Polémica: Bolivia aclara a Brasil que el gas es un negocio y no solidaridad

“El contrato es de cumplimiento obligatorio, independientemente de la buena voluntad de los gobernantes”, enfatizó el vicepresidente Álvaro García.

El gobierno de Bolivia reaccionó indignado ante una reciente declaración de Brasil, aclarando que la compraventa de gas natural entre ambos países es un negocio sujeto a un contrato y no un acto “solidaridad” del gigante sudamericano.
“El contrato es de cumplimiento obligatorio, independientemente de la buena voluntad de los gobernantes, que la valoramos. El contrato aquí se cumple”, dijo el vicepresidente Álvaro García, según diarios locales.
García salió así al paso de una declaración del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ampliamente divulgada ayer por medios de La Paz, en el sentido de que una eventual autosuficiencia energética de Brasil no impedirá que ese país siga importando gas de la empobrecida Bolivia, como un acto de “solidaridad”.
“Tenemos que ayudar a Bolivia, que es un país pobre, no porque vamos a tener más gas vamos a dejar de comprar, el papel de un país grande es comprar y ayudar a los pobres, es la política de solidaridad”, dijo Lula, uno de los principales aliados externos del Presidente boliviano, Evo Morales.
El vicepresidente replicó que “hay un contrato y el contrato es de cumplimiento obligatorio”, acotando que el acuerdo, por un máximo de 30 millones de metros cúbicos diarios (mmcd) hasta el año 2019, establece sanciones para cualquiera de las partes que no cumpla el mínimo de 22 mmcd.
Agregó que para Brasil ésta no es una cuestión de buena voluntad sino de “seguridad estratégica”, porque “un país siempre debe tener una reserva estratégica de combustible, aunque tenga los recursos energéticos, igual compra de otros países”.
Menos exportaciones
Brasil requirió apenas el mínimo de 22 mmcd de gas boliviano en 2009, lo cual provocó una drástica caída de las exportaciones altiplánicas, golpeadas además por una caída del precio del producto.
El gobierno boliviano reportó que el valor de las ventas de gas a Brasil disminuyó en el 2009 a 1.587 millones de dólares, desde 2.831 millones el año anterior, caída no compensada con el crecimiento del bombeo de gas a Argentina, cuyo valor subió a 379 millones de dólares, desde 281 millones en 2008.
Admitiendo las dificultades que el recorte de este negocio causa a Bolivia, que no tiene otros mercados externos para el gas, el embajador brasileño en La Paz, Frederico Souza de Araujo, dijo la semana pasada que Brasilia estudia algún tipo de compensación para el país altiplánico.
El ministro de la Presidencia y hasta hace poco ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Óscar Coca, respondió, en declaración divulgada hoy por la radio estatal Patria Nueva, que “cuando uno tiene que cumplir un contrato, no es sentimiento de bondad, de afecto o desafecto”.
“Los contratos se cumplen y eso no tiene nada que ver con el grado de sentimiento o la posibilidad de darnos o no darnos una ayuda”, remarcó.
El negocio del gas está controlado desde 2006 por la petrolera estatal YPFB, como consecuencia de una nacionalización decretada por Morales, que afectó principalmente a las operaciones de la brasileña Petrobras en el país.
Mercopress