El CETIM, UDAPT y FORUM NOBIS presentaron un informe al Relator Especial de la ONU sobre la situación de los defensores de los derechos humanos. Tras esta interpelación, instó al gobierno de Estados Unidos a actuar.
El CETIM y sus socios denuncian desde hace años los ataques de la multinacional Chevron contra los defensores de las víctimas de esta empresa en Estados Unidos y Ecuador. Enviaron un informe al Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los defensores de los derechos humanos. En el informe se instaba al Gobierno de los Estados Unidos a que dejara de criminalizar a quienes defienden los derechos de las comunidades afectadas por las actividades de las ETN en el Ecuador, los pueblos indígenas de la Amazonía ecuatoriana.
Después de esta interpelación, el Relator Especial Michael Forst pidió cuentas al gobierno de Estados Unidos, señalando “sesgos y otras irregularidades procesales, incluyendo abusos en los procedimientos judiciales iniciados por Chevron Corporation ante los tribunales federales”.
El gobierno de los EE.UU. respondió que el caso “involucraba un asunto de litigio privado en el que el gobierno de los EE.UU. no es y no necesita ser parte. Curioso razonamiento por parte de un gobierno que se supone deba luchar contra las violaciones de los derechos humanos contra las acciones de terceros, incluso las empresas transnacionales.
El Relator Especial de la ONU sobre la situación de los defensores de los derechos humanos deplora hoy que el gobierno de Estados Unidos no haya respondido a preguntas específicas sobre las acciones de la empresa. Por lo tanto, reivindicó las afirmaciones contenidas en el informe y confirmó la legitimidad de esta lucha.
Lea aquí el informe completo sometido por CETIM, UDAPT y FORUM NOBIS al Relator Especial de la ONU sobre la situación de lo defensores de los derechos humanos.
Lea la respuesta del gobierno de los Estados Unidos aquí.
Recordatorio de los hechos:
Chevron es responsable de uno de los peores desastres petroleros del planeta. Durante 26 años, Chevron (entonces Texaco) extrajo petróleo en la Amazonía ecuatoriana y contaminó más de 450.000 hectáreas de una de las regiones más ricas en biodiversidad del mundo, destruyendo el lugar de vida y los medios de subsistencia de sus habitantes.
Chevron intencionalmente arrojó el equivalente a 30 veces el petróleo derramado durante el desastre del Exxon Valdez en la selva tropical ecuatoriana. Más de 60.000 millones de litros de agua cargados con residuos tóxicos se derramaron en ríos y arroyos, y se excavaron 880 pozos para almacenar residuos de hidrocarburos.
Después de 22 años de litigio, y a pesar de la condena de la justicia ecuatoriana, la impunidad continúa para Chevron y las víctimas de sus actividades en Ecuador todavía esperan justicia y reparación. Chevron, por su parte, niega cualquier responsabilidad y dedica enormes recursos y esfuerzos a frustrar el juicio, acosar a las víctimas y silenciar a sus defensores.