El Hotel BAUEN es una de las más emblemáticas empresas recuperadas por los trabajadores en Argentina. Cerrado por sus dueños a través de una maniobra fraudulenta que dejó a todos sus trabajadores en la calle a finales de 2001, el enorme edificio de 20 pisos de altura en pleno centro de Buenos Aires estuvo abandonado por más de un año hasta que un grupo de sus antiguos empleados lo ocupó el 21 de marzo de 2003. Se inició así un proceso de 11 años de autogestión que creo 130 puestos de trabajo y puso en valor un hotel vaciado y abandonado por sus patrones, prácticamente sin financiamiento externo. Además, convirtió a un hotel que antes fue símbolo de la corrupción del poder en un lugar de reunión y solidaridad para movimientos sociales, sindicatos y organizaciones de trabajadores, donde se realizaron cientos de jornadas de organización y debate, incluyendo eventos académicos y culturales.
Pero el BAUEN no es solo emblema de autogestión. Su origen es también un ejemplo claro de la connivencia y corrupción entre el poder económico y la dictadura genocida que ensangrentó a la Argentina entre 1976 y 1983. El BAUEN fue construido para el mundial de fútbol de 1978 con créditos de un banco del Estado (el BANADE) que nunca fueron pagados. Por esa deuda, el Estado podría recuperar la propiedad del hotel. En lugar de eso, mientras la deuda de los empresarios no se ejecuta, la justicia dictaminó que la empresa Mercoteles (continuadora de la empresa original) es la dueña del edificio y ordenó el desalojo de la cooperativa de trabajadores. La demanda fue apelada por la cooperativa pero fue rechazada en todas las instancias judiciales.
El 21 de marzo de 2014, al cumplirse 11 años de la recuperación del BAUEN por los trabajadores, se conoció la orden de desalojo contra la cooperativa. Los trabajadores y numerosas organizaciones sociales están dispuestos a resistir esperando que se llegue a una solución definitiva, que reconozca el trabajo y el rol social, económico y cultural de la empresa autogestionada y que no premie a los empresarios corruptos y cómplices de la dictadura.
Los abajo firmantes nos solidarizamos con los trabajadores del BAUEN y esperamos una urgente solución que permita continuar con una experiencia de autogestión que es ejemplo para el mundo.