El zar del juego kirchnerista está a punto de cerrar el acuerdo con la empresa brasileña para comprar la planta ubicada en San Lorenzo, Santa Fe. Tiene entre 60 y 90 días para decidirse.
Cristóbal López, el poderoso empresario kirchnerista del juego, avanza sobre el nogocio petrolero, quiere comprar una refineróa de Petrobrás.
Según el diario La Nación, firmó un acuerdo para comprar la refinería que la estatal brasileña tiene en San Lorenzo, al norte de Rosario. Cuatro ejecutivos involucrados, confirmaron al matutino que la operación está “muy cerca de cerrarse”, a pesar de que no fue revelado el precio. El comprador tiene entre 60 y 90 días para aceptar las condiciones.
La jugada fue silenciosa. El miércoles de la semana pasada, en Mar del Plata, durante el cóctel del Coloquio de IDEA, López, que lo negó con énfasis: “Es un disparate. Nada más lejos. Si fuera por ustedes, los periodistas, yo ya sería el dueño de Telefé”.
Sin embargo, lo que había sido hasta ahora un rumor tomó cuerpo en las últimas horas y fue confirmado por cuatro ejecutivos cercanos a la negociación. Anoche, un grupo encabezado por Fabián De Souza, administrador y socio en Oil M&S, la petrolera del rey de los casinos, habría viajado a Río de Janeiro para seguir las conversaciones.
Este diario no pudo anoche obtener una respuesta oficial ni en Petrobras ni en Oil M&S. Pero los referidos ejecutivos admitieron los contactos, el acuerdo de confidencialidad firmado por ambas partes e incluso avances sobre la “contingencia ecológica” del negocio.
Si la compra se concreta, López se habrá convertido en lo que en esta industria se conoce como un “petrolero integrado”: estará tanto en la producción como en la refinación de crudo. Oil M&S sorprendió, en noviembre de 2006, con la obtención de siete áreas de explotación en la provincia de Santa Cruz, licitación en la que derrotó a Repsol YPF y a la propia Petrobras.
De todos modos, su interés por la planta llamó la atención a los pocos empresarios del sector que están al tanto del asunto: por su antigüedad, la refinería de San Lorenzo, que Petrobras le compró a Pecom en 2002, necesita petróleo liviano, que es más caro y escaso en el país. Estas características la hacen más apta para producir fueloil que naftas.
Quien asuma las operaciones podrá, de todos modos, explotar la venta de fueloil a la estatal Enarsa, la abastecedora formal de combustible líquido para las centrales eléctricas. La exportación se ha vuelto en los últimos tiempos un negocio de escasa rentabilidad por el nivel de impuestos. A menos que, por su condición de empresa pequeña en esta industria -significativamente inferior a Petrobras-, Oil M&S pueda conseguir un esquema de retenciones más bajas.
Con los ojos en Brasil
El paso dado por Petrobras, que acaba de convertirse en la quinta petrolera del mundo luego de los recientes descubrimientos en la plataforma marítima de Brasil, exhibe también un evidente repliegue de la Argentina, donde las cuentas no cierran para los refinadores como consecuencia de las diferencias entre los precios locales y los del resto de la región.
De ese contexto podría entreverse, entonces, una tercera opción para López: convencer al Gobierno de que le permita recuperar los precios de naftas y gasoil en todo el país, valores no regulados pero sometidos, en los últimos años, a presiones de la Casa Rosada o, en el caso de Shell, a bloqueos de piqueteros amigos del poder.
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