El proyecto minero que la canadiense Osisko Mining abandonó esta semana en La Rioja, es una muestra más de la compleja situación que atraviesa la minería en la Argentina.
La actividad está seriamente cuestionada por sectores ambientalistas, por las poblaciones cercanas a las actuales o futuras explotaciones y por una parte no menor de la sociedad en su conjunto.
Y además, enfrenta una serie de factores políticos y económicos que le ponen un pie encima.
Un relevamiento en el sector minero arroja este resultado: hay 8 proyectos suspendidos, paralizados o abandonados que representan inversiones paradas por más de 30.000 millones de dólares.
De ese monto, un tercio corresponde al proyecto Potasio Río Colorado, en el sur de Mendoza, que la brasileña Vale abandonó este año. Implicaba una inversión total de más de 10.000 millones de dólares, según datos actualizados que manejan en el sector minero.
El otro proyecto que entró en zona de incertidumbre es el de Pascua-Lama (oro y plata), que la canadiense Barrick Gold planea hacer en un área de los Andes repartida entre Chile y la Argentina.
El viernes pasado Barrick blanqueó que los plazos de puesta en producción se estirarondebido a que las autoridades chilenas obligaron a paralizar las obras por reclamos de tipo ambiental.
Los dos proyectos ya estaban en etapa de construcción, lo mismo que Cerro Negro, en Santa Cruz, que hoy está considerado “en riesgo” o Don Nicolás, también en Santa Cruz, cuyas obras fueron suspendidas.
El gerente general de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, Damián Altgelt, reconoció las complicaciones, pero señaló que buena parte de ellas “se originan a nivel internacional, por una baja importante de los precios de minerales como el oro, la plata y el cobre”, cuyos precios están hoy cerca de un 20% por debajo de los máximos.
La caída de los precios, relata Altgelt, deriva en mayores dificultades para que las mineras salgan a buscar financiamiento a los mercados de capitales.
De hecho, la minera Barrick está siendo seriamente cuestionada por los inversores. El miércoles, en la Bolsa de Toronto, sus acciones cayeron al precio más bajo en 21 años, y valen 56% menos que al principio de año. La Prensa canadiense dice que buena parte de esa caída hay que atribuírsela a las demoras en el mega proyecto Pascua Lama.
Altgelt dice que todo el sector también está siendo impactado por la suba de costos de la producción, el costo de financiamiento, mano de obra y de bienes y equipos.