Con la nueva base de Gendarmería en Comodoro, Bullrich consolida su plan represivo en la Patagonia

Por Marcelo García (El Extremo Sur)

En su paso por Comodoro Rivadavia, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich anunció la puesta en marcha del plan represivo que ya viene tramando desde el año pasado. Argumentó que las tropas de Gendarmería se instalarán para combatir el narcotráfico, pero detrás del telón se esconde la represión a los conflictos sociales.

La funcionaria nacional, tras firmar los acuerdos con el gobernador Mariano Arcioni, reveló desde el comodorense Club Huergo que llegarán a la ciudad petrolera “muchos agentes de Gendarmería y Prefectura”, especulándose que serían 400 los efectivos que se reubicarían en Comodoro Rivadavia.

Tal como ya anticipara El Extremo Sur en marzo pasado, las tropas de Gendarmería que se piensan desplazar a la región patagónica formarán parte del denominado Comando Unificado Patagónico y se localizarán esencialmente en Chubut, Neuquén y Río Negro, que son epicentros de una alta conflictividad social. En la región se vienen profundizando luchas de diferentes sectores gremiales, pero también arden las disputas por la tierra con las comunidades mapuches y las que se vinculan esencialmente con la explotación de recursos naturales petroleros como los de Vaca Muerta y la Cuenca del Golfo San Jorge.

Cuando se concretó a fines de marzo el anuncio de la creación del Comando Unificado Patagónico, el secretario de Seguridad de la Nación, Eugenio Burzaco, confirmó que con el movimiento de los gendarmes se busca “agilizar el desplazamiento del personal ante posibles situaciones de conflicto”.

El periódico pampeano La Arena reflejó en sus páginas el reciente anuncio de Bullrich en Comodoro y citando fuentes oficiales avanzó sobre lo que sería el verdadero motivo del traslado de los gendarmes pertenecientes al Destacamento Móvil 4 de General Acha (La Pampa) hacia Comodoro.

Sobre el nuevo puesto móvil de Gendarmería, La Arena señaló que “se proyecta atender las situaciones conflictivas que, por medidas de fuerza y otras protestas, se desarrollan en la región”.

Neurálgica localización en las Rutas 3 y 26

El puesto de Gendarmería se establecería en las inmediaciones de Barrio Industrial, muy cerca de la base de operaciones que posee la empresa contratista Bolland y a escasos metros de las intersecciones de las Rutas 3 y 26; un lugar simbólico y estratégico para las concentraciones petroleras y de muchas otras protestas sociales.

El Municipio comodorense le cedió al Ministerio de Seguridad de Nación un terreno de dos hectáreas, que estaría en la zona mencionada, para que allí se construya lo que será el nuevo puesto que albergará a los 400 gendarmes que se trasladarán desde de La Pampa.

El intendente Carlos Linares confirmó que “estará ubicado detrás de la empresa Boland y, según informaron desde el gobierno nacional, surge de la necesidad de desdoblar el destacamento que tienen en la localidad de General Acha, provincia de La Pampa, con el objetivo de ampliar la zona de cobertura hacia la región patagónica”.

Dicho posicionamiento coincide más con la intersección de los caminos por donde se desplazan los trabajadores petroleros y con un eje de conflictividad que se viene desarrollando desde hace casi dos décadas, que con una ruta para el narcotráfico.

La hipótesis del combate a la droga se desvanece rápidamente si se tiene en cuenta que en la Ruta 3, a la entrada de Comodoro Rivadavia y en su intersección con la Ruta 39, existe un puesto de control que fácilmente podría efectuar el contralor para desmantelar las redes que podrían ingresar la droga a la región de la Patagonia Sur.

Pero aún más sólido sería pensar en la efectividad que posee en el combate contra el narcotráfico el puesto Ramón Santos en el límite interprovincial que divide Chubut de Santa Cruz.

Ninguno de los argumentos esgrimidos por Bullrich y sus funcionarios le otorgan sustentabilidad a la instalación de la Gendarmería para combatir al narcotráfico en las Rutas 3 y 26; sino que más bien parece una clara definición de contar con las tropas necesarias para disuadir y reprimir las protestas de los petroleros y otras como las que vienen realizando los docentes y estatales de Comodoro.

La máscara del narcotráfico

Bullrich argumentó que el principal objetivo hecho público sería profundizar la lucha contra el narcotráfico; es por eso que explicó: “Todo esto implica trabajar con aquellos temas y aquellos delitos que hemos discutido con los ministros. Nos preocupa fuertemente el narcotráfico, los delitos violentos, la violencia de género y todas aquellas situaciones que sufre la gente todos los días”.

La controvertida ministra de Seguridad confesó que la ubicación de la nueva base de Gendarmería fue consensuada con el gobierno chubutense y admitió que “Con (Federico) Massoni –secretario de Seguridad de Chubut- hemos analizado en Buenos Aires las zonas y lugares donde pueden entrar la droga, las rutas, los lugares de venta. Estamos construyendo en equipo esa información para bajar la comercialización en la provincia y el tránsito de dónde puede venir”.

Las supuestas buenas intenciones de querer bajar el alto nivel de delincuencia en Comodoro Rivadavia, la puesta en funcionamiento de la línea de emergencia del 911 e inclusive luchar contra la violencia de género, parecen relacionarse más al posible plan del Gobierno nacional de movilizar a las Fuerzas Armadas a las fronteras y desplazar a la Gendarmería y otras tropas a la represión de los conflictos internos.

Todo apunta a que finalmente Bullrich continúa avanzando en su cruzada de aplastar la protesta social en la Patagonia a fuerza de represión y un altísimo costo social.