Por Marcelo García /El Extremo Sur
La muerte de un joven obrero petrolero en Neuquén –trabajaba para la contratista Venver, al servicio de YPF– reavivó las críticas a la flexibilización laboral en los yacimientos. Ya son 5 los fallecimientos producidos en 2018, la cifra más elevada en ocho años, y suman 26 desde 2011 en todo el país. La mayoría de los casos se produce en la Cuenca Neuquina. Los informes del IAPG y la SRT son concluyentes.
Las últimas cinco muertes de obreros petroleros se produjeron en la Cuenca Neuquina y en menos de nueve meses, período en que coincidentemente se viene aplicando la “adenda” para el aumento de la productividad que impulsaron el Gobierno nacional de Mauricio Macri, la administración provincial de Omar Gutiérrez, las compañías del sector y los sindicatos petroleros de Guillermo Pereyra y Manuel Arévalo.
A tal punto llega el vínculo entre el ritmo de trabajo y la extensión de la jornada laboral –hoy en la Cuenca Neuquina el régimen es de 12 días ininterrumpidos de tareas por 6 de descanso y con horas extras sin tope– que los últimos dos accidentes de obreros petroleros se produjeron llamativamente en el día 12 del diagrama laboral. Es el momento en que el trabajador se encuentra con un profundo desgaste físico, ya con su percepción deteriorada.
Mauricio Segura es la última víctima dentro de un yacimiento petrolero neuquino. Era oriundo de la localidad de Plottier. El joven obrero de 28 años falleció en la madrugada de 1 de noviembre mientras cumplía tareas para la contratista Venver, al servicio de YPF, en el yacimiento denominado Octógono ubicada en la zona de Plaza Huincul.
La muerte de Segura se produjo mientras manipulaba en el EQ 15 una válvula de grandes dimensiones y con un peso de aproximadamente 400 kilos, la que aparentemente se desacopló y lo golpeó en la cabeza, produciéndole gravísimas lesiones que causaron su fallecimiento.
Cinco muertes en 2018 y 26 en ocho años
La muerte del petrolero neuquino Segura se suma a otras cuatro que se produjeron en los últimos nueve meses y medio en los yacimientos neuquinos, generando un preocupante índice de una muerte obrera casi dos meses.
El altísimo nivel de accidentología en la Cuenca Neuquina disparó las preocupaciones y los cuestionamientos a los nuevos ritmos de productividad impuestos a través de la flexibilización laboral que se introdujo a través de las modificaciones de los Convenios Colectivos de Trabajo entre los obreros del sector.
El accidente que se llevó la vida de Segura es el cuarto producido entre finales de mayo y principios de noviembre, a la debe sumársele la de un obrero de la UOCRA producida en febrero,y de esa manera se elevó exponencialmente la fatalidad obrera en yacimientos.
Según los datos publicados por el Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG), faltando dos meses para concluir 2018 las cinco muertes de petroleros en plena operaciones es superior a los tres fallecimientos producidos anualmente entre 2013 y 2016; supera a los cuatro accidentes fatales de 2011 y equipara a las cinco muertes producidas en todo el país durante 2012.
Rigurosos informes del IAPG y la SRT
Las estadísticas del IAPG revelan que en los últimos siete años se produjeron 21 muertes de obreros petroleros en los yacimientos nacionales, a las que se deben sumar los 5 fallecimientos de este año en la Cuenca Neuquina. Así se llega a 26 muertes de trabajadores del petróleo en tan solo ocho años.
Los informes que elabora el IAPG contemplan los accidentes que se producen en todas las cuencas productivas del país, discriminando los que tienen consecuencias fatales y los provocados en accidentes vehiculares. Al mismo tiempo discrimina los incidentes provocados en la órbita directa de la operadoras, las refinadoras y comercializadoras, las transportistas, las compañías de servicios, las distribuidoras y las de construcción e ingeniería.
La Superintendencia de Riesgos del Trabajo produce también estadísticas para el sector en cuanto a los niveles de accidentología producida en el sector petrolero, y sus datos para el rubro de Producción de petróleo crudo y gas natural revelan que desde junio de 2004 y hasta julio de 2017 las muertes en el sector petrolero ascienden a 31.
Vale tener en cuenta que los datos de la SRT no contemplan a las demás actividades conexas que se efectúan en los yacimientos (vinculadas al transporte, distribución y tareas de obras viciles), por lo que cantidad de accidentes fatales entre los obreros petroleros aumenta en sus niveles estadísticos.
Flexibilización, productividad y muerte
Durante años anteriores el nivel de accidentes fatales había descendido notoriamente en los yacimientos de las cuencas productivas nacionales, pero desde el cambio de relación de fuerzas entre los trabajadores y las operadoras se posibilitó la flexibilización laboral y las muertes se incrementaron marcadamente hasta alcanzar un récord histórico.
En 2012, según el IAPG, se produjeron cinco fallecimientos de petroleros en los yacimientos, cantidad que ya fue igualada en los primeros diez meses de 2018; todas ellos dentro de la Cuenca Neuquina.
La flexibilización laboral impuesta por las compañías petroleras para alcanzar mayores niveles de productividad, incrementar la rentabilidad y hacer bajar los costos operativocomienza a traducirse en el aumento de riesgos dentro de los yacimientos y la muerte de obreros, especialmente en los neuquinos donde la “adenda” y superexplotación obrera se viene aplicando a rajatabla desde el año pasado.
La búsqueda de maximizar la renta y ajustar los costos tiene como principal arista a los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta, pero también se ha extendido a los convencionales de Chubut y los no convencionales de Santa Cruz; aunque en estos últimos aún no se traduce en un aumento de los índices de fatalidad.
Las mayores jornadas de trabajo, la extensión de los diagramas a 12 días de trabajo por 6 de descanso, la multiplicidad de tareas –ingreso de diferentes contratistas al mismo tiempo en un mismo pozo– y un ritmo laboral más acelerado son algunos de los elementos que permiten comprender el alarmante aumento de los accidentes entre los obreros petroleros, muchos de los cuales terminan perdiendo su vida por trabajar.
Cinco muertes podría considerarse un número bajo si se tiene en cuenta la enorme cantidad de obreros que ingresan a los yacimientos a cumplir sus tareas; lo preocupante es que se trata de vidas perdidas por trabajar, familias desmembradas por accidentes evitables y daños irreparables que ni siquiera las abultadas indemnizaciones y los suculentos seguros de vida pueden pagar, el dolor por la vida perdida en el trabajo no tiene precio, menos se justifica aún por la obtención de una mayor rentabilidad.
Si no se toman medidas urgentes, los casos graves o fatales pueden convertirse uen moneda corriente en los yacimientos petroleros. Es imprescindible poner límites a la voracidad empresaria pero también al dejar hacer o la falta de controles del gobierno nacional, los gobernadores provinciales y algunos dirigentes sindicales del sector.
Las últimas muertes de obreros petroleros
Mario Segura: 1 de noviembre de 2018 en Plaza Huincul (Neuquén)
Obrero de 28 años que trabajaba para la contratista Venver en el yacimiento Octógono de YPF. Fue aplastado por una pieza de 400 kilos que cayó sobre su cabeza.
Miguel Angel Chocala Fernández: 17 de agosto de 2018 en Añelo (Neuquén)
Operario de 35 años en el área Bajada del Palo para la contratista Nabors que opera Vista Oil & Gas. Fue aplastado al caérsele encima una herramienta de aproximadamente 400 kilos.
Daniel Torres: 10 de julio de 2018 en Añelo (Neuquén)
Trabajador de 35 años que cumplía funciones para la contratista Omega en el yacimiento La Rivera, operado por YPF. Dos obreros se incendiaron cuando se prendió fuego una pileta separadora y Torres falleció días después por las quemaduras que había sufrido.
Matías Sánchez: 22 de mayo de 2018 en Cutral Co (Neuquén)
Operario de 35 años que murió aplastado por una piedra cuando trabajaba para una contratista de perforaciones sísmicas en un yacimiento en la zona de Rincón del Mangrullo, operado por YPF y Pampa Energía.
César Poo: 14 de febrero de 2018 en Catriel (Río Negro)
Obrero de 46 años que murió de un fuerte golpe en el pecho mientras manipulaba una enorme llave en el equipo de perforación trabajando para la contratista Ensign en el yacimiento Aguada Salada, que opera Tecpetrol.
Agustín Navarrete: 3 de septiembre de 2017 en Añelo (Neuquén)
Trabajador de 56 años enrolado en la UOCRA que falleció de un infarto en el área Fortín de Piedra, que opera Tecpetrol. Según sus compañeros el obrero estuvo “más de 40 minutos agonizando” antes de recibir atención médica y morir en el mismo yacimiento.
Cristián Gutiérrez: 27 de agosto de 2015 en Comodoro Rivadavia (Chubut)
Obrero de 36 años que trabajaba como cañista y soldador para la contratista Justo Otero e Hijos en el yacimiento El Tordillo, que opera Tecpetrol, del Grupo Techint. Gutiérrez murió quemado cuando explotó una cañería de gas que además dejó gravemente heridos por las quemaduras a los trabajadores Roberto Araneda y José Luis Guinao y Roberto Villarroel.