El gobierno nacional intenta que las provincias y las empresas firmen un pacto para aumentar la producción de crudo
El gobierno nacional intenta comprometer a los gobernadores de las provincias petroleras para controlar a las empresas privadas productoras de petróleo y, de esa manera , intentar aumentar la oferta de gas y crudo, que sigue una curva a la baja en la Argentina desde la llegada del kirchnerismo.
El martes de la semana pasada, el ministro de Planificación, Julio De Vido, se reunió con un grupo reducido de timoneles provinciales. Entre ellos estaban el gobernador de Chubut, Martín Buzzi, y el de Río Negro, Alberto Weretilneck. También fueron representantes de otras provincias, como Neuquén, Tierra del Fuego, Salta y Mendoza, confirmaron a LA NACION algunos de los asistentes.
Junto a De Vido estuvo el viceministro de Economía, Axel Kicillof, uno de los más preocupados por aumentar la producción de hidrocarburos que, irónicamente, cayó mientras la gestión de la energía estuvo en manos del primero.
Al economista que responde a La Cámpora lo inquieta, en especial, la caída en la producción de gas, que obliga al Gobierno a gastar cada vez más dólares para pagar importaciones energéticas, la principal sangría de la balanza comercial que motivó el cepo cambiario.
“Quieren firmar una especie de nuevo pacto hidrocarburífero en el que las provincias nos comprometamos con metas de producción y de reservas”, sintetizó el gobernador de una de las principales productoras de petróleo y de gas del país, que pidió reserva de su nombre. También aclaró que ésa es su “libre interpretación”, porque “esta gente decide, pero no consulta”.
Estaba previsto que ayer se hiciera un anuncio junto a la presidenta Cristina Kirchner en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, algo que finalmente no ocurrió. El evento quedará para cuando la mandataria tenga lugar en su agenda.
A los mandatarios la escena les recuerda a otra pintura célebre: a principios de 2012, por iniciativa de De Vido y el ascendente Kicillof, los gobernadores petroleros firmaron un pacto hidrocarburífero. Pocos meses después, en abril, el Gobierno decidió la estatización de YPF.
Otro de los asistentes al encuentro del martes pasado explicó que De Vido y Kicillof les pidieron a los gobernadores que elaboren índices que sirvan como indicadores de la situación en la que están las empresas productoras. Se trata de un lote compuesto, entre otras, por la nacionalizada YPF, Pan American Energy (PAE, de la familia Bulgheroni, la china Cnocc y la británica BP), Chevron, Teceptrol y Pluspetrol.
Pese a la estatización de YPF y la preocupación de Kicillof por aumentar la oferta de hidrocarburos, los números muestran que hasta el momento el Gobierno viene perdiendo la batalla. En 2012, la producción de crudo, de acuerdo con cifras oficiales, cayó un 4,03%, mientras que el gas, el insumo energético que más se utiliza en el país, tropezó otro 3 por ciento.
UN NUEVO INTENTO
Aunque son escépticos con respecto a los resultados que puede generar el nuevo pacto de hidrocarburos, los gobernadores ordenaron a sus equipos técnicos comenzar a recabar, una vez más, información estadística sobre el presente de la industria, con especial énfasis en tres puntos: la inversión prometida por las empresas, la producción y el declinamiento en la oferta.
Son números que el Gobierno tiene desde hace tiempo y en varios formatos. Por ejemplo, la Secretaría de Energía, a cargo de Daniel Cameron, publica periódicamente esos números. Y la comisión de planificación de las inversiones en el sector, que conduce Kicillof, les volvió a requerir esos números, en otro formato y con mayor especificidad, el año pasado a todas las petroleras.
Los gobernadores, sin embargo, celebraron al menos un punto. La convocatoria del Gobierno les hace pensar que tendrán un rol activo en el sector de hidrocarburos, algo que había quedado en suspenso luego de la estatización de YPF y, en especial, de la publicación del decreto 1277, que le da un amplio poder a Kicillof para hacer y deshacer en el mercado de hidrocarburo