La propuesta de reducción del dividendo, que según el mercado podría rondar el 20 por ciento, es modesta para una compañía que sufrió una caída del 50 por ciento en su beneficio y al mismo tiempo duplicó sus inversiones en los nueve primeros meses del año. Además, la petrolera necesitará más de los 244 millones de euros ahorrados por el recorte en dividendos para financiar su estrategia.
El revuelo que causó la propuesta informal del consejo de administración de Repsol-YPF de recortar el dividendo es un nuevo obstáculo al plan de reorganización de la firma, ya amenazado por la debilidad del mercado, objetivos conflictivos de los accionistas e interferencia política.
Según se ha escrito ampliamente en la prensa española, el mayor accionista de Repsol, la endeuda constructora SACYR, se opone al recorte y preferiría en su lugar que la firma venda activos o reduzca su plan de inversiones de 28.000 millones de euros (41.650 millones de dólares) hasta 2012.
Sacyr está altamente expuesta al sector inmobiliario y constructor español y su deuda de 12.000 millones de euros la convierte en un accionista inconveniente para una petrolera que tiene sus propios problemas de flujo de efectivo.
‘Sacyr probablemente no tendrá el apoyo de otros accionistas para bloquear la propuesta del presidente (de Repsol) de reducir el dividendo de 2009, pero él (el presidente de Repsol) tendrá que hacer concesiones a los accionistas clave mediante la aceleración de desinversiones y el recorte del gasto de capital’, señaló Flemming Barton, estratega bursátil de CM Capital Markets.
Una decisión de recorte de dividendo en la reunión que el consejo de Repsol tendrá el miércoles incrementaría el perfil de Sacyr como un vendedor de medio plazo de su participación, pero la fuerte caída de la acción de Repsol y la interferencia política vuelven improbable una venta en el corto plazo.
Sacyr adquirió su 20 por ciento de Repsol a más de 26 euros por acción en 2006, frente al precio actual de las acciones de la petrolera de alrededor de 18 euros, y contrajo deudas por 5.200 millones de euros para financiar esa compra.
Otro factor que limita la capacidad de Sacyr para salir de Repsol es la cuestión del potencial comprador.
El Gobierno español hasta ahora se ha opuesto abiertamente a la venta de participaciones significativas a eventuales compradores rusos o chinos, y ha dicho que quiere que Repsol siga en manos españolas.
PROBLEMAS DE FLUJO DE EFECTIVO
La alta exposición de Repsol a los débiles precios del gas y márgenes de refino, conjuntado con las robustas inversiones que lleva a cabo la petrolera, implica que Repsol gasta más de lo que gana, según destacan analistas.
El flujo de efectivo operativo del grupo en los primeros nueve meses del año fue de 3.720 millones de euros frente a unas inversiones de 7.790 millones. Las perspectivas para 2010 no parecen más saludables.
Repsol planea invertir alrededor de 5.500 millones de euros el año próximo, pero la debilidad en los márgenes de refino y los bajos precios de las gasolinas seguramente provocarán que el flujo de efectivo sea apenas positivo.
‘El uso de efectivo por parte de Repsol este año supera ampliamente su generación de efectivo’, remarcó Jason Kenney, analista de ING, quien estima un rendimiento negativo del flujo de efectivo del 15 por ciento para Repsol en 2009.
La compañía no ha facilitado sus propios objetivos de flujo de caja libre de 2009 ó 2010. Sus rivales también han sido muy cautos a la hora de dar pronósticos en medio de uno de los peores años en la historia de la industria petrolera.
¿DESINVERSIONES?
Un cambio de estrategia podría consistir en la venta de toda o parte de la participación del 30 por ciento de Repsol en la empresa española Gas Natural, pero esta opción probablemente crearía más divisiones entre los accionistas.
‘Un apoyo obvio para la expansión a largo plazo sería vender la participación de Repsol en Gas Natural, que es una inversión financiera periférica. Sin embargo, creemos que el accionista La Caixa probablemente no respaldará esa jugada’, comentó Kenney.
El propio presidente de la petrolera, Antonio Brufau, descartó tajantemente el pasado fin de semana en Brasil que Repsol fuera a vender su participación en Gas Natural.
La Caixa es el segundo mayor accionista de Repsol, con alrededor de un 14 por ciento del capital de la firma. Además, comparte con la petrolera el control de Gas Natural, donde ostenta una participación del 30 por ciento.
La participación indirecta de La Caixa en Gas Natural a través de Repsol permite que el banco controle a la empresa gasista con sólo un tercio de su capital.
Después de Gas Natural, otro activo líquido de alto valor de Repsol son sus operaciones de exploración y producción de petróleo en Brasil, valoradas por la petrolera en alrededor de 6.000 millones de dólares.
El presidente de la firma, Antonio Brufau, ha dicho que la compañía consideraría buscar socios para desarrollar las costosas inversiones brasileñas o sacar a bolsa la división de Brasil.
Las operaciones brasileñas de Repsol son la joya de su corona y perder la posición allí podría tener un impacto negativo, pero el grupo necesita de tres a cuatro años para completar la exploración en la zona y varios años y miles de millones de dólares más para desarrollarla.
Todo ello seguramente no calmará a Sacyr, que tiene que refinanciar la deuda que asumió para invertir en Repsol.
Es probable que la constructora evite quedar en evidencia en la reunión del consejo del miércoles y vote a favor del recorte de dividendo en línea con el resto de los miembros. Pero la presión sobre el presidente de Repsol para que revise el plan estratégico y empiece a generar efectivo rápido continúa.
Fuente: El Economista.es
MADRID, 23 nov (Reuters) – El revuelo que causó la propuesta informal del consejo de administración de Repsol-YPF de recortar el dividendo es un nuevo obstáculo al plan de reorganización de la firma, ya amenazado por la debilidad del mercado, objetivos conflictivos de los accionistas e interferencia política.
Según se ha escrito ampliamente en la prensa española, el mayor accionista de Repsol, la endeuda constructora SACYR (SYV.MC
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Sacyr está altamente expuesta al sector inmobiliario y constructor español y su deuda de 12.000 millones de euros la convierte en un accionista inconveniente para una petrolera que tiene sus propios problemas de flujo de efectivo.
‘Sacyr probablemente no tendrá el apoyo de otros accionistas para bloquear la propuesta del presidente (de Repsol) de reducir el dividendo de 2009, pero él (el presidente de Repsol) tendrá que hacer concesiones a los accionistas clave mediante la aceleración de desinversiones y el recorte del gasto de capital’, señaló Flemming Barton, estratega bursátil de CM Capital Markets.
Una decisión de recorte de dividendo en la reunión que el consejo de Repsol tendrá el miércoles incrementaría el perfil de Sacyr como un vendedor de medio plazo de su participación, pero la fuerte caída de la acción de Repsol y la interferencia política vuelven improbable una venta en el corto plazo.
Sacyr adquirió su 20 por ciento de Repsol a más de 26 euros por acción en 2006, frente al precio actual de las acciones de la petrolera de alrededor de 18 euros, y contrajo deudas por 5.200 millones de euros para financiar esa compra.
Otro factor que limita la capacidad de Sacyr para salir de Repsol es la cuestión del potencial comprador.
El Gobierno español hasta ahora se ha opuesto abiertamente a la venta de participaciones significativas a eventuales compradores rusos o chinos, y ha dicho que quiere que Repsol siga en manos españolas.
PROBLEMAS DE FLUJO DE EFECTIVO
La alta exposición de Repsol a los débiles precios del gas y márgenes de refino, conjuntado con las robustas inversiones que lleva a cabo la petrolera, implica que Repsol gasta más de lo que gana, según destacan analistas.
El flujo de efectivo operativo del grupo en los primeros nueve meses del año fue de 3.720 millones de euros frente a unas inversiones de 7.790 millones. Las perspectivas para 2010 no parecen más saludables.
Repsol planea invertir alrededor de 5.500 millones de euros el año próximo, pero la debilidad en los márgenes de refino y los bajos precios de las gasolinas seguramente provocarán que el flujo de efectivo sea apenas positivo.
‘El uso de efectivo por parte de Repsol este año supera ampliamente su generación de efectivo’, remarcó Jason Kenney, analista de ING, quien estima un rendimiento negativo del flujo de efectivo del 15 por ciento para Repsol en 2009.
La compañía no ha facilitado sus propios objetivos de flujo de caja libre de 2009 ó 2010. Sus rivales también han sido muy cautos a la hora de dar pronósticos en medio de uno de los peores años en la historia de la industria petrolera.
¿DESINVERSIONES?
Un cambio de estrategia podría consistir en la venta de toda o parte de la participación del 30 por ciento de Repsol en la empresa española Gas Natural, pero esta opción probablemente crearía más divisiones entre los accionistas.
‘Un apoyo obvio para la expansión a largo plazo sería vender la participación de Repsol en Gas Natural, que es una inversión financiera periférica. Sin embargo, creemos que el accionista La Caixa probablemente no respaldará esa jugada’, comentó Kenney.
El propio presidente de la petrolera, Antonio Brufau, descartó tajantemente el pasado fin de semana en Brasil que Repsol fuera a vender su participación en Gas Natural.
La Caixa es el segundo mayor accionista de Repsol, con alrededor de un 14 por ciento del capital de la firma. Además, comparte con la petrolera el control de Gas Natural, donde ostenta una participación del 30 por ciento.
La participación indirecta de La Caixa en Gas Natural a través de Repsol permite que el banco controle a la empresa gasista con sólo un tercio de su capital.
Después de Gas Natural, otro activo líquido de alto valor de Repsol son sus operaciones de exploración y producción de petróleo en Brasil, valoradas por la petrolera en alrededor de 6.000 millones de dólares.
El presidente de la firma, Antonio Brufau, ha dicho que la compañía consideraría buscar socios para desarrollar las costosas inversiones brasileñas o sacar a bolsa la división de Brasil.
Las operaciones brasileñas de Repsol son la joya de su corona y perder la posición allí podría tener un impacto negativo, pero el grupo necesita de tres a cuatro años para completar la exploración en la zona y varios años y miles de millones de dólares más para desarrollarla.
Todo ello seguramente no calmará a Sacyr, que tiene que refinanciar la deuda que asumió para invertir en Repsol.
Es probable que la constructora evite quedar en evidencia en la reunión del consejo del miércoles y vote a favor del recorte de dividendo en línea con el resto de los miembros. Pero la presión sobre el presidente de Repsol para que revise el plan estratégico y empiece a generar efectivo rápido continúa.