Por Alejandro Rebossio .- CHENGDU, China.- El gobierno de Néstor Kirchner había prometido en la visita del presidente chino, Hu Jintao, a la Argentina en 2004 que llegarían US$ 20.000 millones de inversiones del gigante asiático. Hu pronosticó en aquella gira que toda América latina recibiría hasta 2014 100.000 millones procedentes de su país. Hasta 2009, la inversión china acumulaba poco más que 30.000 millones, reconoció el presidente del Consejo de China para la Promoción del Comercio Internacional, Wan Jifei, en la reciente cumbre empresarial China-América latina, que organizó ese organismo y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Chengdu (sudoeste chino). Es decir, menos del 1% de la inversión directa extranjera que recibía América latina provenía de la economía que el año pasado alcanzó el segunda puesto mundial. En la Argentina, China ni siquiera figuraba hasta 2009 entre los 20 principales inversores.
Pero sólo en los primeros 10 meses de 2010 se anunciaron nueve operaciones grandes (adquisiciones y radicaciones de actividades productivas) por 22.740 millones destinadas a la extracción de metales (como el cobre y el hierro) y petróleo, las industrias del acero y automotriz y la instalación de redes eléctricas de alta tensión, según un informe del BID. Siete de ellas fueron en Brasil, incluida la ampliación de capital de la filial de Repsol (ver infografía) y la implantación de una fábrica de Chery (que desistió de asociarse con Franco Macri en Chaco); una fue en Chile y la restante se trató de la compra que hizo Cnooc -estatal con cotización en bolsa, como la mayoría de las grandes empresas chinas- del 50% de Bridas (grupo Bulgheroni), que tiene 40% de una de las principales productoras de crudo de la Argentina, Pan American Energy (PAE). Desde 2005, cuando el régimen chino dio a sus empresas la orden de internacionalizarse, habían comenzado a llegar inversiones en metales en Chile, Perú, Brasil y Río Negro (el hierro de Sierra Grande), petróleo de Ecuador y Colombia y autos de México.
Hu también había pronosticado en 2004 que el comercio entre su país y América latina llegaría a los US$ 100.000 millones en 2010, frente a los 12.600 millones de 2000. Pero aquella meta ya se superó en 2007.
China ha devenido segundo socio comercial de la Argentina (ya sea como origen y destino de los intercambios) y del Perú, y en el primero para Brasil y Chile. La Argentina es el país latinoamericano más alejado de China (a 19.400 kilómetros), según la consultora SinoLatin Capital, pero ofrece el menor costo a la hora de comerciar con ese gigante, destaca el director de Integración y Comercio del BID, Antoni Estevadeordal.
Pero no sólo porotos y aceite de soja puede exportar la Argentina. El coordinador del Programa de Créditos del BID, Fabrizio Opertti, opinó que hay oportunidades de vender el know how (conocimiento) agropecuario. El presidente del banco, Luis Alberto Moreno, señaló otra fuente de negocios: “China es el segundo mercado de lujo más grande del mundo, con el 25% de las ventas. Tiene más millonarios que EE.UU. y sus ricos son más jóvenes, con 45 años promedio”. Moreno puso como ejemplos la venta de carne uruguaya -la Argentina ahora busca permiso chino para imitarlo-, la radicación en China de la fabricante brasileña de aviones Embraer o los servicios telefónicos que presta Costa Rica. También la mexicana Bimbo fabrica pan en territorio chino.
Importación
Por el lado de las importaciones, Haier, el mayor fabricante chino de electrodomésticos de línea blanca, está vendiendo en la Argentina teléfonos y equipos de aire acondicionado. Pero su director general de grandes cuentas, Sun Yongle, comentó que su firma ya acordó con los gobiernos de Cuba y Venezuela el ensamblado en esos países.
La china Citic Construction, que sólo participa de proyectos de más de US$ 500 millones y llave en mano, está fabricando 297 vagones para el subte porteño. En 2008, en su visita a China, la presidenta Cristina Kirchner acordó comprarlos, sin licitación, por 620 millones. El director general de Citic, Yuan Shaobin, comentó que busca hacer más infraestructuras.
Entre las oportunidades de inversión en la Argentina, el presidente de PAE y Bridas, Alejandro Bulgheroni, apuntó al sector de la energía eólica. Fan Jixiang, director general de la principal constructora china de hidroeléctricas, SinoHydro, dijo que impulsa proyectos en el país. El vicejefe ejecutivo de China Radio International, Ma Bohui, dijo que próximamente instalará una emisora en Buenos Aires. Gao Xiching, presidente del quinto mayor fondo soberano del mundo, China Investment Corporation, señaló oportunidades de inversión en la actividad forestal, autopistas, aeropuertos, puertos y trenes bala.
China y la región son dos regiones en crecimiento e interdependientes. Pero hasta el vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (organismo de gobierno), Bai Lichen, admitió la necesidad de un cambio en el patrón de intercambio: “América latina debe agregar valor a sus recursos naturales. Buscamos más cooperación en finanzas, energías renovables, medios, turismo y sector inmobiliario”.
Fuente: La Nación
La Argentina captura poco de la inversión que llega a la región
Silvia Stang
LA NACION
Durante el primer semestre de este año, América latina recibió inversiones productivas por US$ 50.345 millones, un monto que supera en un 16,4% al de la primera mitad de 2009. La Argentina recibió de esa cifra sólo el 4,3%, con un total de US$ 2174 millones, según el informe de Inversión Extranjera Directa (IED) que difundió ayer la Comisión Económica para América Latina (Cepal), organismo dependiente de la Organización de Naciones Unidas.
Los números no ubican a la Argentina como un protagonista fuerte en la captura de esos fondos, que de alguna manera reflejan el nivel de confianza y el grado de oportunidades con vistas al largo plazo que cada territorio ofrece, al menos a los ojos de los empresarios. En comparación con 2009, los capitales venidos a la región en el primer semestre del año fueron superiores en US$ 7104 millones: en el caso de la Argentina, la cifra creció en sólo US$ 158 millones, un 7,8% superior a la del primer semestre de 2009. Ese índice de mejora fue, de esta manera, inferior a la mitad del registrado para toda la región.
Del conjunto de 11 países al que se refiere el informe, el nuestro se ubica en el sexto lugar en el ránking ordenado según monto de inversiones recibidas. Con tasas de crecimiento económico más estables y un mercado mucho más grande, Brasil sigue siendo el país más bendecido por las empresas a la hora de elegir el lugar para sus inversiones. En los primeros seis meses del año recibió flujos por US$ 17.130 millones. En términos de incremento respecto del año pasado, los países con mejor performance resultaron ser dos vecinos de la Argentina, que durante el período analizado formalizaron un cambio de gobierno: Uruguay, donde la suba interanual fue del 35,4%, con un total ingresado de US$ 784 millones, y Chile, que registró un alza del 29,3%, con un monto total de US$ 8029 millones.
Concentración
A ellos les siguió México, que tras un incremento del 26,8%, llegó a una cifra de inversiones recibidas equivalente a US$ 12.238 millones. Sólo Brasil, México y Chile se quedaron con tres de cada cuatro dólares destinados a inversiones por las empresas trasnacionales.
De acuerdo con los analistas de la Cepal, el aumento de las inversiones llegadas a América latina se explica “por la estabilidad y el crecimiento económico” que mostró la mayoría de los países. Destacan también que, en el caso de la región sur del continente, el alza de los precios de las materias primas provocó un estímulo para las inversiones “en minería e hidrocarburos”. También se le asigna impacto a la recuperación del comercio internacional y a las mejores perspectivas de los mercados financieros globales.
Fuera del proceso quedó, al igual que el año pasado, Venezuela. El país liderado por Hugo Chávez tuvo un saldo negativo en su cuenta de ingresos de inversión, con una salida de capitales por US$ 107 millones, una cifra de todas formas muy inferior a la de US$ 1471 millones de la primera mitad de 2009.
“Las decisiones tienen que ver con el horizonte de largo plazo que se observe”, analizó el economista Bernardo Kosacoff, quien hasta hace poco trabajó para la oficina de la Cepal en Buenos Aires.
Según consideró, la Argentina se enfrenta a una situación paradójica. A la vez que tiene un buen ritmo de recuperación económica y un contexto internacional que le es favorable, no logra ser elegida por las multinacionales a la hora de hacer inversiones, aun cuando la mayoría de los grandes jugadores de la producción económica tienen filiales en el país. ¿El motivo? “El horizonte que se ve no deja de ser de corto plazo”, afirmó el economista.
Tasas volátiles
Según agregó, si se comparan los datos de la Argentina con los de Brasil, se observa que ambos países crecen poco en el largo plazo. “Pero la diferencia es que Brasil lo hace de manera suave pero continua, mientras que acá todo es volátil”, afirmó.
En el país vecino, que este domingo definirá quién sucederá a Luiz Inacio Lula da Silva en la presidencia, entran en juego también otros factores. En los últimos tiempos, según recordó Kosacoff, se incorporaron al universo de quienes reciben ingresos 25 millones de personas.
El informe de la Cepal afirma que también influyen las repatriaciones que realizan las subsidiarias brasileñas de empresas trasnacionales, en concepto de préstamos que toman con sus casas matrices.
MAS CAPITALES LLEVADOS FUERA DE LAS FRONTERAS
El informe de la Cepal difundido ayer muestra que en el primer semestre del año un conjunto de siete países latinoamericanos hicieron inversiones fuera de sus fronteras por un total de US$ 20.796 millones. Esa cifra representa un incremento del 281% frente a los US$ 5453 millones que marcaba el dato correspondiente a la primera mitad de 2009. En el caso de la Argentina, la cifra resultó este año de US$ 448 millones versus US$ 106 millones del mismo período de 2009. El país que llevó mayor cantidad de capitales hacia otras latitudes fue México, con una cifra de US$ 8068 millones. Les siguieron Brasil, con US$ 5577 millones, y Chile, cuyas compañías destinaron al exterior inversiones por 4140 millones de dólares.
Fuente: La Nación