1 al 12/12 | Ecuador/Perú: Caravana climática por América Latina

No son ellos, somos nosotros. Inadaptados al cambio climático
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Hace 22 años en este mismo continente, se traía a la mesa de negociaciones la crisis del cambio climático. Muchas propuestas evasivas, pretensiones de hacer de la crisis una oportunidad para los negocios, negaciones, silencios y muchas tragedias materializan la crisis climática en los territorios. Un balance de 22 años de indiferencia y sinismo.
Gobiernos e intereses trasnacionales siguen invirtiendo en la destrucción de los bosques, ríos, mares, selvas, manglares, montañas, glaciares y desiertos; espacios de vida que terminan siendo sacrificados a nombre del desarrollo y el progreso.
En estos 22 años, estamos más lejos de creer que la solución vendrá de los gobiernos, que el mercado contribuirá a la conservación, o que la mercantilización de la naturaleza permitirá proteger el clima.
Nuestra mirada está en las comunidades indígenas que han sabido conservar los ecosistemas, en los campesinos que luchan por proteger sus tierras, en las mujeres que trabajan cariñosamente en los manglares, en los niños que mantienen viva su capacidad de fascinación de la naturaleza, y en los habitantes de las grandes urbes que se saben despojados de la naturaleza desde su nacimiento. Nuestros guardianes.
Nosotrxs, los mismos que somos, caminamos hasta aquí para contagiarte, contagiarnos de la certeza que el mundo que queremos ya existe; como existen  los colores de la tierra, los soles que nos brillan y los caminos de los guardianes que defienden los territorio en todo el planeta.
Por eso convocamos:
– A encontrarnos rumbo a la COP20, juntar nuestras historias, miradas y pasos que exigen justicia climática bajo estos ejes rectores:
1. Mantener los hidrocarburos bajo el suelo es prioridad para frenar no sólo la devastación ambiental, sino poner fin a uno de los males que tanto ha lastimado y cambiado el ritmo climático en muy pocas décadas.
2. Proscribir la financialización de los bosques y la mercantilización de las funciones de la naturaleza, pues no es una solución para disminuir las misiones de gases hidrocarburíferos a la atmósfera; Son falsas soluciones que han incrementado la destrucción de los ecosistemas, la ruptura del tejido social comunitario y la fractura de la organización social comunitaria.
3. El agua, como bien común no puede seguir siendo concebida como una mercancia. Las represas, presas e hidroeléctricas forman parte del corredor minero-energético. La producción de energía hídrica, lo que mantiene es la ampliación de la brecha de la devastación ambiental.
4. Un necesaria  discusión de cuáles son nuestras  alternativas qué se está trabajando alrededor del mundo para dejar de depender de los combustibles fósiles.
La agresividad con la que se pretende expandir la ocupación de territorios, no depende del “color político” de los gobiernos, depende de la nueva fase de modernización del capitalismo. Por ello, el encontrarnos se hace más urgente.
No son ellos los que encontrarán las soluciones, somos nosotros, los Inadaptados al cambio climático, los que podemos y debemos contener la guerra contra la naturaleza.
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