Por Marcelo García.
Las paritarias de los trabajadores petroleros de Chubut podría cerrar con un aumento del 15%, sin cláusula gatillo, en cuotas y con un bono extraordinario. Las operadoras insisten en flexibilizar las condiciones laborales con contratos “basura”.
Las negociaciones por los incrementos salariales para el año en curso vienen bastante avanzadas para los petroleros de Chubut, según trascendió luego del encuentro de los sindicalistas petroleros Jorge Avila y José Lludgar con el ministro de Trabajo Jorge Triaca.
La novedad es que incluiría elementos de flexibilización laboral para aumentar la productividad y reducir los costos.
El acuerdo salarial entre los petroleros chubutenses y las empresas del sector no parece ser un problema y las versiones recabadas aseguran que lo más probable es que el incremento acordado sea del 15%, similar al que puso como techo el Gobierno nacional, sin ningún tipo de actualización por cláusula gatillo y en cuotas aún no definidas. Se especula que podría incluir el pago por única vez de un medio aguinaldo extra.
Tras el encuentro con Triaca, Avila reveló que las empresas y el Ministerio ofrecen un 14% sin clausula gatillo y los referentes gremiales estarían pidiendo un 16% con actualización automática.
Las fuentes consultadas reflejaron que aún faltaría resolver la cantidad de cuotas del aumento salarial y la forma en que se abonaría la suma adicional; aunque se especula que las negociaciones se extenderían durante todo abril y podrían rubricarse los acuerdos en mayo.
Dudas por la inflación
Con una inflación del 4,7%, según los datos del INDEC, en el primer bimestre del año en la Patagonia, el incremento salarial que podría cerrar la paritaria petrolera parece muy escaso si se establece en un 15% sin cláusula gatillo y existiría la posibilidad de que se acuerde una especie de reapertura paritaria a fin de año para evaluar el aumento inflacionario, aunque ahí aparece la opción de un bono extraordinario con el medio aguinaldo.
La paritaria de2016 se cerró con un 30% de aumento en tres cuotas, pero la inflación fue del 40%. El año pasado el acuerdo fue del 20% más un 10% en una suma fija y sus adicionales de aguinaldo para cubrir el desfasaje del año anterior; es decir que los obreros del sector perdieron casi un 7% porque la inflación de 2017 fue del 26,8%, pero no se menciona incluir esa diferencia en estas nuevas paritarias.
Más flexibilización para la productividad
Uno de los principales puntos de conflicto que se puso sobre la mesa de la discusión paritaria fue una especie de ampliación de la “adenda” que el sindicato petrolero chubutense ya firmó con las operadoras en mayo del año pasado.
Los cambios flexibilizadores que se introdujeron en el 2017 de común acuerdo, entre la dirigencia sindical y empresaria, abarcan a los trabajadores de los yacimientos convencionales de Chubut y a priori no vendrían afectando a los obreros en funciones antes de la “adenda”.
Es por eso que las operadoras estarían buscando en esta nueva discusión paritaria que se incluyan a todos los trabajadores de los yacimientos chubutenses y al mismo tiempo pretenderían que se instrumenten nuevas modalidades de contrataciones a plazo y eventuales, las que son conocidas como contratos “basura”.
Avila y LLugdar estarían dispuestos a mantener la mentada paz social y aparentemente no tendrían problemas en estampar sus firmas en los nuevos condicionamientos empresarios, pero no querrían hacerlo otra vez en modificaciones a los Convenios Colectivos de Trabajo, sino que buscarían que los cambios se produzcan a través de una ley.
En ese marco, Avila adelantó en los últimos días que “hay que mantener lo que tenemos” y reconoció que “si uno se descuida, las operadoras quieren que cada vez se hagan más cosas con menos gente, ahora vienen por las PyMEs regionales”.
Mientras que José Llugdar fue más allá y replicando el discurso empresarial remarcó que “es cierto que se ha aprendido a hablar de eficiencia y de productividad, cosas que nunca antes se habían hecho, y hoy el sector de los trabajadores, no sólo el de jerárquicos, habla de esta temática”.
El dirigente de los Jerárquicos admitió que para evitar despidos aceptaron la jornada laboral de 8 horas que redujo los salarios, pero indicó que “no estoy diciendo que hemos perdido derechos, sino que también decimos que nos hemos adaptado a las circunstancias de la actividad porque estaba en baja y hemos acordado, pero en puestos laborales lo que se ha perdido ha sido lo mínimo”.
Poco a poco se fue instalando en lo discursivo y en los hechos la insistente búsqueda del aumento de la productividad que impulsa el sector empresario y que es reclamado por el gobierno nacional de Cambiemos que encabeza Mauricio Macri y el ministro de Energía Juan José Aranguren.