Después de seis años de comprimir los precios, la energía ahora corre el riesgo de ser el motor de una espiral inflacionaria”. “Mantener los precios bajos para todos sólo contribuyó a empeorar las cosas”. “En la comercialización, el que más vende, más pierde”.
Con frases como éstas, la petrolera Shell embistió ayer públicamente contra la política oficial de “pisar” los precios de los combustibles en el mercado local.
Las frases podían leerse en carteles amarillos y letras rojas, colgadas en el stand que la petrolera montó en una exposición organizada por FECRA, la Federación de Estaciones de Servicio de la Capital Federal en el hotel Sheraton.
El tono, abiertamente crítico de la empresa angloholandesa se hizo evidente no sólo en los carteles de la muestra. También Juan José Aranguren, titular de la petrolera en el mercado local, se encargó de explicar porqué “el mercado está cada vez más cerca del desabastecimiento y porqué es necesario un cambio en la política energética”, advirtió.
La petrolera mantiene una confrontación con la gestión kirchnerista desde hace años, más precisamente desde que el ex presidente Néstor Kirchner llamó a un boicot a los consumidores, cuando la empresa decidió aumentar los precios de sus productos. Según Aranguren, el origen de todos los males de la cadena de hidrocarburos es la política “populista” de precios que lleva adelante el Gobierno. Por eso, sugirió ir hacia “un sinceramiento de los precios para aquellos consumidores que pueden pagar”, propuso. Minutos después, también Tomas Hess, de ESSO, dijo que las últimas subas de precios siguen siendo insuficientes, ya que “los valores locales están un 40% por debajo del resto de la región”, dijo. El clima también estuvo caldeado por el lado de los expendedores: “Hace seis años que estamos dialogando con el Gobierno para conseguir una mejora en la rentabilidad. Están cerrando entre dos y tres estaciones por día y todavía no hemos tenido una respuesta oficial”, disparó Rosario Sica, titular de FECRA. Y adelantó que, de no mediar novedades, se viene un paro en los surtidores de dos o tres días.
Fuente: Clarín.com