El secretario de Coordinación del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta, fue designado como director de YPF en representación de las acciones de la petrolera que están en manos del Estado Nacional.
Baratta, un funcionario de confianza de De Vido y uno de los imputados en la causa Skanska, no cobrará por sus funciones en la petrolera dado que será director titular ad honorem.
El control accionario de YPF sigue en manos de la española Repsol, aunque el Grupo Petersen de la familia Eskenazy –socios minoritarios y ceranos al Gobierno- tomó las riendas del negocio de la petrolera argentina.
La designación de Baratta está vigente desde el 26 de abril de 2011, aunque recién fue oficializada hoy con la publicación del decreto 1215 en el Boletín Oficial. El Gobierno también debería designar un director suplente, pero postergó esa decisión para la próxima asamblea de accionistas.
El Gobierno viene designando directores en una serie de empresas privadas en las que el Estado pasó a tener participación accionaria cuando se reestatizó el sistema de jubilaciones y la ANSeS se quedó con las acciones que manejaban las AFJP.
La última tanda de designaciones implicó una suerte de pacificación con el grupo Techint y el ingreso al directorio de Siderar de tres representantes del Gobierno: el economista Axel Kicillof –que era resistido en la empresa del Grupo Roca-, el gremialista de la UOM Francisco Cudos –de buena relación con la compañía- y Damián Camacho, mano derecha de Baratta.
Clarín