De cada cien pesos que ingresan al Estado, casi veinte pesos provienen de las retenciones a las exportaciones. La salud financiera quedó atada en gran medida a los vaivenes de los mercados internacionales y la evolución del precio de los principales commodities
La recuperación de la economía mundial le dio un guiño al Gobierno para mostrar capacidad de pago de la deuda pública y cumplir los compromisos sin generar temblores en los mercados. A pesar del sacrificio de las reservas internacionales para cancelar el vencimiento de Boden 2012, el mejor clima externo permitió mantener el optimismo sobre la estrategia oficial de retornar a los mercados voluntarios de capitales hacia fin de año. La evolución del precio de lo commodities será uno de los puntos clave a tener en cuenta por los potenciales inversores.
Hoy se dará a conocer una recaudación tributaria con un alza cercano al 10% y por lo tanto menor a la inflación anual. Pero el aporte de las retenciones para la caja del Estado es cada vez mayor y supera 15% del total de los ingresos del Fisco. En este contexto, el incremento de 75% en el precio del crudo y de 35% de la soja en los últimos cinco meses fue clave para sostener las cuentas públicas y la capacidad de pago de la deuda. Los principales commodities del país tuvieron una recuperación casi tan vertiginosa como su caída en las últimas jornadas. No obstante, aún se encuentran lejos de sus máximos históricos, casi 50% tanto para la soja como para el petróleo. Existe entonces margen para que la escalada continúe si se confirman las tendencias de las últimas semanas.
En septiembre de 2008, antes del quiebre del Lehman Brothers y de que se agudice la crisis financiera, las retenciones a las exportaciones llegaron a representar 20% de los ingresos. Es decir que uno de cada cinco pesos que ingresaron al Estado tuvieron su origen en la venta de productos exportados, en especial soja y petróleo. Todo parece encaminado a retornar a estos niveles debido al magro desempeño del impuesto a las Ganancias y a la mayor participación de las retenciones sobre el total de recursos. Cada punto de las retenciones a la soja representa cerca de 800 millones de pesos al año.
Del resultado de la batalla que deberá enfrentar el oficialismo en el Congreso a partir hoy para mantener las facultades de modificar las retenciones también se desprenderán señales a favor o en contra de la capacidad de pago futura. Hasta el momento, el kirchnerismo demostró que tiene voluntad de pago de la deuda. Nunca lo contrario. Sólo estuvo en tela de juicio la capacidad de la economía argentina para generar recursos y para conseguir ayuda externa que le permita mantenerse a flote mientras pasa el vendaval.
Hace más de un año que las necesidades financieras del país se cubren con recursos propios. Si no fuera por el dinero para proyectos específicos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Banco Mundial o por los préstamos del Banco de Basilea para sostener las reservas, el aislamiento financiero sería casi completo. Desde agosto del año pasado, cuando se colocaron u$s 1.000 millones en Boden 2015 a Venezuela, no hubo operaciones de magnitud similar.
Los recursos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) generados a partir de la eliminación del sistema de capitalización privada lograron mantener a flote el gasto público y la demanda interna en el primer semestre del año, cuando reinó la incertidumbre sobre el orden económico global. Otras alcancías domésticas, como las utilidades del Banco Central o el ahorro de la AFIP, cumplieron idéntico rol. Pero el bache de financiamiento de u$s 6.000 millones de 2010 será difícil de cubrir sin ingresos extra originados por la colocación de nuevos títulos o por el regreso al Fondo Monetario Internacional.
Los indicadores bursátiles, que suelen anticipar los cambios de ciclo en la economía real también alimentaron optimismo: el índice Bovespa de la bolsa brasileña alcanzó ayer su máximo desde agosto del año pasado.
Fuente: Cronista Comercial