Por Gonzalo Ortiz.- El modelo de consumo de energía de origen fósil, puesto en cuestión por los ambientalistas, no parece estar en peligro en América Latina y el Caribe, dado el gigantesco salto en las reservas probadas de petróleo en los últimos años.
Las existencias conocidas de petróleo de la región ya llegan a 20 por ciento de los casi 1,7 billones de barriles que hay bajo tierra en el mundo.
El abanderado es Venezuela, que en febrero se convirtió en el país con más cantidad de ese combustible en el subsuelo del planeta al certificar 297.000 millones de barriles, gracias el crudo pesado de la Franja del Orinoco.
Mientras que el aumento de los descubrimientos confirmados desde 2009 fue de 20 por ciento en el orbe, en América Latina y el Caribe fue de 40 por ciento. Venezuela concentra 85 por ciento de las reservas de crudo de la región, que a su vez es la segunda con más cantidad en el mundo, detrás de Medio Oriente, con 55 por ciento, según las cifras recopiladas por la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) para el seminario que finalizó este miércoles tras dos días de sesiones en Quito.
Los datos divulgados en el I Seminario Latinoamericano y del Caribe de Petróleo y Gas, organizado por la Olade en colaboración con el Ministerio de Recursos Naturales No Renovables del Ecuador, indican que la región cuenta al menos con 345.000 millones de barriles de crudo para extraer.
“No sé si son el 85 por ciento, pero la verdad es que el incremento de reservas probadas implica que nuestro país seguirá siendo uno de los cuatro o cinco primeros jugadores globales en el mundo de los hidrocarburos por muchas décadas más”, comentó entusiasmado a IPS Nelson Martínez, director ejecutivo de PDVSA América, división de la estatal Petróleos de Venezuela.
Brasil logró en los últimos años importantes descubrimientos en el subsuelo del océano Atlántico próximo a sus costas, como el campo Tupi en 2007, con 33.000 millones de barriles posibles, y el campo Júpiter en 2008, con 12.000 millones de barriles, lo cual hizo que hoy cuente con cinco por ciento de las reservas latinoamericanas.
El tercero en cantidad es México, que, aunque vio declinar sus reservas probadas en los últimos 15 años, tiene igual cuatro por ciento de la región, gracias a que en 2009 cuantificó más de 137.000 millones de barriles en el subsuelo de la región del Paleocanal de Chicontepec.
Ecuador lo sigue con tres por ciento de las reservas probadas de crudo de la región, con un crecimiento de 63 por ciento en 2008 respecto de sus niveles de 2007, explicado en parte por la certificación de las existencias del complejo ITT de 960 millones de barriles.
El petróleo pesado de este conjunto de campos en la zona que ocupa el parque nacional amazónico parece cada vez más cerca de empezar a extraerse, a pesar del proyecto, aún vigente, de dejar ese petróleo bajo tierra a través de la Iniciativa Yasuní-ITT, que requiere un aporte internacional a cambio.
El resto de los países de la región tiene, por ahora, el restante tres por ciento de reservas, pero no descansan en la búsqueda de nuevas fuentes.
Argentina, por ejemplo, tradicionalmente una potencia en energía, inició el Programa de Desarrollo Exploratorio y Productivo 2010-2014 a cargo de la empresa hispano-argentina Repsol YPF.
El plan está orientado a conocer el potencial de reservas en todo el subsuelo del país y aspira a remplazar la totalidad de sus reservas, confirmó a IPS el geólogo Ramón Martínez, asesor de la Secretaría de Energía de Argentina.
Según datos de la Olade, ese país tenía en 2009 reservas petroleras que le alcanzarían, sin nuevos descubrimientos, para 11 años, Brasil para 18, Colombia para ocho, Ecuador para 34, México para 11 y Venezuela para 201 años. También Uruguay tiene por primera vez en prospección varias zonas en tierra y en su zona soberana del océano Atlántico, con informes primarios auspiciosos.
México comprometió una inversión de más de 27.000 millones de dólares hasta 2019 para desarrollar su potencial en aguas profundas y en tierra.
Esto exige renovar sus equipos de perforación, pues 80 por ciento de sus 126 taladros tienen entre 37 y 52 años, reconoció Gustavo Hernández García, subdirector de planeamiento y evaluación de la firma estatal mexicana Pemex. Por su parte, la empresa Petrobras planea realizar inversiones del orden de 73.000 millones de dólares hasta 2015, conjuntamente con sus socios, en la plataforma marina de la Bahía de Todos los Santos.
El proyecto “Magna Reserva” llevado a cabo desde junio de 2005 para la certificación de crudo de la Franja Petrolífera del Orinoco (FPO) permitió que las reservas que históricamente se habían probado en esa zona del interior venezolano crecieran 34 veces.
Al igual que otras iniciativas nacionales, la de la FPO, “que está en etapa de visualización y sectorización”, fue expuesto por Martínez en el seminario de Quito.
Para desarrollar la FPO se deberán excavar 10.500 pozos, se harán dos refinerías, se construirá una nueva terminal marítima y se adecuará otra.
Venezuela ha invitado a todos los países de América Latina y del Caribe, así como a empresas privadas transnacionales, a participar en la explotación de estas nuevas áreas.
Para el 2015, “Venezuela estará produciendo 4,5 millones de barriles de petróleo, siempre que ello no perjudique a la estructura de extracción y precios a nivel mundial, y estará refinando 3,6 millones de barriles”, dijo Martínez.
El funcionario del gobierno de Hugo Chávez enfatizó en el cambio de modelo geopolítico adoptado por su país, que lo llevó a invertir por primera vez en exploración, explotación y refinación petrolera en América del Sur. Incluso acaba de adquirir 60 por ciento de una empresa de transporte en el río Paraná, “que es dueña de 300 barcazas”.
“Los objetivos geopolíticos son tener nuevos socios, nuevos mercados y fortalecer la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)”, declaró.
Mientras tanto, PDVSA se halla en proceso de desinvertir en refinerías en Europa. “No tenía el menor sentido contar con refinerías en Gelsenkirchen y Karlsruhe, en Alemania, a las que debíamos proveer 250.000 barriles diarios, mediante operaciones de swap (trueque) con Rusia”, dijo el ejecutivo en su conversación con IPS.
“Ya que utilizaban petróleo ruso, era mejor venderlas a una empresa de ese país, como acabamos de hacer”, dijo.
Además de la explotación de crudo en asociación con Petroecuador y de gas con la estatal boliviana, y exploración en Argentina y Uruguay, la empresa estatal venezolana también está embarcada en dos grandes refinerías en América del Sur. Se trata de Manabí, en Ecuador, que procesará 300.000 barriles diarios, y la brasileña de Pernambuco, de 230.000 barriles diarios.
“Constituimos ya con Petroecuador la compañía de economía mixta Refinería del Pacífico Eloy Alfaro y estamos siguiendo el esquema establecido”, dijo Martínez, negando que haya retrasos en el cronograma.
Precisó que al finalizar la ingeniería básica, que se prevé para octubre, se podrá elaborar los términos de referencia para acudir a las fuentes de financiamiento en busca de obtener los 12.000 millones de dólares que se requerirán para la construcción.
Los esfuerzos de las empresas estatales y privadas analizados en el seminario permitieron concluir al ingeniero Benito Cabrera, subgerente de operaciones de Petroecuador, que América Latina y el Caribe estarán produciendo 12 millones de barriles diarios de petróleo en 2015, cuando en 2009 produjo solo 9,6 millones, de los cuales se exportaron 3,3 millones.
También en la producción hay un gran desbalance, pues Venezuela, México y Brasil juntos suman cerca de 80 por ciento. Un segundo grupo está conformado por Colombia, Argentina y Ecuador, con 17 por ciento, mientras que los demás países aportan el restante tres por ciento del total regional.
IPS