El presidente Alberto Fernández anunció ayer en Neuquén un nuevo programa de incentivo a la inversión en gas, atando los subsidios al valor del dólar. El argumento es la necesidad de cubrir la demanda de gas evitando la salida de divisas, dinamizar las economías provinciales y generar encadenamientos productivos, necesidades construidas al calor de un modelo que tropezó cien veces con la misma piedra. La transición, como salida a ese laberinto, no aparece en el horizonte.
El plan anunciado establece una forma de fijar el precio del gas por cuatro años. Y define un tope promedio de 3,70 dólares por millón de BTU, monto que será cubierto por las tarifas y por subsidios, es decir por las y los usuarios y el Estado. El programa pretende cubrir la demanda nacional de gas -con la urgencia del próximo invierno- aunque va en contra del objetivo de desdolarizar la economía, al tiempo que supone el riesgo de que cada devaluación implique aumento de tarifas y una mayor erogación fiscal en un contexto de estrechez presupuestaria.
Fernando Cabrera, comunicador e integrante del Observatorio Petrolero del Sur (OPSur) declaró esta mañana en Radio Encuentro que “Si bien el estado va a subsidiar buena parte de la producción de gas, federalizado los subsidios y se van a licitar y se va poner un precio por 4 años como máximo de $3,70 dólares, cada devaluación aumenta el dólar, por lo que también aumenta el gas”.
El comunicador explicó que “las empresas quieren igualar el precio del dólar, si bien nosotros seguimos pagando tarifas caras en pesos, cuando uno lo piensa en dólares -y ahí está el problema que el gobierno conoce, es que las empresas y el sector se mueve en dólares- es ahí donde se genera la dificultad de poder salir de la dependencia del dólar que es la apuesta este gobierno. Entonces si la tarifa no aumenta como tiene que aumentar, por una normativa y ahora se está anunciando que después de diciembre se sostendría esa tarifa fija, lo que va a empezar a pasar es que se van a aumentar los subsidios en tanto y en cuanto se devalúa el precio de la moneda. Vamos a tener que poner cada vez más pesos para llegar a la misma cantidad de dólares acordados a pagar durante 3 años”.
Para la implementación de este programa el gobierno argumentó “la necesidad de que el gas y el canje se haga dólares. Que las provincias productoras no se prendan fuego o sea que no se acentúe la crisis en estas provincias que trabajan del petróleo y cuya economía depende de la producción petrolera. Y finalmente propone que en la explotación hidrocarburífera va a ver una serie de encadenados productivos industriales y científicos técnicos que van a terminar beneficiando la larga como una especie de goteo o derrame a otros sectores más allá de petrolero”, indicó Cabrera.