Por Guillermo Alonso de Armiño.- Se nos ha explicado detalladamente que el estallido de la burbuja inmobiliaria estadounidense originó la actual crisis. Pero nadie nos ha explicado por qué estalló esta burbuja. Lo que a continuación van a leer les va a parecer extraño, y es normal, ya que han sido adoctrinados en términos como subprime, trocear hipotecas y demás tecnicismos, pero nadie les ha mostrado los fundamentos con los que trato en este artículo: la crisis energética.
Es verdad que en los excesos financieros se llegaron a conceder enormes hipotecas a gente con pocos recursos. ¿Pero qué hizo que toda esta población dejara de pagar de golpe, todos a la vez? La respuesta está en el precio del barril de petróleo, que estaba en una escalada continua de precios, alcanzando su máximo histórico, 147 dólares por cada barril de petróleo. El encarecimiento de la energía produjo el alza de los alimentos y del transporte y los estadounidenses subprime (de bajos ingresos) no llegaban a fin de mes. Fueron dejando de pagar sus hipotecas para poder comer.
Aquí en nuestras tierras, el 9 de Junio de 2008, cuando el barril tocaba ya los 120 dólares, España se sumaba a la huelga europea masiva de transportistas, agricultores y pescadores contra el alza del precio del petróleo. Miles de camiones, tractores y barcos quedaron parados, y como muestra de su determinación, un titular de prensa de aquel cercano día: “Los transportistas advierten de que continuarán con las protestas y que están listos para la victoria o la cárcel”. No les salía rentable arrancar los tractores, camiones y barcos para trabajar, pagando el petróleo a 120 dólares el barril. Nuestro sistema de vida es totalmente inestable con un precio de barril de petróleo a 120 dólares.
La gráfica doble muestra en una línea a trazos el precio del barril en dólares actuales (USD. descontando el efecto de la inflación). Y mediante una línea continua la producción mundial en Millones de Barriles por Día (MBD). De 1984 a 2004 el precio se ha movido en torno a la horquilla 20-40 dólares por barril, mientras la producción pasaba de 60 a 80 MBD. A partir de 2004 a pesar de que el precio del petróleo se incrementa más de un 300%, la producción apenas logra aumentar un 6%, de 80 a 85 MBD. En conclusión, la producción mundial de petróleo tocó techo en el verano de 2008. Este hecho es conocido como “El cenit del petróleo” o Peak oil en inglés.
El cenit del petróleo se refiere al punto máximo de extracción mundial de petróleo y al impacto devastador que tiene sobre la economía y nuestros sistemas de alimentación y transporte cuando la producción comienza a disminuir y la demanda mundial de petróleo supera siempre a la oferta.
El alto precio del petróleo pinchó la burbuja inmobiliaria más grande, las hipotecas subprime estadounidenses. Ésta es la causa principal de la crisis actual. El alto precio de la energía hizo que subiera el precio de los alimentos y del transporte, provocando que las familias estadounidenses no llegaran a final de mes, dejando de pagar su hipoteca al banco. El incremento de los precios durante esta época fue el más alto desde hacía 35 años (desde la crisis de petróleo de la guerra del Yom kipur)
La crisis por el alto precio trajo la disminución del consumo de petróleo y la estabilización de los precios del barril, esta vez en torno a los 80 dólares/barril… hasta que se produzca la recuperación y vuelta a empezar el rally alcista.
Si se fijan en la gráfica histórica en 2007, a 86 dólares el barril esperábamos que bajara de precio acostumbrados a un histórico de precios de entre 20-40 dólares. Piense que, por ejemplo, los presupuestos de España para el año 2005 se habían efectuado para un precio del petróleo de 30 dólares por barril. Hoy conocemos, o mejor dicho deberíamos conocer, que el futuro, es una escalada brutal del precio del petróleo, es decir, del precio de la energía.
Las implicaciones de esta realidad geológica, el agotamiento del petróleo barato, son tan potentes que cuando una persona es expuesta por primera vez a los hechos del cenit del petróleo la primera reacción es la negación de los datos. No pasa nada, es una reacción normal y en pocos días se pasa. Después vienen otras fases: miedo, aceptación y finalmente búsqueda de soluciones.
Por desgracia el cenit del petróleo y sus irremediables e inmediatas consecuencias no es un tema difundido ampliamente entre los ciudadanos. Espero con este sucinto artículo motivar el interés de suficientes ciudadanos, y podamos, cuanto antes, motivar actuaciones conjuntas para afrontar la verdadera crisis que tenemos. Esto requerirá el planteamiento de acciones estratégicas a largo plazo, con acciones intermedias o tácticas a corto y medio plazo. Y la adopción de medidas correctoras inmediatas. Debemos plantearnos el paso de una sociedad basada en el petróleo a otra que utilice fuentes energéticas alternativas. Todo ello acompañado de cambios importantes en los hábitos de consumo.
Este tipo de planificación requiere de una capacidad de organización social y política que va más allá de los planteamientos partidistas actuales a 4 años vista (y a veces ni eso). Hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre y no maquillar los datos de la crisis con falsas recuperaciones económicas que no son más que espejismos de un futuro muy incierto.
¿Estamos dispuestos a plantearnos futuros energéticos alternativos? Si seguimos por la senda actual no nos espera más futuro que una sucesión continua de crisis económicas acompañadas de conflictos sociales, nacionales e internacionales, cada vez más graves, como consecuencia de la lucha por el control de las pocas fuentes energéticas que quedan. Ésta es la razón principal por la que es necesario empezar a exigir un cambio del actual modelo energético. Pero primero debemos estar bien informados de la realidad. Espero que este primer escrito os anime a hacerlo.
Guillermo Alonso de Armiño y Érase. Ingeniero Industrial Superior.
Rebelión