En el sector aseguran que la caída se debe a la falta de señales de precio para invertir. Pero aclaran que los yacimientos argentinos son menos productivos
Un clima de negocios que –según los actores principales de la industria– no estimula inversiones y la madurez propia de los yacimientos argentinos dejarán una fuerte huella en la producción de petróleo y gas de los próximos años. De acuerdo con números provisorios pero oficiales de la Secretaría de Energía, a cargo de Daniel Cameron, en el sector privado estiman que la extracción de crudo caerá casi un 17% para el año 2012, hasta los 28,23 millones de metros cúbicos (m3).
En tanto, la producción de gas, un insumo que atiende un 50% de la matriz energética del país, tropezará en la misma medida y se ubicará en torno a los 37.410 millones de m3.
Energía, cuyas estadísticas gozan en el sector de mayor credibilidad que las de otros organismos del Estado, como el Indec, elabora sus números a través de información que están obligadas a transmitirles las compañías petroleras. Entre ellas se ubican YPF, de la española Repsol y la familia Eskenazi; Pan American Energy, de la inglesa BP y los Bulgheroni; la brasileña Petrobras; las estadounidenses Chevron y Oxy y las locales Pluspetrol y Tecpetrol, entre otras.
“Hay un gran motivo que explica los números de los últimos años: la falta de precio, tanto para el petróleo como para el gas”, aseguran fuentes del sector. “Eso hace que no haya intención de explorar por parte de las empresas. En general, cuando a las compañías les cierra el negocio buscan hidrocarburos y los producen”, dicen.
Con la intención de controlar el precios de las naftas y el gasoil, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, fijó el valor del petróleo local entre los u$s 42 y los u$s 47 por barril, de acuerdo con su calidad. Un número similar obtenían las empresas que exportaban debido a la aplicación de retenciones.
A esos valores se mantuvo cuando el precio internacional rondó los u$s 146 –hasta tres veces más–, a mediados del año pasado.
Y hasta abril, según la consultora Montamat & Asociados, una industria local pagaba $ 0,557 por m3 de gas, apenas un 12% de lo que desembolsaba un competidor brasileño.
Los números a futuro, además, confirman el presagio que mostró el sector durante los últimos años. Desde 1998, cuando la extracción de crudo alcanzó su zenit, con poco más de 49 millones de m3, la producción comenzó a caer. Hasta el año pasado, por caso, la baja fue de un 25%, hasta los 36,52 millones de m3. Y la caída entre 2007 y 2008 fue de un 2 por ciento.
Reacción oficial
Primero el ex presidente Néstor Kirchner y más tarde Cristina, mantuvieron bajos los precios del crudo y del gas para evitar costos políticos de los aumentos. Pero de a poco comenzaron a escuchar las voces de alerta sobre la caída de la producción. Así, en 2007 y 2008, el corset sobre los precios comenzó aflojarse, y aún más este año. En 2009, por ejemplo, comenzaron a aplicarse los aumentos más fuertes en gas (llegan hasta un 400%) y en naftas (promedian subas de hasta 13%).
En paralelo, se pusieron en marcha los programas Gas Plus y Petróleo Plus, que habilitan devoluciones de impuestos para las empresas que aumenten la producción. Y la semana pasada se sumó un nuevo ítem a la lista: aumentos en el gas en boca de pozo (es el que cobran las petroleras) desde los u$s 1,86 el millón de BTU (la unidad de medida) hasta los u$s 2,68 para el caso más alto.
Fuente: Cronista Comercial