La importancia de la sanción de una nueva ley de energías renovables y la necesidad de desterrar el mito de que la energía generada por recursos renovables es más cara, fueron dos de los aspectos centrales de la Jornada “Fuentes renovables de energía en la generación eléctrica – Régimen nacional de fomento 2014-2025” que se realizó ayer en el Senado de la Nación con el impulso del senador chubutense Marcelo Guinle y la participación de las diferentes organizaciones que formaron parte del proceso de elaboración del proyecto de modificación de la ley vigente.
En este marco, el senador por Chubut insistió en la necesidad de “generar las condiciones necesarias” para que se alcance la meta fijada en la Ley N° 26.190, de una participación de las energías renovables del 8% de la matriz energética para 2016 y “profundizar el Régimen de Fomento”, fijando una nueva meta del 20% para el año 2025.
Asimismo destacó las potencialidades del desarrollo de las energías renovables en el país y convocó a la conformación de un “lobby bueno” que permita cambiar el actual paradigma energético. “Es un mito que la energía renovable es más cara. No es verdad”, argumentó Guinle, quien recordó que “durante 2012, el precio del gasoil importado promedió los 841 dólares por metro cúbico, lo que significó un costo promedio de 207 dólares por megavatio, sólo considerando el costo de combustible. Para ese mismo año, el megavatio generado por energía eólica del programa GENREN tuvo un costo promedio total de 126 dólares, significativamente menor”.
La iniciativa fue presentada oportunamente a mediados de 2013 y a lo largo del último semestre recibió aportes de distintas organizaciones ambientalistas y cámaras del sector energético, llegando a la redacción actual que “esta abierta a la discusión y los aportes de todos los ámbitos”, según anticipó el legislador.
“Es indispensable para Argentina la adopción de una política de estado de largo plazo que busque diversificar la matriz energética favoreciendo fuentes de energía renovables que permitan reducir el uso de combustibles de origen fósil, generando energía con recursos naturales propios”, enfatizó.
Proceso participativo
Algunas de las organizaciones que participaron de la discusión del proyecto son la Cámara Argentina de Energía Renovable (CADER), la Asociación de Grandes Usuarios de Energía Eléctrica de la República Argentina (AGUEERA), la Fundación Directorio Legislativo, la organización Los Verdes, Fundación Avina, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), entre otras.
En la jornada en el Senado se destacaron la presencia del Subsecretario de Energía Eléctrica de la Nación, Luis Beuret; el Director Nacional de Promoción, Javier De Urquiza; el Jefe de Energía Solar de la CNEA, Julio Durán; el Coordinador de Energías renovables del INTI, Gustavo Gil; el Ministro de Hidrocarburos de Chubut, Ezequiel Cufre; el titular de Petrominera, Oscar Cretini; representantes de distintos gobiernos provinciales y extranjeros; empresarios del sector energético y organizaciones ambientalistas como Greenpeace y la Fundación Ambiente y Recursos Naturales.
La presentación de los aspectos técnicos del Proyecto estuvo a cargo del Director de la Maestría en Energías Renovables de la Universidad Tecnológica Nacional, Sebastián Kind.
Balanza comercial
Uno de los objetivos del proyecto es reducir el déficit de la balanza comercial, al disminuir la necesidad de importar hidrocarburos para la generación de energía eléctrica. “Es notable el ahorro de divisas al cumplir con los objetivos de la ley, incluso en el supuesto de considerar que parte de la tecnología no es fabricada en el país y que para atender a estos objetivos se prevé sea importada. Es decir, si por un lado consideramos la salida de divisas para el pago de la tecnología importada, y por el otro, el ahorro de divisas que esa tecnología (sumado al componente local) haría al sistema, por la disminución en la compra de combustibles importados destinados a la generación de energía eléctrica, encontramos un ahorro neto acumulado hasta el año 2025 de 41.000 millones de dólares”, destacó Kind.
“Para este cálculo, debemos tener en cuenta cómo está diseñado el sistema que rige en Argentina, en el cual cada Megavatio-hora de energía renovable inyectado al sistema desplaza necesariamente la unidad de energía más costosa del sistema, instante a instante. Como la energía desplazada será, fundamentalmente, la generada con hidrocarburos importados, se producirá una disminución de esas importaciones y, por ende un ahorro efectivo de divisas”, explicó.
Rol del Estado
Tal vez el principal obstáculo con que se han topado los proyectos de inversión para comenzar su ejecución efectiva es la ausencia de financiamiento, tanto en la banca comercial como en los organismos multilaterales de crédito. Por eso, el proyecto busca que el Estado asuma un rol activo en este aspecto, sea como dador de crédito o como garante de los inversores que toman créditos. Para ello, se prevé la constitución de fondos fiduciarios específicos con recursos provenientes de distintas fuentes, entre las que se destaca la proveniente del ahorro de divisas que se producirá al disminuir la importación de hidrocarburos como consecuencia de la utilización de energías renovables.
La iniciativa contempla que al menos el 50% de las divisas ahorradas sea destinado a nutrir estos fondos fiduciarios. “Es decir que, en buena medida, los proyectos que generen energía renovable permitirán también financiar más proyectos, generando un círculo virtuoso, con impacto exponencial”, detalló Kind