La petrolera estatal venezolana PDVSA, que desde 2001 promete entrar de lleno en el mercado de combustibles de la Argentina, demoró una vez más su expansión en el sector.
Petrolera del Conosur, holding dueño de la marca Sol Petróleo, informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que los accionistas de la compañía –PDVSA y la estatal uruguaya ANCAP– decidieron extender hasta fines de agosto el cronograma de discusiones que mantienen para que la firma venezolana se quede con la totalidad de la empresa.
El comunicado, sin embargo, remarca que “continúan abiertas las negociaciones entre las partes”. De todos modos, la prórroga representa la segunda vez en el año en que los dueños de Sol solicitan más tiempo para cerrar una eventual venta, ya que lo mismo habían informado junio pasado.
Según fuentes conocedoras de las negociaciones entre ambas compañías, no hay hasta el momento ningún cortocircuito entre los socios. “Se están poniendo plazos formales de negociación porque todavía no se llegó a un entendimiento, pero se está avanzando para cerrar la operación”, confirmaron.
Otros voceros adjudican las demoras al carácter público de ambas compañías. “Cuando se trata de empresas estatales, para tomar una decisión, siempre hay que pedir permiso a alguien más arriba”, aseguraron.
Los contactos comenzaron en enero, cuando la filial local de PDVSA, a cargo de Ángel Morales Plasencia, confirmó “su interés de iniciar negociaciones tendientes a la eventual adquisición de parte del paquete accionario” de la empresa uruguaya en la compañía, según explican los comunicados a la CNV.
AVANCE LENTO
Pero las negociaciones parecen encaminarse de manera lenta. En febrero de 2006, ANCAP vendió un 46% de Petrolera del Cono Sur a PDVSA por u$s 15 millones, y se quedó con una participación igual. La compañía uruguaya hacía tiempo que intentaba desprenderse de su negocio en la Argentina, que hasta ese momento sólo le había reportado pérdidas.
Al momento de la venta, arrojaba un rojo mensual de u$s 2 millones. Por eso siempre mantuvo la intención de ceder la parte restante. Intentó, en principio, convencer a ENARSA, pero la empresa pública argentina de energía no se interesó por el negocio. Así, PDVSA quedó como la única candidata viable.
La entrada de la compañía venezolana mejoró los números de Sol, dado que le aseguró el suministro de combustibles. Antes, la compañía acostumbraba registrar faltantes de naftas y gasoil, debido a que no cuenta con una planta de refinación propia, por lo que debe comprar producto a otras marcas –Esso, Shell, YPF y Petrobras son las principales– o importarlo, usualmente a pérdida. También comenzó a renovar la imagen.
La intención de PDVSA es que la red, compuesta por unas 130 bocas en Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, además de Buenos Aires, pase a llamarse PDVSUR. La empresa ya tiene desarrollado el plan para cambiar la propuesta comercial de sus estaciones (trabajará bajo el concepto de que “llega al barrio un buen vecino” y ofrecerá un “espacio latinoamericano” con productos característicos de cada país), que le demandará u$s 22 millones.
Pero esa iniciativa también está demorada. Hasta el momento, Sol cambió la imagen de 15 estaciones de servicio, cuando la intención original era tener completo, para el primer semestre de este año, el cambio de la totalidad de sus bocas de expendio.
Fuente: Petrolnews.net