Por FM De la Calle. –“Acá lo que importa son los verdes y no necesariamente el verde del hidrógeno sino el monto de la supuesta inversión. No se está hablando de un proceso de transición energética, de descarbonización de la matriz, de abandono de los combustibles fósiles sino de dólares”, dijo el periodista especializado Hernán Scandizzo.
El gobierno anunció en la Cumbre sobre Cambio Climático que la empresa australiana Fortescue firmó un acuerdo para invertir en Río Negro 8.400 millones de dólares para producir hidrógeno verde. El proceso -según la versión oficial- crearía 15.000 empleos directos y entre 40 y 50 mil indirectos.
El coordinador del Observatorio Petrolero Sur dijo que “no es que descartamos o censuramos el desarrollo, la investigación y la posibilidad de aplicación del hidrógeno en la descarbonización de la matriz energética. Ahora, lo que están proponiendo no es una transición, es que la Argentina se haga cargo de las externalidades de los impactos ambientales, sociales, culturales y económicos que tiene la producción a gran escala de hidrógeno para que en los países del norte puedan descarbonizar su matriz”.
¿Qué es el hidrógeno verde?
Es el hidrógeno que se obtiene a partir de la electrólisis del agua. Es decir, el agua se somete a la intervención eléctrica y, a partir de ahí, se separa la moléculas de hidrógeno de las de oxígeno.
Este hidrógeno funcionaría como un vector de energía ya que después, al combinarse nuevamente con oxígeno, liberaría calor y se aprovecharía esa energía que produce.
Se le llama hidrógeno verde porque se obtiene justamente a partir de la electrólisis del agua. Después está el gris y el azul que tienen que ver con la obtención del hidrógeno a partir de la transformación del gas natural. El gris tiene emisiones de carbono y en el azul se hace una captura del carbono en el proceso de producción.
Esa es la clasificación de colores, pero me parece que acá lo que importa son los verdes y no necesariamente el verde del hidrógeno sino el monto de la supuesta inversión que habría que es lo que ocupa los titulares de todos los medios. No se está hablando de un proceso de transición energética, de descarbonización de la matriz, de abandono de los combustibles fósiles sino de dólares, de cosas totalmente diferente y eso es lo que nos llama a las sospechas.
¿Qué significaría esta inversión?
Primero, son muchos anuncios y no hay información clara. Si uno recorre los portales de noticias va a encontrar montos diferentes de inversión. Por ejemplo, la semana pasada el Diario Río Negro hablaba de que iban a producir amoníaco verde a partir de hidrógeno y que el monto de inversión eran 6 mil millones de dólares y esta semana ya no habla de amoníaco verde sino de hidrógeno y de 8 mil 300 millones de dólares. La falta de claridad de información genera dudas.
Después se habla con una liviandad muy fuerte de una cantidad de puestos de trabajo que no sabemos de dónde sale el cálculo. Puntualmente porque no hay en el mundo una planta de producción de hidrógeno de esa dimensión, se habla de una planta de una potencia instalada de 2000 megavatios. Para tener una idea: en Argentina en el sector eólico la potencia instalada es de alrededor de 3200 megavatios. Es la capacidad de producción que tienen los parques eólicos en una situación ideal, nunca van a producir lo que potencialmente pueden porque los vientos varían, no son constantes y por otras situaciones. Generan de forma variable.
Este solo proyecto tendría 2000, representaría el 60% de lo que existe hoy.
“Las mismas fuentes oficiales reconocen que sería 100% para exportación”.
El proyecto anunciado tendría su propia generación de energía eólica…
Se está hablando de tres parques, de 400 aerogeneradores que se instalarían. No se habla de la ocupación territorial, los aerogeneradores no se instalan en el aire. En el caso que conocemos acá en Neuquén con el parque eólico Vientos Neuquinos hubo un cambio en el uso, lo que eran tierras para la cría de ganado ahora son tierras para la generación de energía porque el predio está cercado, el criancero, la familia que vive en esas tierras fiscales no puede hacer uso del lugar. Habría un desmonte. Demanda materiales que de algún lado tienen que salir y eso habría que verlo, cobre por ejemplo.
Se está hablando de un proyecto que no es para descarbonizar la matriz energética argentina sino que las mismas fuentes oficiales reconocen que sería 100% para exportación. Sería generar hidrógeno para blanquear la matriz energética de países como Alemania que está llevando adelante un proyecto de transición, no por nada aparece entre las comparaciones que tendría una capacidad equivalente al 10% de lo que demandaría Alemania. Desde el gobierno de Río Negro, desde principios de año vienen negociando con la embajada alemana y el Instituto Fraunhofer. Se está hablando de un rol de subordinación de Argentina para beneficiar o atender las necesidades del norte, nuevamente la asimetría norte-sur.
¿Qué se sabe respecto al uso de agua?
Se está celebrando que esta planta se realizaría en la zona costera, cerca de Sierra Grande y no utilizaría agua dulce sino salada. Ya es importante que no se utilice dulce porque no sabemos de dónde se abastecería.
Para hacer la electrólisis con agua salada primero hay que desalinizarla. Es decir, si ya hay una pérdida de energía cuando la que generan los molinos -para transformar en hidrógeno- se la consume el proceso de electrólisis también habría una pérdida cuando se desaliniza. La tasa de retorno energético iría bajando, ni qué hablar para someterlo a más de 200° bajo cero para poder transportar el hidrógeno.
Ahí aparece todo lo que tiene que ver con la eficiencia energética del proyecto que no está clara, solamente se habla de los dólares que ingresarían al país. Otra cosa es qué se haría con la sal que quedaría como resultante del proceso de desalinización del agua.