Por Mammad Ahmadzada Embajador de la República de Azerbaiyán en Argentina
El 17 de diciembre de 2013 se firmó en Bakú el programa final de inversiones para la explotación de la segunda fase de Shah Deniz (Shah Deniz-2), el enorme yacimiento de gas off-shore de Azerbaiyán en el mar Caspio. Este proyecto, denominado Nuevo Contrato del Siglo, es de gran importancia no sólo para Azerbaiyán, sino también para el mundo.
El primer Contrato del Siglo de Azerbaiyán fue firmado en 1994 para explotar los yacimientos petrolíferos de Azeri, Chirag y Guneshli, también en el mar Caspio. Esta gestión, realizada por Heydar Aliyev -líder nacional de Azerbaiyán- permitió abrir la región a las inversiones internacionales, colocando a Azerbaiyán en el mapa energético mundial, impulsando la cooperación regional y garantizando el desarrollo económico sustentable del país. Azerbaiyán ha sido uno de los países del mundo con mayor desarrollo económico desde 1997, con un 17% de crecimiento promedio anual del PBI. En la actualidad sus recursos financieros estratégicos alcanzan los 50 mil millones de dólares.
Socio energético de Europa
Las reservas totales de gas de Azerbaiyán se calculan en alrededor de 3 mil billones de metros cúbicos, 1.2 mil billones de ese volumen le corresponden al yacimiento de Shah Deniz. La producción de gas de Shah Deniz-2 está programada para comenzar en 2018 con la producción anual de 16 mil millones de metros cúbicos, de los cuales 10 mil millones serán enviados a Europa y 6 mil millones de metros cúbicos a Turquía. Luego del inicio de Shah Deniz-2, la producción total de gas en el yacimiento será de 25 mil millones de metros cúbicos, de los cuales 9 millones serán producidos dentro de la primera etapa del proyecto, actualmente en funcionamiento.
A partir de 2019, el gas de Shah Deniz-2 será transportado vía gasoductos de 3500 kilómetros de largo a través de Azerbaiyán, Georgia y Turquía (Trans Anatolian Pipeline – TANAP) a Grecia y desde Grecia a Italia a través de Albania y el Mar Adriático (Trans Adriátic Pipeline -TAP). Está planeado el suministro de gas desde Grecia a Bulgaria, así como en la siguiente etapa a Montenegro y Croacia, y posteriormente a Rumania, Hungría y Austria. La capacidad inicial de estos gasoductos será de 10 mil millones de metros cúbicos anuales, ampliable hasta 20 mil millones. Los contratos para comercializar el gas de Shah Deniz-2 ya se firmaron en setiembre de 2013 con nueve sociedades europeas.
La inversión para la explotación de Shah Deniz-2 y de la ampliación de la infraestructura en Azerbaiyán y Georgia alcanzará los 28 mil millones de dólares. Y si se agrega el costo de los gasoductos TANAP y TAP, se alcanzarán los 45 mil millones, creando, además, 30 mil puestos de trabajo en los países involucrados.
Jugador clave en el mercado energético
Azerbaiyán es conocido en el mundo como un confiable socio energético. Exportador de grandes volúmenes de petróleo y gas, la estratégica red de transporte desarrollada por Azerbaiyán (los oleoductos Baku-Tbilisi-Ceyhan, Baku-Supsa, Baku-Novorossisk, el gasoducto Baku-Tbilisi-Erzurum) benefició la integración, desarrollo y prosperidad en la región, garantizando el acceso estable de los hidrocarburos del Caspio a los mercados internacionales.
Shah Daniz-2 representa una nueva Era en la seguridad y diversificación energética de Europa, ampliando, además la cooperación internacional entre los países y las empresas involucradas. Según el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, Shah Daniz-2 es un hito histórico que cambiará el mapa energético de Europa.
En el futuro, la explotación de otros grandes yacimientos de gas, las posibilidades de tránsito y las oportunidades de negocio serán una fuerte contribución al desarrollo regional e internacional, no sólo para Europa, sino también para los países de Latinoamérica con los cuales Azerbaiyán busca profundizar sus lazos.
Azerbaiyán ha venido desarrollando una relación bilateral con la Argentina que incluye también la cooperación en el área energética. Valga como ejemplo el reciente acuerdo entre la Compañía Estatal de Petróleo de Azerbaiyán (SOCAR) y la empresa argentina Galileo para la instalación de estaciones de GNC. El desarrollo de Shah Daniz-2 (tanto en la extracción como en la construcción de gasoductos) puede generar a las empresas argentinas oportunidades de negocios mientras provee a Europa de la necesaria energía para su desarrollo industrial.