Por Florencia Donovan. Fueron los años de la burbuja puntocom, de la devaluación argentina, de la crisis de las hipotecas subprime, del apogeo de los BRIC (Brasil, Rusia, la India y China) y del ocaso de los Piigs (por Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España), y hasta la guerra de monedas. Pero, por sobre todo, la de los años 2000, también es la década en la cual los inversores decidieron regresar a las fuentes, ya que en estos 10 años los activos relacionados con materias primas -como las commodities agrícolas, los metales o el petróleo- se destacaron, de lejos, como las mejores inversiones del período.
Según datos del Instituto Argentina de Mercado de Capitales (IAMC), en los últimos 10 años el barril de petróleo pasó de cotizarse US$ 25,8 en diciembre de 2000 a US$ 81,5 a fines de octubre pasado (215,9%), mientras que la onza de oro -otro de los ganadores- trepó en el mismo período de US$ 272,65 a US$ 1358,8 (398,4%). Y la soja, gran responsable de la bonanza económica de la Argentina posdevaluación, pasó de US$ 183,5 a US$ 450,5 (145,5%).
“Creo que ha sido uno de los mejores ciclos de los últimos 40 años para las materias primas”, señala Javier Salvucci, jefe de Research de la sociedad de Bolsa Silver Cloud Advisors. El crecimiento mundial, sostenido en los tiempos de la crisis internacional por los países emergentes como China y la India, fue sustento del encarecimiento de los precios del petróleo y de las materias primas agrícolas como la soja. El oro se transformó, sobre todo en los últimos tiempos, en el refugio por excelencia ante la desvalorización del dólar en el mercado internacional, y una de las grandes apuestas especulativas de los fondos e inversores del mundo.
“Muchas de las subas en el mercado local están ligadas al 100% con la suba de las commodities”, continúa Salvucci. No sorprende luego que, entre las acciones que cotizan en la Bolsa porteña, Tenaris (produce tubos para la industria petrolera) sea la abanderada de la década, con una suba en dólares de 1925,7%, escoltada por Agrometal (maquinaria agrícola), con 1420%; Molinos Juan Semino (harinas), con 1257%; Bodegas Esmeralda, con 795,7%, y Ledesma (azucarera), con 782%.
“En Tenaris se conjugan tres cosas: la liquidez que tiene el papel, que es el de mayor volumen del mercado, el vínculo con el petróleo, y el hecho de que, por su actividad, representa una inversión en dólares que, de alguna manera, ofrece al inversor argentino protección sobre posibles devaluaciones [tal como sucedió en enero de 2002]”, agrega Leopoldo Olivari, operador de Bacqué &Cía. Sociedad de Bolsa.
Existen, sin embargo, algunas compañías cuyo comportamiento estuvo ligado a circunstancias propias de la economía argentina, como el caso de Rigolleau (1558,4%), una fabricante de vidrio que se vio beneficiada con la devaluación y el proceso de sustitución de importaciones, o de Ausol (-69,5%), Metrogas (-68,4%) y Telefónica de Argentina (-59,9%), todas ellas perjudicadas por el congelamiento de tarifas que se mantiene hasta la fecha.
En términos generales, no obstante, no es arriesgado afirmar que hasta los inmuebles, que según un relevamiento de la consultora especializada Reporte Inmobiliario, treparon en dólares entre un 70% (en Recoleta) y hasta 125% (Palermo Hollywood) según la zona, sacaron ventaja del boom del agro.
Claro que el corralito, la devaluación, la pesificación y el default de la deuda pública dejaron su huella en la década, y no sólo en los miles de ahorristas que perdieron sus ahorros, sino que el índice de bonos argentinos del IAMC acumula apenas una mejora de 20% en todo el período y la performance de la bolsa local (82,2%) pierde brillo cuando se la compara con otras bolsas emergentes, como la de Brasil, cuyo índice Bovespa avanzó casi 300% en el mismo período.
Lo que se viene
Aunque el gran perdedor de la década igualmente parece ser EE.UU., con un índice S&P 500, que mide la variación de las principales empresas de ese país, acumulando pérdidas de más de 10%. “Estaba en valores muy altos a fines de los 90, y después le agarró Internet y la crisis de 2008, momento en que de un máximo de 1500 puntos llegó a caer a un mínimo de 666”, recuerda Eduardo Fernández, de Rava Sociedad de Bolsa. Para Olivari, en tanto, “si uno proyecta estos resultados están demostrando que EE.UU. lentamente va perdiendo fuerza contra otros países en crecimiento, como los famosos BRIC”.
De cara a la nueva década que comienza, los analistas coinciden en que en el exterior los activos vinculados a la tecnología serán apuestas atractivas, ya que, según Salvucci, “es donde está cambiando todo”. Mientras que en el mercado local Olivari se anima a los bancos, dado que todavía hay camino por recorrer en términos de bancarización. Tanto en el exterior como en la Argentina, sin embargo, los analistas aseguran que mantenerse fiel a las fuentes -alimentos y petróleo- seguirá pagando.
La Nación