Por Marcelo García (El Extremo Sur/Informe Especial – Primera Parte).
La crisis del agua y los cortes crónicos aparecieron casi con la misma fundación de Comodoro Rivadavia. En los últimos años se han profundizado hasta la exasperación, y la única solución posible exige una fuerte inversión para ampliar el acueducto y mantenerlo. Desde hace cinco años el actual ducto que transporta el agua potable a la región fue declinando en su capacidad de transporte y los cortes de agua son una desagradable costumbre que abarca todos los veranos.
Las permanentes roturas de los caños, que recorren cerca de 220 kilómetros transportando el agua desde Sarmiento hasta Caleta Olivia, se vinculan a la falta de mantenimiento y a las grandes pérdidas que se producen en su recorrido disminuyendo el caudal de agua a distribuir.
La obra inaugurada en 1999 ha quedado cada vez más obsoleta e insuficiente, y ni qué hablar del viejo acueducto que data de mediados de la década del ’60. La mayoría de los cortes en el suministro de agua se relacionan con la escasez de inversiones para conseguir el óptimo funcionamiento. Cuando no se rompe el acueducto, bajan las reservas de agua y por uno u otro motivo se multiplican los cortes del suministro.
En la medida que el acueducto fue quedando viejo se produjeron una serie de combinaciones que llevaron nuevamente al colapso en el abastecimiento del agua potable para la población de la región. Por un lado se produjo un fuerte aumento de la densidad poblacional en las cuatro urbes que abastece, a lo que se debe sumar el creciente incremento del agua para la explotación secundaria del sector petrolero y otras actividades industriales (datos que serán ampliados en la segunda entrega del Informe Especial).
Una incidencia no menos significativa tiene el uso del agua para riego en la zona del valle de Sarmiento, que aunque no se abastece del acueducto sí utiliza agua de la cuenca acuífera del Río Senguer.
Otro elemento importante es el derroche domiciliario que se genera en las grandes zonas urbanas y que impacta en los altos niveles de consumo. Todos estos factores, sumados a las pérdidas por roturas, detonaron que frente a la llegada de la temporada estival se hagan moneda corriente los cortes de agua.
Desde hace décadas, la llegada del verano es el inicio del calvario del agua, con similares características a las que desataron en febrero de 1986 una multitudinaria movilización que enfrentó la crisis del agua de aquellos años. El primer acueducto que había sido inaugurado en 1966 estaba completamente colapsado y sus roturas eran tan frecuentes como las actuales.
Los periódicos de la época detallan que en poco más de 15 años el viejo acueducto había registrado 38 roturas como consecuencia de la sobrepresión que se producía en los primeros kilómetros antes de Cerro Negro.
Como solución al problema de los años ’80, la SCPL elaboró un proyecto para el nuevo y actual acueducto que preveía una solución para el tema del agua hasta el año 2025. Finalmente en diciembre de 1999 se inauguró la obra, que recibió muchos cuestionamientos por sus elevados costos presupuestados;que terminaron rondando los 100 millones de dólares.
Casi dos décadas después los problemas siguen y se profundizan. Según relevamientos publicados por Pablo Riffo en ADNSur, los cortes de agua anunciados por la SCPL en Comodoro Rivadavia, Rada Tilly y Caleta Olivia llegaron a 49 durante los últimos 20 meses. Desde noviembre de 2015 hasta principios de enero de 2018 se produjeron 2.200 horas de cortes y solo en el primer mes de este año se sumaron otros 18 cortes.
La obra de repotenciación del acueducto se encuentra interrumpida y estancada en un 90% de su finalización, pero con ella se podrían sumar cerca de 2.000 cúbicos/hora de caudal adicional a la distribución y llevar la capacidad a un total de 7.000 cúbicos/hora.
Los conflictos por la falta de pago de salarios a los obreros de la compañía CPC (perteneciente al grupo de empresas del encarcelado empresario Cristóbal López) terminaron de ahondar los problemas y los cortes de agua.
Sobreprecios en la repotenciación
Al mismo tiempo siguen su curso las investigaciones judiciales por presuntos sobreprecios en la obra de repotenciación que debería traer soluciones a los usuarios de la escasa agua de la Patagonia central. La ampliación de la potencia del acueducto fue presupuestada en 2013 en340 millones de pesos pero en 2016 la Oficina Anticorrupción denunció que habría un sobreprecio de 100 millones y la investigación recayó en el Juzgado Federal del juez Claudio Bonadío y la fiscalía de Carlos Stornelli.
Datos extraoficiales estiman que por la provisión de los cuatro módulos que conforman la planta de ósmosis inversa se habría pagado un sobreprecio de 46,7 millones de pesos, por la instalación de esos módulos se habría pagado la suma de 6,7 millones y otros 46 millones de pesos por la modificación de caños de mayor densidad.
La crisis se profundizó desde 2011
Desde 2011, el acueducto alcanzó su punto más elevado de transporte de agua pero de ahí en más comenzó a retroceder en su capacidad y dejó de transportar casi 4 millones de metros cúbicos anuales que se tradujeron en una reducción del 11% de la capacidad de agua distribuida. Conjuntamente a las constantes roturas, buena parte de la merma en el caudal a ser entregado a los usuarios se vincula a la imposibilidad de utilizar toda la capacidad de los viejos motores Worthington que impulsan el agua por el acueducto de 1966.
La combinación de ambos factores se traduce en una importante caída en el agua repartida a los usuarios durante los últimos seis años, aunque al mismo tiempo fue decayendo de manera considerable el agua tratada para luego ser transportada por los caños.
Según datos oficiales de la SCPL, en 2011 se trataron 37.624.400 metros cúbicos de agua y se repartieron por el acueducto 32.451.683 metros cúbicos, a lo que se le deben sumar 5.172.717 metros cúbicos obtenidos de los acuíferos de Zona Norte. Así se alcanzó el máximo de agua producida y repartida, la que llegó en 36.732.245 metros cúbicos a los aglomerados urbanos hasta donde abastece el acueducto.
Hace seis años se llegó al punto más elevado de agua distribuida en Comodoro Rivadavia (con 28.336.977 metros cúbicos) y en Caleta Olivia (con 4.978.175 metros cúbicos); aunque los demás centros urbanos siguieron consumiendo un caudal mayor a pesar del franco retroceso en que ingresó el sistema de acueducto. Tanto Rada Tilly como Sarmiento continuaron avanzando en consumo de agua potable mientras las dos ciudades más populosas comenzaron a sentir fuertemente la retracción en la distribución.
Caleta y Comodoro, las más afectadas
Caleta Olivia, en el final del ducto, es la ciudad más damnificada debido a que vio caer un 36,2% el caudal de agua que recibió anualmente. De los casi 5 millones de metros cúbicos por año que llegó a la población de Caleta en el 2011 se pasó a los solamente 3,1 millones en el 2017.
Los mayores problemas para los caletenses comenzaron previo al 2011, ya que el punto más elevado de recepción de agua a través del acueducto se produjo en el 2006 cuando recibió casi 6 millones de metros cúbicos anuales, cifra que mantuvo estable durante cuatro años y que comenzó a declinar desde 2011. En 12 años el agua enviada a Caleta disminuyó en 2,8 millones de metros cúbicos a pesar de su crecimiento poblacional.
Indefectiblemente Comodoro Rivadavia también se vio afectada por el mal estado y las dificultades que actualmente posee el acueducto, situación que se padeció en los frecuentes cortes de suministro y en un 7,5% menos de caudal distribuido entre los usuarios domiciliarios.
En el 2011 el agua transportada fue de 28,3 millones de metros cúbicos anuales y así se alcanzó el pico de funcionamiento del acueducto, pero durante los años posteriores y hasta la actualidad fue decreciendo de manera constante hasta bajar a los 25,8 millones de metros cúbicos del año pasado. A Comodoro dejaron de llegar 2,5 millones de metros cúbicos anuales de agua.
El ciclo histórico muestra que en 1991el viejo acueducto solamente podía transportar 15,4 millones de metros cúbicos anuales, pero tras la inauguración del nuevo ducto la capacidad aumentó a 24 millones de metros cúbicos en el año 2000. Un salto significativo se produjo en 2004, cuando la capacidad se incrementó a los 30,4 millones de metros cúbicos y un nuevo salto se produjo en el 2008 al transportar 31,3 millones.
Fue en 2011 cuando el acueducto consiguió transportar su récord histórico de agua para los habitantes de la región, con una capacidad de 37,6 millones de metros cúbicos. A partir de ahí en adelante comenzó a debilitarse en su capacidad hasta la insuficiencia actual que genera cortes de manera constante y el malestar de la población.
Distribución de agua y diferencias en los usuarios
Según los datos de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada (SCPL), en 2017 se potabilizaron 33.614.000 metros cúbicos de agua. Dicha cantidad se repartió en un 76,8% (25.830.133 metros cúbicos) es destinado al uso domiciliario de Comodoro Rivadavia; el 9,4% (3.177.166 m3) se distribuyen entre los usuarios de Caleta Olivia; el 5,9% (1.983.476 m3) va a Rada Tilly; el 5% (1.680.152 m3) a Sarmiento; el 0,8% (269.423 m3) a Diadema Argentina y el 0,5% (176.387 m3) es vendido a la petrolera Pan American Energy. El 1,5% restante es repartido entre el uso interno de la SCPL, el Regimiento de Infantería 25 y los usuarios en ruta.
La cantidad de habitantes que se abastecen actualmente del acueducto es un tema de debate y la ausencia de cifras precisas genera grandes diferencias en los análisis que se pueden concretar; especialmente por la falta de datos censales actualizados que posibiliten precisar las cantidades.
El actual presidente de la SCPL, Gabriel Tcharián, aseguró públicamente en varias oportunidades que los usuarios ascienden a 450.000. Desde la Cooperativa se detalló que la cifra ascendería actualmente a 430.000 repartidos en 311.000 usuarios (entre socios y “colgados”) en Comodoro, 80.000 en Caleta Olivia, 19.000 en Rada Tilly y 20.000 en Sarmiento.
El último dato oficial disponible es el arrojado por el Censo 2010, que determinó 173.266 habitantes en Comodoro, 51.733 en Caleta Olivia, 9. 980 en Rada Tilly y 11.124 en Sarmiento.
Desde aquel censo de principios de la década se menciona constantemente el fuerte aumento de la población en toda la región involucrada, pero no existe ningún dato científico que otorgue certeza al respecto.
Es por eso que El Extremo Sur realizó una estimación poblacional que incorpora un 25% de incremento a los datos censales de 2010, sobre la base del mayor porcentaje proyectado por la Dirección General de Estadísticas y Censos de Chubut. Dicho organismo estimó para 2017 un aumento del 17% que evoluciona progresivamente hasta llegar al 25% para 2020.
Con el aumento poblacional del 25%, la cifra de las ciudades que son abastecidas por el acueducto se eleva a 306.529 habitantes; estimando 216.583 habitantes en Comodoro, 64.666 en Caleta, 13.095 en Sarmiento y 11.375 en Rada Tilly. Dicha estimación dista mucho de la efectuada por la SCPL, con una variación de casi 125.000 usuarios en la región.
Explosión del consumo, liderado por Sarmiento y Rada Tilly
Desde la puesta en marcha del nuevo acueducto, que incluyó el aprovisionamiento de agua a Caleta Olivia, la distribución y el consumo del vital fluido aumentó considerablemente y superó el ritmo de crecimiento población de la región abastecida.
A partir del año 2000 y hasta el año pasado, el conjunto de las ciudades abastecidas por el acueducto aumentaron el consumo de agua en un 39%, pasando de 23,7 millones de metros cúbicos anuales y llegando en el 2017 a los 32,9 millones; pasando por el pico de consumo y distribución que se alcanzó en el 2011.
Comodoro Rivadavia es la urbe más poblada de la región y su consumo pasó de 18,3 millones de metros cúbicos anuales a los 25,8 millones en los doce meses del año pasado. El incremento entre los comodorenses llegó a casi el 41%.
Pero no fue Comodoro la ciudad que más aumentó el consumo de agua potable en la región, sino que los incrementos más notorios se produjeron en Sarmiento y Rada Tilly. La localidad de los lagos incrementó el uso del agua, entre el 2000 y el 2017, en un 125%; pasando de 744.591 metros cúbicos y llegando a los 1.680.152 metros cúbicos. En tanto que la villa balnearia subió el consumo en un 61%, trepando de los 1.229.233 del año 2000 a los 1.983.476 del año pasado.
Muy diferente es el caso de Caleta Olivia, que a lo largo de los 18 años analizados terminó consumiendo casi la misma cantidad de agua que cuando se incorporó al sistema del acueducto. En 2000 los caletenses utilizaron 3.158.761 metros cúbicos y el año pasado la cantidad ascendió solamente a 3.177.166 metros cúbicos, reflejando una variación de solamente el 0,6%.
De promedio y contemplando la variación poblacional del 25% como proyección para el año pasado mencionada anteriormente, el incremento de habitantes abastecidos por el acueducto fue en toda la región de un 64%; cifra que representa cerca de 50% por encima del aumento en el uso del agua entre las ciudades involucradas, aunque ese incremento no tiene los mismos correlatos en todos los pueblos que recorre el acueducto.
La variación poblacional no explica de manera directa el aumento en el uso del agua, especialmente en los casos de Caleta Olivia y Sarmiento. La ciudad del norte santacruceño habría aumentado sus habitantes en un 79% durante casi 20 años pero consumió el año pasado casi la misma cantidad de agua que en el año 2000, de allí que sea uno de los sectores más afectados por los cortes de agua. Mientras que los sarmientinos habrían subido población en un 68% pero el uso del agua se disparó el 125%.
En los casos de Comodoro y Rada Tilly las poblaciones se habrían incrementado en 60 y 83% respectivamente, mientras que el agua consumida desde el año 2000 trepó en un 41% entre los comodorenses y en un 61% entre los radatilenses.
Como un dato a tener en cuenta hay que contemplar lo sucedido en el barrio Diadema Argentina, donde en 18 años el consumo de agua sólo subió un 21% y quizás una parte de dicho bajo porcentaje pueda explicarse por el consumo medido que aplica la Cooperativa de Kilómetro 27.
Pérdidas y despilfarro en el uso diario
La Organización Mundial de la Salud estima que el consumo diario de agua por persona debe rondar los 0,30 metros cúbicos diarios en los países desarrollados y los 0,25 en las zonas subdesarrolladas; más allá que el OMS recomienda que el uso ideal y racional no debería superar los 0,08 metros cúbicos para cubrir las necesidades vitales y la higiene personal.
El derroche de agua al que estamos acostumbrados los ciudadanos con facilidades en el acceso al agua potable, genera que por ejemplo en la Argentina el consumo diario de agua por habitante ronde entre los 0,5 y los 0,61 metros cúbicos. Esa elevadísima cantidad en el promedio nacional incluye enormes pérdidas que se producen en el sistema de distribución de agua, tal como acontece también con el acueducto que arranca en el Lago Musters.
El ministro de Ambiente de Chubut, Ignacio Agulleiro, aseveró recientemente que el consumo de agua en la región del acueducto es elevadísima y estimó que ronda los 0,75 metros cúbicos diarios por persona; aunque esa cifra no puede ser constatada en ninguna de las estadísticas históricas existentes.
“Comodoro gasta promedio 750 litros por habitante, el promedio normal es 250 litros, o sea que se bombea esa cantidad de agua y se consume dentro de la zona urbana 750 litros por día por habitante, y seguramente hay fugas y problemas en la distribución del agua. Esto pasa en todos lados, pero cuando se empiece a medir el agua el vecino ahorra agua porque en algún momento le va a costar”, explicó el ministro chubutense.
En función de las estimaciones realizadas por El Extremo Sur, el consumo diario por habitante en el acueducto rondaría actualmente en los 0,29 metros cúbicos por día y por habitante. El uso de todas las poblaciones abastecidas había sido de 0,41 metros cúbicos diarios por habitante en el 2011 y en el año 2001 había sido de 0,39 metros cúbicos. Todos los valores se encuentran muy por encima de las recomendaciones de la OMS, pero son muy similares a los registrados en el resto país.
Rada Tilly, donde se gasta más agua
Rada Tilly es el conglomerado urbano con mayor uso diario por habitante y así lo reflejó el análisis de los últimos 18 años. Para 2001 cada radatilense utilizó 0,59 metros cúbicos por día, cifra que descendió a 0,52 metros cúbicos en el 2011 y volvió a bajar a 0,48 metros cúbicos en el 2017; aunque de conjunto sigue siendo el más elevados de todo el recorrido que abastece el acueducto y en todo el período sólo se achicó un 18,5%.
Los usuarios de Comodoro Rivadavia ocupan el segundo escalón del mayor consumo de agua potable, pero los valores son menores que en Rada Tilly y las variaciones fueron menores porque llegaron a un achicamiento del 17,5%. En 2001 cada comodorense utilizó 0,40 metros cúbicos por día, para pasar a los 0,45 de 2011 y retroceder a los 0,33 metros cúbicos de 2017.
La localidad de Sarmiento mostró el año pasado el mismo consumo promedio por habitante que Comodoro, alcanzando los 0,33 metros cúbicos diarios. Cada sarmientino consumió 0,29 metros cúbicos en el 2001 y subió su uso a 0,34 en el 2011. A lo largo de casi 20 años el consumo de los habitantes de Sarmiento aumentó el 14%.
La ciudad más perjudicada por la escasez de agua potable ha sido Caleta Olivia, ya que sólo se benefició notoriamente con su inclusión en el sistema del acueducto, pero luego fue perdiendo suministro y el consumo diario por caletense se desplomó a solamente 0,13 metros cúbicos diarios del 2017. En el 2001 el promedio fue de 0,35 metros cúbicos por día y por persona, mientras que en el 2011 ya había descendido a 0,26 metros cúbicos. Desde el 2001 y hasta el 2017, el consumo por habitante en Caleta bajó casi un 62%.
Indudablemente las grandes diferencias existentes entre cada una de las ciudades abastecidas por el acueducto muestra con claridad el uso desmedido y pone en el tapete de la discusión la forma de equilibrar las desigualdades que se observan entre los 0,48 metros cúbicos diarios que usa cada radatilense y los apenas 0,13 metros cúbicos que utilizan los caletenses.
De conjunto el consumo promedio diario de los habitantes abastecidos por el acueducto descendió un 25% en 18 años, pero el mayor peso del uso de agua lo vienen haciendo los habitantes de Caleta Olivia y los de Sarmiento consumen más.
Inversiones, controles y medidores
La instrumentación de los medidores de agua podría aportar a la solución parcial a tan marcadas diferencias de consumos de agua, lo que debería ser complementado con las campañas de concientización en el uso y duras sanciones contra el derroche, pero lejos está la micro-medición de resolver el problema de fondo que se ahonda año a año con los cortes de agua que se han transformado en moneda corriente.
Medir el uso de agua de los pobladores no parece ser la única ni la mejor opción en la actualidad, especialmente porque la utilización del agua quedará vinculada a la capacidad económica de los usuarios, aunque se instrumente la tarifa social con descuentos.
No se puede perder de vista que el empeoramiento de la situación social, con el aumento de los despidos y la pérdida de poder adquisitivo de amplios sectores de la población, potenciaría una inequidad y restricción en el acceso a un bien social imprescindible para la vida humana.
Si no se destinan los fondos nacionales, provinciales y municipales para realizar las obras necesarias e instrumentar el mantenimiento de los caños que transportan el agua, los problemas se ahondarán y la escasez del agua en la región se extenderá al infinito.
Todo empeorará si ningún organismo multidisciplinario de los Estados de Chubut y Santa Cruz efectúa controles en las zonas de riego o en el famoso codo del Río Senguer de donde se abastecen algunas compañías petroleras.
El problema de la sed en la región sólo podría alcanzar un equilibrio y una salida con la realización y conclusión de las obras de ampliación y repotenciación necesarias, las que indefectiblemente deberán estar acompañadas por una fuerte inversión para el mantenimiento del acueducto; pero se deberán tomar las decisiones necesarias para que haya agua en el Musters para poder ser incorporada al sistema del acueducto porque de lo contrario de nada serviría aumentar el caudal a transportar, contemplando el control y el uso del agua para la extracción secundaria de petróleo y la producción agrícola ganadera.
Aunque pasaron más 110 años de la perforación de pozos buscando agua en Comodoro Rivadavia, la sed persiste y la problemática del abastecimiento a los habitantes parece ser un problema que se recicla casi todos los veranos incrementando los cortes que agotan la paciencia de los usuarios.