Desde el 1° de enero, será obligatorio el uso de un 5% de etanol y otro tanto de biodiésel. La producción alcanza a medias, pero faltan regulaciones para cumplir con la ley.
En teoría, ningún automovilista debería notar el cambio, pero en menos de 90 días, la nafta y el gasoil vendrán modificados. Ocurre que el 1° de enero de 2010 entrará en vigencia la ley de biocombustibles, que, entre otras cosas, estipula la mezcla obligatoria de los combustibles de origen fósil con un 5% de biocarburantes renovables: biodiésel, en el caso del gasoil, y etanol, en las naftas.
Es un dato de enorme relevancia para un negocio enfocado en la exportación y que factura más de US$ 900 millones al año. El corte obligatorio, estiman los empresarios y analistas del sector, impulsará la creación de un mercado interno de gran potencial, cuyos principales beneficiarios son cerealeras, azucareras y aceiteras.
Para cumplir con las exigencias de la ley hacen falta unas 670.000 toneladas de biodiésel y 280.000 metros cúbicos de etanol (unas 150.000 toneladas), cifras muy difíciles de alcanzar en los plazos previstos, según coincidieron todas las fuentes consultadas por iEco.
Osvaldo Bakovich, coordinador de Biocombustibles de la Secretaría de Energía, admite que “organizar el abastecimiento para el corte obligatorio se hará en forma escalonada durante 2010”. Bakovich es voz autorizada, ya que es el responsable de adjudicar los cupos de producción de etanol y biodiésel y el precio de venta. Precisamente, la semana pasada se emitió una resolución que autoriza a varios ingenios (Ledesma, Tabacal, La Corona y Santa Rosa, entre otros) a producir bioetanol. Aún falta resolver el biodiésel. “En 30 ó 45 días saldrá el registro para inscribir proyectos”, prometió Bakovich.
Fernando Nebbia, titular del Centro Azucarero, sostiene que 2010 será un año de transición.
“Mucha inversión estaba parada esperando la aprobación de los proyectos, pero falta recorrer un camino hasta completar lo que requiere la ley”. Nebbia cree que eso ocurrirá a partir de 2011. “Es lo que hemos acordado con la secretaría de Energía”, aseguró el directivo.
La capacidad de producción de biocombustibles ya instalada en el país es de 804.000 toneladas.
Incluso, la Argentina hoy figura quinta en el ranking mundial de producción de biodiésel, detrás de Alemania, EE. UU., Francia y Brasil. El mercado del bioetanol es de mucha menor envergadura, pero el escenario puede cambiar ya que la ley prevé fuertes incentivos fiscales para los productores. Sin embargo, la producción actual resulta insuficiente para satisfacer la mezcla de nafta para 2010. “La situación es de incertidumbre por los precios internacionales y por la falta de precisiones en el plano interno”, dice Alejandro Ovando, analista de la consultora IES (Investigaciones Económicas Sectoriales).
Claudio Molina, director de la Asociación de Biocombustibles, no dramatiza. “El corte es irreversible y empieza el 1° de enero. Surgirán problemas propios de cualquier plan que arranca, son básicamente problemas logísticos”, dijo y enumeró: “Hay que ajustar los volúmenes de entrega en tiempo y forma, y las petroleras tienen que adecuar las instalaciones para recibir los biocombustibles para efectuar el corte”. Para Molina, son trabas lógicas de cualquier relación nueva entre proveedores (productores) y clientes (petroleras).
Desde 2007, la demanda viene en ascenso, principalmente de Europa, donde se sancionaron leyes para el uso de biocarburantes, que contaminan menos. En ese sentido, la Argentina se vio beneficiada porque “es uno de los mayores productores y exportadores mundiales de materias primas para su producción, como la soja y el maíz, y cuenta con una industria aceitera líder a nivel global”, dice un estudio elaborado por IES.
La mayor demanda, originada en Europa y los Estados Unidos principalmente, produjo la aparición de las primeras plantas productoras, fruto casi exclusivo de inversiones de las aceiteras. Ecofuel, de Bunge y AGD (Aceitera General Deheza); Louis Dreyfus, Molinos, Patagonia Bioenergía, Renova, de Vicentín y Glencore; Unitec Bio, del grupo Eurnekian, son los principales beneficiarios de un negocio que no para de crecer.
Casi todo el biocombustible que se produce hoy se destina al exterior. En 2008 se exportaron 688.000 toneladas de biodiésel por las que se cobraron US$ 845 millones. IES proyecta que en 2009 la producción de biodiésel en la Argentina representará el 5% del mercado mundial, y que se exportará 1 millón de toneladas (a julio fueron 550.000 toneladas por un valor de US$ 427 millones).
Si bien la producción actual alcanza para sustituir el 5% del gasoil, a los productores se les presenta el dilema de volcarse a la exportación o al mercado interno. “El precio fijado por el Gobierno debe ser atractivo”, opinó Fernando Peláez, de Unitec Bio, pero agregó que, de todos modos, “nos interesan los dos mercados”. A julio sólo se exportaron 49.000 de etanol, una tercera parte de lo necesario para efectuar el corte. En este caso, no quedarían saldos exportables.
Fuente: iEco