Comunicado de los trabajadores y trabajadoras de DANP y CEAN .- La provincia del Neuquén posee enormes desafíos en cuanto a su biodiversidad y también tiene excelentes técnicos y profesionales con formaciones específicas vinculados a su manejo y conservación. Sin embargo, en esta provincia mueren cóndores por empleo de agrotóxicos, se matan pumas sin control, existen más de 30 especies nativas de vertebrados en peligro de extinción, ambientes con alteraciones o modificaciones irreversibles sin planes de manejo que persigan su conservación, las áreas naturales protegidas están derruidas y desamparadas, los ambientes con irreparables perdidas de biodiversidad y sin manejo se acrecientan año a año, no hay evidencia de aplicación efectiva de políticas de restauración de ecosistemas y de adaptación al cambio climático global, entre tantos otros hechos de extrema gravedad.
Nadie parece relacionar las causas de la actual pandemia de COVID-19, que aunque alejada en distancia geográfica, posee los mismos desencadenantes. Los destratos y desmanejos hacia el medio ambiente conllevan profundos efectos colaterales y residuales que afectan nuestra salud, economías y subsistencia. Acá en Neuquén, nadie parece levantar el guante.
La Secretaria de Desarrollo Territorial y Ambiente tiene bajo su estructura a la Dirección Provincial de Recursos Faunísticos y Áreas Naturales Protegidas, de la cual dependen el Centro de Ecología Aplicada del Neuquén (CEAN) y la Dirección de Áreas Naturales Protegidas (DANP). El CEAN es el órgano público de investigación y consulta de la Autoridad de aplicación de la ley Nº2539/06 en temáticas vinculadas al manejo y conservación de la fauna silvestre y sus hábitats en la Pcia. del Neuquén y la DANP es la autoridad de aplicación de la Ley 2594/08 que legisla sobre el Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas. Entre sus objetivos u actividades se encuentran la conservación de la biodiversidad, la realización de actividades educativas y de investigación y el desarrollo de actividades para el crecimiento sostenible, además de desempeñar una fuerte labor pedagógica, de transferencia de conocimiento, comunicación y asesoramiento.
Pero en una provincia donde los recursos que absorben el mayor interés y la agenda política son los hidrocarburíferos, el manejo y conservación de la biodiversidad y sus hábitats siempre estuvo en segundo o tercer plano, solo hay que visitar el ANP Auca Mahuida, en la que con una sola foto se devela las prioridades de la provincia. De esta manera, el manejo de los bienes comunes naturales está subestimado y menospreciado y los que hacemos a estas instituciones día a día y desde hace años, lo sabemos muy bien. Así y desde sus orígenes, el trabajo en conservación siempre transitó por caminos difíciles y sinuosos para implementar y aplicar lo que las leyes y normativas en la materia dictan, tratando de priorizar la biodiversidad y su uso sustentable como uno de los componentes centrales en las dinámicas económicas y sociales de la provincia. Nunca, nunca fue fácil.
El CEAN ha atravesado momentos muy buenos de apogeo y momentos de extrema dificultad que pusieron en riesgo su funcionamiento y su existencia. Momentos similares se vivieron con las ANPs de la provincia, si bien no siempre hemos podido salir ilesos, hemos sido capaces de sobreponer con criterios técnicos y legales, la conservación de la biodiversidad sobre emprendimientos no compatibles con ello. De todos estos momentos difíciles nos hemos podido recuperar con mucho esfuerzo perdiendo muchas cosas en el camino, pero siempre con la convicción de que los bienes comunes naturales merecen un lugar de importancia en la agenta política provincial. Nuestro compromiso es con los neuquinos y neuquinas, siempre.
Hoy ambas instituciones atraviesan unos de sus momentos más complejos y de mucha zozobra. Tal vez los peores momentos de su historia, signados por el abandono y la desidia. El vaciamiento institucional se refleja no solo en perdida de espacios físicos, sino en misiones, funciones e incumbencias de la institución difusas y poco claras, la ausencia institucional en territorio, áreas protegidas sin guardaparques, obstáculos permanentes para la realización de campañas a campo y continuidad de las investigaciones, falta de recursos y una implacable ausencia de gestión que imposibilitan el accionar, el trabajo cotidiano y su proyección, exclusión de los diferentes espacios de toma de decisión, desarticulación de las relaciones históricas que supimos conseguir con otras instituciones provinciales y nacionales, descredito institucional, recurso humano insuficiente y en franca disminución, abandono total de estructuras edilicias o falta de ellas, estado paupérrimo de vehículos, falta de material e insumos de trabajo diario, recursos informáticos arcaicos, caja chica y viáticos alguna que otra vez, entre otros. En fin, un abandono profundo.
Es muy doloroso y triste advertir como todos los organismos e instituciones vinculadas con el manejo, uso sustentable y conservación de bienes comunes en Neuquén están siendo desarticulados, atomizados, vaciados y abandonados sistemáticamente. Y todo esto ocurre en medio de una crisis ambiental feroz. Sin embargo, los que hacemos estas instituciones desde nuestras incumbencias no estamos dispuestos a entregarnos porque creemos que el aporte que pueden seguir brindando estos organismos a la provincia es valioso y necesario en un escenario global que requiere de fuertes compromisos y acciones locales. La fuerza pedagógica y comunicacional para visibilizar y concientizar sobre los cuidados de las especies y sus ecosistemas, es enorme. Y en ese sentido, es que estas instituciones requieren de personas que asuman con fuerza ética las responsabilidades asumidas por nuestro país en las agendas públicas internacionales, como lo es la Agenda 2030, en materia de conservación y preservación de los ambientas naturales.
Creemos que es responsabilidad de todos como sociedad, buscar y trabajar por otra realidad, que contemple a la biodiversidad como otro pilar de nuestra existencia. Por ello, los trabajadores de la Dirección de Áreas Naturales Protegidas y CEAN, sostenemos cuatro principios fundacionales: 1) Que la participación social en todos sus niveles es fundamental para profundizar el proceso de democracia participativa y activa e integración social en la conservación de nuestra diversidad biológica, 2) que el correcto manejo de los ambientes y unidades de conservación, teniendo en cuenta las necesidades de pobladores criollos y pueblos originarios, contribuye a la distribución de la riqueza y a eliminar la pobreza, 3) que los trabajadores necesitamos los presupuestos y recursos necesarios y las condiciones de trabajo adecuadas para que nuestro esfuerzo y voluntad se vean reflejados en un mejor manejo de la fauna, flora y las áreas naturales protegidas y 4) que el trabajo integrado junto a otras organizaciones sociales, instituciones municipales, provinciales, nacionales e internacionales -principalmente latinoamericanas-, fortalecen nuestro Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas y el de la biodiversidad toda.
En un contexto de crisis climática y fuertes presiones sobre los ecosistemas, Neuquén no puede darse el lujo de tener este tipo de instituciones abandonadas, subaprovechadas, en estado terminal. Nuestro futuro cercano esta signado por la forma en que decidamos relacionarnos con nuestro entorno. Neuquén tiene mucho para mejorar. El escenario es definitivamente apremiante, las acciones urgentes y las soluciones inaplazables.
Trabajadoras y trabajadores de DANP y CEAN