El Gobierno pagará esa cifra para importar el fluido faltante este año, a un costo mucho más alto que el de producirlo localmente
Oliver Galak
LA NACION
Que el suministro de gas en la Argentina dista de ser el ideal es un hecho del que pueden dar fe, por ejemplo, las más de 300 industrias que desde hace dos semanas no reciben el fluido. Aun así, para sostener este insuficiente nivel de abastecimiento, el país transferirá este año al exterior recursos por más de $ 10.000 millones, para pagar gas importado.
El sistema recibe actualmente más de siete millones de metros cúbicos de gas provenientes de Bolivia y otros 18 millones a través de los buques regasificadores que operan en Bahía Blanca y en Escobar (transportan gas licuado extranjero que, al llegar a puerto, es reconvertido en gas natural, apto para la red local).
Los cálculos más conservadores, tanto en volumen como en precio, estiman que la factura de esas operaciones para todo 2011 ascenderá a más de US$ 2600 millones, entre tres y cuatro veces el monto total importado en 2010. Sin embargo, recientemente el precio del gas que Bolivia le vende a la Argentina sufrió un fuerte aumento, por lo que no es descabellado pensar en que al final del año se habrán gastado unos 4000 millones en materia de importaciones.
El panorama para los próximos años es aún más preocupante: si hoy se importan unos 25 millones de metros cúbicos diarios, el Gobierno ya tiene en marcha diversos planes para elevar el volumen de gas importado a más de 70 millones de m³ por día.
Con este panorama, nada hace prever que en el corto plazo se recuperará la producción local de gas, que en los últimos siete años cayó 8%. El gas que se paga a los productores locales cuesta entre 20 y 25% de lo que se paga por el mismo volumen importado.
El ex secretario de Energía Daniel Montamat estimó que entre el gas boliviano y los barcos regasificadores ingresarán este año un promedio de 20 millones de m³ por día. Con un conservador cálculo de diez dólares el millón de BTU (una medida que equivale a unos 27 m³), llegó a la conclusión de que el país pagará no menos de US$ 2600 millones para importar gas. El especialistas pronosticó que, aun manteniendo los precios actuales, en muy poco tiempo las importaciones triplicarán esa cifra.
Proyectos
Este cálculo surge de los proyectos que hay en marcha. Por un lado, está previsto que en los próximos diez años Bolivia envíe un volumen creciente de gas hasta alcanzar los 27,7 millones de metros cúbicos por día en 2021. Además, se acaba de firmar un convenio con Qatar para importar gas natural licuado (GNL) por 16 millones de m³ por día durante 20 años. Habría que sumar también unos diez millones que podrían venir de Uruguay cuando esté lista la planta regasificadora de Montevideo, y no se debe descartar la creación de una nueva instalación de conversión de GNL a gas natural en las cercanías de Bahía Blanca.
“Uruguay está a punto de encontrar petróleo propio, y nosotros, al revés, festejamos la inauguración de plantas de regasificación”, opinó Gustavo Calleja, especialista en energía y presidente del grupo Moreno. “A partir de ahora, cada año va a ser peor. Y la explosión va a llegar cuando no alcance para los domicilios”, vaticinó. Según sus cálculos, la factura de importación de gas en 2011 oscilará entre 3000 y 6000 millones de dólares.
Un factor que pasará a engrosar los costos de importación es el incremento que sufrió recientemente el gas boliviano destinado a la Argentina. Desde el 1° de este mes y hasta fin de septiembre, costará 10,20 dólares el millón de BTU. Eso es un 16% más que lo que se pagaba hasta hace dos semanas y un 34% más de lo que se pagaba hasta hace sólo tres meses.
Ese precio surge de una fórmula de ajuste acordada entre la empresa estatal de Bolivia, YPFB, y la argentina Enarsa, según la variación de una canasta de fuel oil y gasoil, que a su vez siguen indirectamente la cotización del barril de petróleo.
La fórmula elegida arroja precios más caros que los que paga Brasil, que desde este mes le abonará a Bolivia US$ 8,14 el millón de BTU (dos dólares menos que la Argentina).
En un comunicado, el diputado Claudio Lozano (Proyecto Sur) vinculó el crecimiento de la importación de gas con la caída de la producción local y destacó que así se ha contribuido a engrosar la cuenta de subsidios al sector energético, “donde se observa un aumento del 1272% en sólo cinco años”, ya que pasaron de 1896 millones de pesos en 2005 a 26.022 millones en 2010.
La Nación