Por Energía y Equidad .- Más allá de una discusión centrada en las fuentes de energía, hablar de transición energética es hablar de recursos, políticas públicas, conflictos sectoriales, alianzas geopolíticas, ambiente, derechos humanos, igualdad de género, estrategias empresariales, de tecnología, diversificación productiva, relación entre energía y distribución de la riqueza, relación entre energía y matriz productiva y soberanía alimentaria, entre otros. Hablar de transición es comprender las intrincadas relaciones entre infinidad de factores, la diversidad de concepciones (sistémicas y contrasistémicas) y aspiraciones que existen (Bertinat, 2016).
Así, la transición energética popular invita a sentipensar la ciudad, la ruralidad, la producción de alimentos, el consumo de energía incorporada en alimentos y en su movilidad, en consumo local, en la soberanía alimentaria, en agroecología campesina.[i]
En la nota “Las transiciones energéticas”, se indica que el acuerdo en el diagnóstico de la crisis climática (desde distintas visiones políticas e ideológicas) entre las diversas miradas de transición energética (corporativa o popular) es la necesidad de reducir el uso de combustibles fósiles. Sin embargo, esto ha llevado a ignorar la responsabilidad de la agroindustria y los agrocombustibles como causas de la crisis climática.
La agricultura industrial no solo es responsable por el acaparamiento de tierras y territorios a nivel global,[ii] sino que es también una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero. El uso creciente de fertilizantes sintéticos y agrotóxicos, la maquinaria pesada que se requiere para laborar las extensiones de monocultivos, la deforestación, la generación de desechos a partir de la producción en exceso a lo largo de la cadena y el alto consumo energético del sistema de distribución y comercio de alimentos a gran escala (refrigeración, residuos y transporte) hacen que las corporaciones agroindustriales sean responsables de gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. De esta manera, la agroindustria se posiciona, junto con los intereses de la biotecnología y la industria energética, contra las y los campesinos y la población en general (da Silva & Martín, 2016).
Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) demuestra que, en conjunto, los sistemas mundiales de producción alimentaria (desde las explotaciones agrícolas donde se cultivan los alimentos a las etapas posteriores de procesado y comercialización) consumen el 30 % de toda la energía disponible. La mayor parte del consumo de energía (70 %) se produce una vez que los alimentos han salido de las explotaciones agrícolas, en transporte, procesamiento, envase, almacenamiento, comercialización y preparación (FAO, 2012).
«El aumento en los precios del petróleo y el gas natural, la inseguridad respecto a las reservas limitadas de estos recursos no renovables y el consenso mundial sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, podrían obstaculizar los esfuerzos mundiales para satisfacer la creciente demanda de alimentos, a menos que la cadena agroalimentaria se desvincule del consumo de combustibles fósiles.» Del mismo modo, “sin acceso a la electricidad y a fuentes de energía sostenibles, las comunidades tienen pocas posibilidades de alcanzar la seguridad alimentaria, y ninguna oportunidad de asegurarse medios de vida productivos que puedan sacarles de la pobreza» (FAO, 2012). Aún más, las comunidades campesinas precisan de acceso garantizado a los medios de producción, crédito, acceso a mercados para poder llevar a cabo su labor, como ratificó la Asamblea General de la ONU en 2018, en su Declaración sobre Derechos de los Campesinos y otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (UNDROP, por su sigla en inglés).
Diversos movimientos sociales, como La Vía Campesina, proponen la soberanía alimentaria como solución a la crisis climática (Via campesina, 2017; 2016), a partir de la agricultura familiar campesina y la agroecología campesina (Via campesina, 2018).
La agricultura campesina es un modo de ser, de vivir y de producir en el campo y el periurbano. Se asienta en el trabajo familiar, a partir de una base de recursos bajo control campesino (tierra, agua, energía y biodiversidad), se realiza en una relación fuerte con el ambiente, busca incesantemente una autonomía relativa en el proceso de producción, y coloca el foco en las necesidades de la comunidades campesinas (mejora de la condiciones de vida y disminución del trabajo pesado) (da Silva & Martín, 2016).
La solución desde la perspectiva de la transición energética popular no es hacer más eficiente o dotar de energías renovables a la agricultura industrial, sino fortalecer, impulsar y empoderar la agricultura campesina y popular, lo que implica promover la alimentación como derecho humano básico, reforma agraria, protección de los bienes comunes y de la biodiversidad, reorganización del comercio de alimentos, eliminar la globalización del hambre y de la pobreza, promover la paz social y el control democrático.[iii]
La transición energética popular requiere reorientar subsidios y políticas públicas, también en relación con la producción de alimentos y el acceso a la tierra.
Existen diversas tecnologías orientadas a la agricultura campesina y a la agroecología. La senda de la transición energética popular, entre otras cosas, lleva a reflexionar y deconstruir las nociones sobre tecnología, su apropiación social en un diálogo de saberes, así como a asumir la imposibilidad de su replicación universal sin tener en cuenta los contextos culturales, sociales y ambientales. Tanto los problemas y las soluciones de la energía y sus transiciones deben ser cocreadas y codiseñadas por la complejidad de actores que componen los sistemas productivos comunitarios/de pequeña escala y agroecológicos.[iv]
Aunar esfuerzos y agendas entre los movimientos sociales, las y los trabajadores del campo y la ciudad, que defienden la soberanía alimentaria, la agroecología familiar y campesina y la transición energética popular puede contribuir a la transformación sistémica necesaria para avanzar hacia sociedades basadas en la justicia ambiental y social.
Notas
[i] De acuerdo con La Vía Campesina, “la Agroecología es un enfoque tecnológico subordinado a objetivos políticos profundos, y por tanto, la práctica de la agroecología necesita ser: colectiva, orgánica al movimiento, solidaria, ajustada a las condiciones materiales y políticas concretas”. https://viacampesina.org/es/para-la-via-campesina-la-agroecologia-es-un-enfoque-tecnologico-subordinado-a-objetivos-politicos-profundos/
[ii] Ver: El acaparamiento global de tierras: Guía básica. https://www.tni.org/es/publicacion/el-acaparamiento-global-de-tierras
[iii] La Vía Campesina, en “Soberanía Alimentaria: Un futuro sin hambre” (Vía Campesina, 1996).
[iv] Thomas, junto a sus colegas de trabajo en “De las tecnologías apropiadas a las tecnologías sociales” (2009) y otros trabajos, da cuenta de cómo artefactos que “funcionan” en el laboratorio o en otras geografías o realidades socioculturales, al ser transferidas a nuevos espacios, no dan los mismos resultados.
Bibliografía
Bertinat, P. (2016). Transición energética justa. Pensando la democratización energética. Fundación Friedrich Ebert.
da Silva, V., & Martín, F. (Abril de 2016). Soberanía alimentaria y cambio climático. Por los caminos de la soberanía alimentaria(512).
FAO. (2012). Energy Smart Food at FAO: An Overview.
Via campesina. (2 de Mayo de 2016). La via campesina. Movimiento campesina internacional. Obtenido de https://viacampesina.org/es/soberania-alimentaria-y-cambio-climatico/
Via campesina. (6 de Noviembre de 2017). La Via Campesina. Movimiento campesino internacional. Obtenido de https://viacampesina.org/es/comunicado-prensa-la-soberania-alimentaria-la-unica-solucion-defender-derecho-los-pueblos-la-justicia-climatica-cop23/
Via campesina. (28 de Mayo de 2018). La Via Campesina. Movimiento Campesino Internacional. Obtenido de https://viacampesina.org/es/para-la-via-campesina-la-agroecologia-es-un-enfoque-tecnologico-subordinado-a-objetivos-politicos-profundos/