Pagará US$ 66 millones por la refinería y 360 estaciones de venta de combustible
Por Francisco Olivera.- Cristóbal López, dueño del grupo Casino Club, llegó el 25 del mes pasado a un acuerdo definitivo con Petrobras para comprarle la refinería que la estatal brasileña tiene en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, y 360 estaciones de servicio en todo el país. Así lo afirmaron a LA NACION fuentes de la negociación.
López ya había pagado 40 millones de dólares por la destilería y las estaciones a fines del año pasado (35,4 millones más impuestos), pero discutió durante varios días más el stock de petróleo almacenado en los tanques, por el que finalmente aceptó desembolsar 66 millones de dólares en tres cuotas: a 30, 60 y 90 días.
Al acuerdo se llegó después de largas conversaciones por los líquidos acumulados. La suma final es algo inferior a lo que, en su momento, había anunciado oficialmente Petrobras. “El valor total de la transacción está estimado en aproximadamente 110 millones de dólares”, había dicho la empresa brasileña en mayo del año pasado, en un comunicado enviado a las bolsas de Buenos Aires y San Pablo. Las negociaciones habían empezado en realidad a fines de 2009.
Con la compra, López adquirió una red de estaciones de servicio extendida en el sur de la provincia de Buenos Aires y Santa Fe, en Córdoba, Santiago del Estero y Salta, entre otras áreas, y más 42 de lo que los petroleros conocen como “agroestaciones”, que venden gasoil a productores agropecuarios.
La nueva marca del empresario de los casinos se llamará Oil, cuya primera estación sería inaugurada en San Lorenzo en abril próximo, dos semanas después de la finalización del lapso de 60 días fijado para el traspaso de los sistemas operativos de la empresa vendedora a la compradora. Hijo de españoles instalado en Comodoro Rivadavia desde su infancia, López abrirá también, de manera simbólica, una boca de expendio en esa ciudad.
Los destinos de Oil serán conducidos por el chubutense Fabián De Souza, presidente y accionista de la petrolera Oil M&S, la empresa de servicios petroleros de López que se ha presentado y ha ganado licitaciones tanto en la Argentina como en Brasil.
Un año para reconvertirse
López tiene un año para convertir las 360 estaciones de servicio adquiridas, muchas de las cuales están instaladas en el conurbano bonaerense, y otras 14 en la Capital Federal.
Se hará cargo de las operaciones de las 360, incluso de aquellas que no hayan sido todavía convertidas a la nueva bandera, en cuyos casos recibirá inspecciones periódicas de Petrobras, ya que estará vendiendo una marca ajena. Deberá ceder, además, el nombre Spazio 1, que los brasileños utilizan para las tiendas de compras en las estaciones.
Aunque el volumen de crudo que produce Oil M&S es todavía pequeño, López dijo el año pasado que pretendía llegar a procesar, en un plazo de tres años, entre un 30 y un 45% de petróleo propio. Y que invertiría 150 millones de dólares en los próximos años para poner en condiciones la destilería, un activo relativamente pequeño si se lo compara con otras refinerías.
La instalación tiene capacidad para procesar unos 7000 metros cúbicos de petróleo por día -cuatro veces menos que, por ejemplo, la que tiene YPF en Ensenada- y está más preparada para producir gasoil liviano o fueloil, conocidos en el sector como “destilados medios”, que cualquier otro combustible. Refinar fluidos de alta calidad, como la nafta de alto octanaje, obligaría a los nuevos dueños a agregar aditivos o a recurrir a una planta reformadora como la que tiene en la zona la firma Petroquímica Argentina SA. De ahí la inversión millonaria a que estará sujeto el negocio.
La Nación