Por Esteban Martine / La Izquierda Diario .- Durante el fin de semana YPF y el líder del Sindicato de Petroleros Privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa llegaron a un preacuerdo para modificar las condiciones laborales durante los próximos seis meses. El jueves se ratificaría con las cámaras empresarias.
Este jueves se firmaría un nuevo acuerdo modificando las condiciones laborales para los petroleros de Neuquén, Río Negro y La Pampa. “No vamos a firmar absolutamente nada donde se les quiten derechos a los trabajadores”, sostuvo Guillermo Pereyra hace poco más de un mes, tras conocer el plan YPF S.A. para flexibilizar las condiciones laborales.
Desde ese momento hasta ahora se desarrolló una negociación secreta que estaría llegando a su fin.
Como adelantamos en este diario, la negativa “rotunda” de Pereyra, dejaba una puerta abierta, al afirmar que las condiciones laborales no se modifican por empresa, sino con las cámaras del sector.
Efectivamente, la sociedad anónima con mayoría estatal comenzó a actuar como vocera del resto de las empresas del sector, y este sábado llegó a un “preacuerdo” con el líder del sindicato. Para entrar en vigencia, dicho acuerdo deberá ser firmado por la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH) y la Cámara de Empresas de Operaciones Petroleras Especiales (CEOPE).
El texto, al que accedió Izquierda Diario, representa un nuevo ataque al salario y las condiciones de trabajo, bajo la bandera de la “sustentabilidad y el empleo”.
Claves de un nuevo ataque a las condiciones laborales
- El acuerdo es un “complemento” al Convenio Colectivo de Trabajo del sector (CCT N°644/12) y a la adenda a ese convenio firmada en 2017. Tres de sus veinticuatro artículos explicitan una vigencia de seis meses, hasta el 1° de marzo de 2021, pudiendo prorrogarse automáticamente. Pero en su “cláusula marco”, el documento sostiene que es que regirá hasta que el CCT “sea sustituido por un nuevo instrumento convencional”.
- En su artículo 1°, ratifican la vigencia de la adenda flexibilizadora del convenio petrolero para los no convencionales, firmada en 2017 en presencia del propio Macri, y extienden su alcance para la actividad hidrocarburífera convencional. Cabe recordar que dicha adenda incrementó los riesgos, accidentes y muertes laborales, al reducir dotaciones, aumentar la tolerancia para el trabajo con vientos de hasta 60km/h, implementar la polifuncionalidad y las “tareas simultáneas”, entre otras cosas.
- Las sumas percibidas como bonos de “Paz Social, Adicional Torre, Adicional Disponibilidad, Adicional Yacimiento, Adicional Choferes de Transporte y Adicional Torre Servicios Especiales”, pasarán a tener carácter no remunerativo. Es decir que no pagarán cargas sociales ni jubilatorias por esos conceptos, desfinanciando al ANSES (que costea parte de los sueldos con el ATP).
- Se establecerían suspensiones de 7 días al mes “sin percepción de haberes por falta de trabajo”. Se insiste en eliminar las “horas taxi”, ya eliminadas en la letra de la adenda de 2017.
- Se establecería la posibilidad de subcontratación de PYMES que emplean personal fuera del convenio por períodos de hasta 30 días.
- Se ratifica la reducción de las dotaciones impuesta por la adenda de 2017. En el caso de mecánicos, eléctricos y soldadores, las dotaciones se adecuarán a las necesidades de los equipos de perforación y work over, pudiendo ser compartidas por más de un equipo según lo defina la empresa o sus contratistas (el acuerdo no dice nada del control del sindicato).
- Se acuerda la realización de desmontaje, transporte y montaje (DTM) nocturno, sin especificar las tareas habilitadas.
- Se eliminan las “restricciones de atención exclusiva entre yacimientos en un mismo ámbito”. Los trabajadores podrán ser convocados a realizar sus tareas diarias en lugares distintos a los habituales.
- Todo el personal de producción y mantenimiento integrará una misma base de recursos diarios, y la empresa podrá asignarle tareas distintas cada día en función de sus necesidades.
Meses atrás, el jefe de los petroleros respondió a un delegado de una empresa de servicios que no había que enojarse con las empresas, sino aceptar el ajuste: “la soga viene con mierda y hay que agarrarla con los dientes”. Tras levantar, como era esperable, el paro anunciado la semana pasada, Pereyra vuelve a su quehacer habitual: representar a las empresas.