Bolsa o la venta directa a alguna firma, según comentó Brufau. Hace dos años anunció la intención de sacar a la Bolsa el 20 por ciento de YPF, pero esa operación se vio obstaculizada por la crisis mundial. Se habló también de una oferta hostil de la Corporación Nacional China de Petróleo, pero su director general de Operaciones, Miguel Martínez, la descalificó. En la empresa también rechazaron, en diálogo con este diario, que haya contactos con el gobierno nacional para una posible operación con el Estado.
Fuente: Página/12

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  1. Dura pelea entre accionistas en el corazón de Repsol
    La constructora Sacyr, con el 20% de la petrolera, busca destronar a Brufau.
    Juan Carlos Algañaraz
    El conflicto entre la dirección de Repsol y el grupo constructor Sacyr, su principal accionista, se ha transformado en una “guerra abierta”, según algunos medios españoles. Abrumada por una deuda de 11.500 millones de euros, Sacyr ha chocado frontalmente contra el propósito del presidente de Repsol, Antonio Brufau, de reducir el dividendo por la caída de los resultados, y no aceptar el reclamo de Sacyr, la Caixa y otros accionistas de limitar los planes de inversión de US$ 12.500 millones hasta el 2012.
    El principal objetivo de desinversión es YPF, una operación de venta que ya estaba anunciada pero sigue atascada. El presidente de Repsol señaló en Río de Janeiro que la empresa continúa interesada en desinvertir en YPF y estudia colocar parte de su capital en las bolsas de Nueva York y San Pablo. Brufau señaló que la inversión de US$ 15.000 millones que supone YPF es “demasiada” para el balance de Repsol, que, no obstante, quiere mantener una posición de control en la argentina. Añadió que Repsol no quiere “malvender YPF” y que la desinversión será hecha con “tranquilidad y sin perder el norte”.
    Repsol ya dio entrada en YPF a un socio local con la venta del 15% al grupo Petersen, lo que ha supuesto que “funcione mejor” y que haya dejado de ser un problema en Argentina, dijo Brufau.Hace dos años Repsol anunció su intención de sacar a bolsa un 20% de YPF, aunque la operación se paralizó debido a la inestabilidad de los mercados provocada por la crisis. “La salida a bolsa se hará tan pronto como veamos la oportunidad y en los mercados donde haya apetito de acciones como las de YPF”, sostuvo Brufau.
    Las relaciones Luis del Rivero, titular de Sacyr y Brufau, están bajo mínimos y algunos medios señalan que del Rivero y sus principales socios han comenzado a estudiar la posibilidad de promover la destitución de Brufau.
    En Río de Janeiro el titular de Repsol se negó a limitar su plan de inversiones y vender activos para respaldar el dividendo. Brufau envió mensajes directos, y duros, a Sacyr y la Caixa, lamentando “ciertos rumores y ruidos” exhortando a contemplar la situación “con la perspectiva del tiempo ” y reclamando “un pequeño sacrificio a todo el mundo para asegurar el futuro de Repsol”.
    “En una empresa grande no se puede ir improvisando. El plan estratégico (2008-2012) “es la Biblia. Aquí no hay tu tía”, proclamó Brufau. Afirmó después que “una empresa grande no puede variar su plan estratégico en función de los vientos”.
    Fuente: Clarín.com

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