La operación se haría entre 800 y 850 millones de dólares; deberán cambiar la marca
Alejandro Rebossio y Francisco Olivera
LA NACION
Tal vez la semana próxima, con el final de los festejos por el Año Nuevo chino -el año del conejo de metal-, los Bulgheroni anunciarán un paso significativo que los convertirá en lo que el sector petrolero conoce como “integrados”: la compra de la refinería de Campana y las casi 450 estaciones de servicio que Esso, la filial argentina de Exxon Mobil, tiene en el país. La operación ya está acordada, pero se habría demorado porque los nuevos socios de Pan American Energy, la compañía china Cnooc, pidieron participar de la firma del contrato de compra tras las dos semanas del feriado en su país.
No parece una mala decisión. El horóscopo asiático indica que habrá que ser precavidos en el año del conejo: será tranquilo, propenso a las artes y a la diplomacia, pero también lleno de “espejismos engañosos porque los políticos fluctuarán sin acabar de definirse”. De ahí los reparos que, principalmente en la compañía vendedora, han mostrado en los últimos días para dar a conocer el pacto: ¿aprobará el gobierno argentino la operación, mientras Defensa de la Competencia no se ha expedido aún ni sobre el ingreso de Cnooc ni sobre la ampliación del control de Bridas en Pan American Energy? Ambas compras se concretaron el año pasado.
El mercado energético argentino de los últimos años ha sido prolífico en sorpresas. En 2006, Petrobras tenía cerrada la venta de su parte en la transportadora eléctrica Transener al fondo norteamericano Eton Park y había incluso recibido una seña de US$ 11 millones. Pero el Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE) y Defensa de la Competencia objetaron la operación y, meses después, el Gobierno facilitó el ingreso de la estatal Enarsa y la cordobesa Electroingeniería.
Ni en Esso ni en Pan American quisieron ayer hacer declaraciones al respecto. La venta, de la que han participado ejecutivos del sector financiero y cuya ingeniería recayó en el banco JP Morgan, se habría cerrado en una suma que oscila entre 800 y 850 millones de dólares. La idea de ambos participantes es no incluir esta cifra en el comunicado.
Adiós a una marca de 100 años
Una vez anunciada la noticia, los automovilistas argentinos se encontrarán con dos novedades. La primera y más significativa será la desaparición de la marca Esso de los surtidores del país, después de exactamente cien años. Fue excluida de la operación, por lo que habrá que pensar en nombres nuevos. La segunda: la unción de los Bulgheroni como dueños de una petrolera integrada, es decir, con negocios tanto en la producción de crudo (lo que hacen hasta ahora) como en la refinación. Es decir, un estatus similar al que tiene YPF. Esso, en tanto, conservará sus actividades más importantes en producción, como los activos que explota en la provincia de Neuquén.
La extensa negociación entre los Bulgheroni y los norteamericanos dejó afuera, finalmente, a otros agentes poderosos que pretendían los activos de Esso, como la venezolana Pdvsa. La industria petrolera regional comenta todavía un rumor publicado el 3 de este mes en el diario El Universal, de Caracas. Allí se contaba que, durante la reciente visita de la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, a la Argentina, ella y su par Cristina Kirchner hablaron del líder bolivariano Hugo Chávez y de Pdvsa. El texto, firmado por el periodista Nelson Bocaranda Sardi, afirma que ambas jefas de Estado “coincidieron en que ninguna empresa de sus países que hizo obras conjuntas con nuestro país [por Venezuela] pudo cobrar”.
Según el texto, “la dama de Brasil insistió en que no hará ninguna asociación o negocio petrolero con Chávez y que tiene una comisión investigando los acuerdos firmados, de los cuales ha rechazado varios. La dama de la Argentina le contó las vicisitudes que han pasado con los convenios con Chávez. Como chiste, le contó la opereta montada con la pretendida compra de estaciones de servicio de Exxon y de Shell, en dos negocios de los cuales aún no se ha logrado nada tras varios años de «negocios entre funcionarios corruptos de aquí y de allá»”.
En diciembre pasado, en Mar del Plata, durante la Cumbre Iberoamericana y ante la consulta de LA NACION, Alejandro Bulgheroni, CEO de Pan American Energy y hombre de muy bajo perfil mediático, no negó el objetivo. “A nosotros nunca nos interesaron las estaciones de servicio, pero la mayor parte del petróleo de Esso es provista por nosotros. Hay sinergias entre nosotros. No le puedo decir nada, pero hay sinergias entre nuestro petróleo y lo que refina Esso.”
Los festejos por el Año Nuevo chino empezaron el 3 de este mes y duran dos semanas. Terminado ese lapso, podría darse a conocer oficialmente la novedad, que deberá ser sometida a la aprobación oficial, el factor más perturbador que podría encontrar en el país.
Aunque ni el ingreso de Cnooc ni la ampliación de capital de Bridas le hayan atribuido a Pan American Energy posición dominante en el mercado argentino, no sería la primera vez que sueños petroleros son frustrados por Estados más bien propensos a la intervención. Basta con repasar, otra vez en el horóscopo, los nombres de algunos conejos célebres: Confucio, Catalina de Medicis, María Antonieta, Marie Curie, Albert Einstein, Marguerite Yourcenar, Ingrid Bergman, Edith Piaf, Orson Wells, Joseph Stalin y Fidel Castro.
CRONOLOGIA DE ESSO
* 1911
Inicios
Llamada West Indian Oil Company, empieza a refinar sus productos en una planta comprada a un consorcio austro-húngaro en Campana.
* 1960
Nafta Extra
Implementa el proyecto de cracking catalítico, lo que permite el lanzamiento al mercado de la nafta extra en 1962.
* 2007
Anuncio de venta
La empresa colgó el cartel de venta por primera vez, tras más de 90 años de presencia en el país.
* 2008
Posibles compradores
Petrobras quiso comprarla, pero el Gobierno sugirió que desistiera.Panamerican Energy realizó un estudio del paquete que se ofrecía.
* 2010
Nuevos ofertantes
Además de Petrobras y Pan American Energy, también mostraron interés Pampa Energía y la venezolana Pdvsa. Finalmente, la compra sería concretada por los Bulgheroni.
La Nación