El titular de la petrolera boliviana se lo confirmó ayer a De Vido. La clave de esta decisión radica en un convenio que Evo Morales estuvo tejiendo con la rusa Gazprom y la española Repsol para que desarrollen los campos gasíferos.
Cledis Candelaresi
La petrolera boliviana YPFB se comprometió ayer a incrementar el suministro de gas destinado a Argentina y avanzar con el gasoducto del Nordeste que permita traerlo. La clave para esta decisión radica en un convenio que Evo Morales estuvo tejiendo con la rusa Gazprom y la española Repsol para que desarrollen los campos gasíferos, donde otras empresas retacean invertir. Por su parte, el presidente de la Total, Cristophe de Margerie, aseguró ayer en la penúltima jornada de la Conferencia Mundial de Gas que seguirá haciendo inversiones en el país.
Julio De Vido recibió ayer al presidente ejecutivo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Carlos Villegas, y al ministro de Hidrocarburos y Energía de Bolivia, Carlos López Antezana. En ese cónclave habrían avanzado en los términos de un acuerdo que podría anunciarse en las próximas semanas, si es que se supera el dilema del huevo y la gallina generado entre ambos países.
Para que Bolivia pueda venderle más gas a la Argentina necesita millonarias inversiones con el propósito de extraer ese producto de su rico subsuelo. Hasta ahora el gobierno de Evo, YPFB mediante, no consiguió cerrar tratos con las petroleras privadas que operan en su territorio que garanticen el desarrollo de esos pozos. Así las cosas, el gobierno local no tiene garantías de que dispondrá del fluido necesario y por eso tiene en stand by la licitación del gasoducto del Nordeste. Para ejecutar este emprendimiento a través de Enarsa, necesitaría unos 2000 millones de dólares que no sería razonable desembolsar si luego el caño queda vacío.
La administración de Morales, en tanto, sostiene que no es viable que se ejecuten importantes inversiones para esos desarrollos si no hay garantías argentinas de cuánto gas comprará y cómo lo pagará. La duda está fundada, entre otras cuestiones, en el hecho de que Enarsa –que importa el gas boliviano a cuenta de Planificación– tiene algunas demoras en los pagos de ese fluido. Según aseguraron a Página/12 fuentes ligadas a la empresa estatal local, esa demora se debe a que suele haber diferencias en el volumen de gas facturado por YPFB y el que
Enarsa tiene registrado como efectivamente ingresado al país. Chequear esto llevaría su tiempo.
Argentina hoy sufre los avatares de producción del país vecino. Según el acuerdo vigente, Bolivia debería entregarle 10 millones de metros cúbicos por día. Pero no sólo no se llegó a ese tope nunca, sino que los despachos desde el Altiplano son erráticos y oscilan entre 1,5 millón un mes y los 7 de otro. Esto obligó a Planificación a buscar otras alternativas de abastecimiento que son más caras que los casi cinco dólares el millón de BTU que se le paga a Bolivia.
Todo se facilita con dinero, algo que la estatal Yacimientos no tiene en abundancia. De ahí que necesita inversores privados que aporten cash y gerenciamiento, algo que podrían hacer Repsol y Gazprom, con las que los colaboradores de Evo entablaron negociaciones. Sobre esa certeza, Enarsa se animaría a concluir la licitación del gasoducto que hace unos años Techint propuso tender con recursos propios. En las cercanías del ministro De Vido, imaginan que en seis o siete meses podría arrancarse con las obras para el ducto de 1500 kilómetros, que sería operado por el Estado.
“YPFB se comprometerá a suministrar los volúmenes de gas necesarios que permitirán agilizar y viabilizar el proyecto” del gasoducto, sentenció ayer Villegas en un encuentro con la prensa, luego de un almuerzo que tuvo lugar en La Rural, escenario de la Conferencia Mundial, con el sponsoreo de Tecpetrol, la hidrocarburífera de los Rocca. Justamente, la que hace unos años impulsó el tendido del gasoducto del Nordeste.
La socia de Techint en TGN (Transportadora de Gas del Norte), la francesa Total, también tiene agenda full en territorio local. Apuesta a seguir desarrollando los ricos pozos gasíferos de Tierra del Fuego, que otro costoso gasoducto por construir arrimará al continente. Margerie también aprovechó su paso por Buenos Aires para presentarle a De Vido una fórmula que mejore el precio del “gas nuevo”, que se paga muy por encima del que se extrae de los pozos en producción. Según aseguró el directivo galo, su pedido “tuvo buena recepción” de parte del ministro.
Fuente: Página/12