Ante la precarización laboral impulsada por el presidente de Francia Emmanuel Macron, el sindicato de Minas y Energía inició una serie de medidas que se conocen como Robin Hood: los y las trabajadoras reconectarán el servicio a 12 millones de familias que están privadas de servicios por tener las cuentas impagas. Al mismo tiempo desconectarán a las empresas que lleven adelante despidos. “La energía no es una mercancía, es un bien vital, por lo que todos deberían tener acceso a energía, agua o salud”, señaló el presidente del sindicato.