Aquí no hay martillo ni juez que salde el diferendo. La batalla por la futura ley de hidrocarburos –que en el fondo busca dirimir quién manejará el negocio de Vaca Muerta– sigue abierta y amenaza con recrudecer en el corto plazo.
La reunión del lunes pasado entre gobernadores petroleros y ministros y el CEO de YPF, Miguel Galuccio, tuvo un cruce inesperado. El gobernador Jorge Sapag discutió en duros términos con el titular de la compañía de bandera. Algunos afirman que sobre esa mesa, en el piso 12 del Ministerio de Economía, se dijeron todo lo que tenían para decirse.
Sapag abandonó esta semana el estilo moderado y salió como pocas veces a marcar las diferencias, con la intención de dejar en claro que el problema no es con la Casa Rosada, sino con Galuccio. Inclusive el ministro de Energía, Guillermo Coco, abandonó el ostracismo y volvió al ruedo con duras declaraciones en contra de YPF.
Del otro lado del mostrador también elevaron el tono. Por primera vez en todo el conflicto una voz oficial de la compañía renacionalizada habló sobre el tema. Gonzalo López Nardone, gerente de Asuntos Institucionales, vino a Neuquén para marcar su posición contraria al carry y asegurar que por culpa de esos contratos no vienen más inversiones a Vaca Muerta.
Las negociaciones están en punto muerto. La contrapropuesta de los gobernadores, que salió de las usinas neuquinas, fue en la práctica un intento de cambiar el eje de debate y patear la pelota hacia Nación. Allí recogieron el reclamo, pero no dieron definiciones. Fuentes cercanas a la Rosada aseguraron que la semana que viene habrá contraoferta y que se buscará ser más laxos en los requerimientos a las provincias.
El lunes habrá otra reunión de gobernadores de la Ofephi y se espera un contacto con funcionarios nacionales. Por ahora, hay mucho borrador pero poco consenso.
Río Negro