La industria de la fracturación hidráulica (fracking) está en auge. También están en auge las compensaciones con dinero y adquisiciones de propiedad de personas que dicen que el fracking ha arruinado su agua, bajado los precios de sus casas y destruido su calidad de vida. Desde animales de granja muriendo de un día para otro hasta el bajo peso de niños recién nacidos, el fracking se está convirtiendo en sinónimo de daño, y el proceso es conocido como dañino para los ecosistemas, así como la salud animal y humana.
En el debate sobre el fracking a menudo se pasa por alto el hecho de que este puede violar leyes internacionales de derechos humanos de múltiples maneras. También puede ser pasado por alto el hecho de que existen mecanismos internacionales de derechos humanos disponibles para que las personas hagan valer sus derechos.
Esta guía pretende contribuir al debate sobre el fracking delineando cómo el derecho internacional de derechos humanos puede empoderar y reposicionar a personas y comunidades como poseedores de derechos, proporcionando una visión general amplia de mecanismos de rendición de cuentas para abordar las amenazas o los daños del fracking. Estos son muchos e incluyen violaciones al derecho a la salud, al agua, a los alimentos, a la vivienda, a la libertad de expresión e información, a los derechos de los niños y a los derechos culturales y colectivos de los pueblos indígenas, las minorías étnicas y las comunidades campesinas.