Por Russell Gold.- BP PLC otorgó US$500 millones en contratos para perforar pozos en el gigantesco yacimiento petrolero de Rumaila, en Irak. Se trata del primer paso en una ofensiva por parte de petroleras internacionales para revivir la atribulada industria energética del país.
De tener éxito, el proyecto en Rumaila y otros varios yacimientos cerca de Basra podría significar el mayor crecimiento de producción de crudo de la historia, con un impacto a nivel mundial.
Una mayor producción en Irak podría ser la diferencia entre un mercado global bien abastecido con un precio de crudo estable a US$82 por barril y un mercado ajustado con precios de tres dígitos que lucha por suplir la creciente demanda proveniente de Asia.
“Podría cambiar el mapa del petróleo”, señala Paolo Scaroni, presidente ejecutivo de la italiana Eni SpA, que se prepara para iniciar obras en el gigantesco yacimiento de Zubair.
El proyecto, sin embargo, afronta enormes obstáculos, desde inestabilidad política hasta riesgos de seguridad.
Los contratos de perforación representan el inicio de una amplia campaña por parte de una decena de las mayores petroleras del mundo para reconstruir la decrépita infraestructura de Irak y transformar al país en rival de Arabia Saudita como el mayor exportador de crudo, dijeron funcionarios.
Irak posee la tercera mayor reserva de petróleo del mundo, después de Arabia Saudita e Irán, pero dos décadas de guerra, sanciones y negligencia han dejado sus campos en mal estado. Se necesita inversión, nuevas perforaciones de pozos y la extración de enormes cantidades de agua del subsuelo para restaurar la presión y revitalizar las reservas.
Funcionarios iraquíes dicen que planean aumentar la producción diaria en 10 millones de barriles. La mayoría de los observadores considera que la meta es demasiado optimista y ven como más factible aumentarla en entre tres y cuatro millones de barriles. Incluso eso sería un logro histórico, sólo por detrás de la expansión de Arabia Saudita en la década del 70. Tras la invasión de Estados Unidos en 2003, Irak tardó seis años en volver a producir 2,5 millones de barriles al día, el nivel de 2001.
La Nación