Martín Dinatale.- Está planteada como una visita privada al país y limitada a una Conferencia Interamericana de Scouts que se realizará en Buenos Aires. Pero sugestivamente en esa reunión estarán presentes grupos ambientalistas y podría sobrevolar la denuncia por contaminación que enfrenta en Ecuador la petrolera Chevron, socia de YPF en la Argentina. Hasta ahora no se prevé un encuentro con Cristina Kirchner, y en la Cancillería se mostraron sorprendidos por el viaje. Todo este halo de misterio rodea la llegada a Buenos Aires del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que pasado mañana estará unas horas en el país.
La confirmación del viaje llegó de parte del propio Correa. “Jueves: Argentina, participación en XV Conferencia Interamericana Scout. Queremos impulsar fuertemente los movimientos juveniles”, escribió en su cuenta de Twitter. Un día antes de ese viaje, el presidente de Ecuador lanzará en su país la campaña La Mano Sucia de Chevron.
La empresa asociada con YPF en Vaca Muerta nunca operó directamente en Ecuador, pero asumió un millonario pleito por contaminación en la Amazonia al tomar el control de la petrolera Texaco en 2001. Esta última explotó crudo en territorio ecuatoriano entre 1964 y 1990, y tras su salida fue acusada de haber provocado severos daños ambientales. No obstante, lo cierto es que Texaco y el gobierno de Ecuador suscribieron un convenio donde se reconoce que Texaco completó la remediación ambiental y que no tiene responsabilidad pendiente.
El caso judicial casi pone en peligro el acuerdo entre YPF y Chevron porque una demanda intentó trabar en la Argentina un embargo dictado en Ecuador. Pero finalmente la Corte argentina revocó en junio pasado ese fallo de primera instancia, que condenaba a la casa matriz de la petrolera a cumplir el embargo por US$ 19.000 millones.
Desde ese momento, la relación de Correa y Cristina Kirchner, considerados dos aliados políticos en el grupo de países bolivarianos, quedó resentida. En el gobierno ecuatoriano sospechan que la Presidenta presionó a la justicia argentina para evitar que peligrara el acuerdo YPF-Chevron. Ayer despertó mucha inquietud en la Casa Rosada la intención real del viaje de Correa a Buenos Aires.
“Nadie sabe si Correa tendrá reunión con la Presidenta, porque se trata de un viaje privado y no tenemos más información que ésa”, se limitó a explicar a LA NACION el embajador argentino en Quito, Alberto Álvarez Tufillo. La sorpresa por el viaje se extendió a todo el Gobierno.
Un funcionario de la Casa Rosada admitió que si bien en términos legales Ecuador ya no puede interferir en el acuerdo YPF-Chevron porque la Corte desechó el pedido de embargo, no descartó que se produzca una campaña anti-Chevron de Correa, que pueda espantar nuevos inversores para el desarrollo de Vaca Muerta.
Correa apoyó a los demandantes contra la petrolera y es muy probable que traiga ese discurso a Buenos Aires. Llegará a la conferencia en su rol de boy scout durante su juventud, pero hablará ante varias ONG ambientalistas, como el Banco de Bosques y Greenpeace. El director de Comunicaciones Institucionales de la conferencia de scouts, Juan Manuel Salvado, dijo a LA NACION que “no está previsto que Correa hable de Chevron, pero seguro hará alusiones al tema del medio ambiente”.
La causa Chevron salpica también a los tribunales ecuatorianos, ya que la empresa, que acusa a la estatal Petroecuador de los daños ambientales por los que fue juzgada, afirmó que pidió “decenas de veces” a los fiscales que “investiguen el fraude y la corrupción en la causa de manera efectiva, imparcial y transparente”. De hecho, por ser un caso entre privados, intervino la justicia norteamericana que investiga la presunta connivencia entre jueces y peritos ecuatorianos y un buffet de abogados norteamericanos para cobrar los millonarios montos de indemnización. El 25 de noviembre la justicia de Nueva York se expediría en esta causa.