México: El triunfo del calor del Sol

El mercado de la energía solar térmica ha evolucionado de forma veloz, sobre todo en China. No obstante, la más importante de las tecnologías solares existentes cuenta aún con un gran potencial de desarrollo.

Cuando se habla de energía solar, la mayoría de la gente piensa en la generación de electricidad a partir de sistemas fotovoltaicos. Sin embargo, existe una tecnología solar aún más importante: los colectores termosolares, utilizados sobre todo para calentar agua, pero también edificios. “La atención que concita la energía solar térmica no concuerda con su potencial de ahorro energético”, explica Matthias Fawer, analista del banco suizo Sarasin, que explora el mercado de la energía termosolar. El 68% de las instalaciones en funcionamiento en todo el mundo se encuentran en China, donde desde un primer momento el gobierno estimuló a las empresas para que fabricaran colectores. Con una motivación puramente económica: la calefacción solar es más barata que la que se alimenta de gas o gasóleo, especialmente para las capas sociales más pobres.
Viviendas solares en Hamburgo: Alemania se encuentra entre los países de Europa con mayor implantación de energía termosolar. Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift:  Viviendas solares en Hamburgo: Alemania se encuentra entre los países de Europa con mayor implantación de energía termosolar.
Según la región, las instalaciones termosolares pueden llegar a satisfacer hasta el 60% de la demanda de energía necesaria para agua caliente y calefacción. La tecnología es sencilla: los rayos del Sol son absorbidos por un colector plano o en forma de tubo conectado a un depósito de agua caliente. Un transmisor de calor -agua o aire- circula entre ambos sistemas. En cuanto la temperatura del colector sobrepasa en unos grados a la que se registra en el depósito de agua, una bomba de circulación se pone en funcionamiento. El transmisor transporta el calor del Sol al depósito y es devuelto de nuevo al colector, donde comienza otra vez el circuito de calor.
El mercado de la energía solar térmica está en auge. En 2008 creció alrededor de un 40% debido al encarecimiento del precio del petróleo. Para los próximos años se auguran crecimientos de entre un 15% y un 20% anuales. Junto con China, otros grandes mercados a nivel mundial son Alemania, Austria, Grecia, Turquía, Japón e Israel. Éste último se convirtió, hace 30 años, en el primer país en obligar a que los edificios de nueva construcción dispusieran de instalaciones de agua caliente.
Enorme potencial de ahorro
Sesenta millones de hogares en todo el mundo aprovechan la energía solar para calentar el agua que consumen. Las instalaciones solares de agua caliente y calefacción producen más energía que el conjunto de centrales eléctricas geotérmicas, fotovoltaicas y termosolares: 174 teravatios-hora anuales. Una cantidad que correspondería a la demanda de electricidad de un país como Polonia hasta el año 2020. La energía solar térmica es, junto con la eólica, el mayor motor de cambio del sector energético. También como impulsor de una mayor autonomía energética: según un estudio del Banco Sarasin, Europa podría reducir en un 30% la importación de petróleo de Oriente Medio si apostara decididamente por la energía termosolar. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Países con gran potencial en energía solar como Italia o España han descuidado potenciar dicha tecnología durante mucho tiempo.
La Directiva de la Unión Europea (UE) en materia de energías renovables menciona por primera vez la energía termosolar. Los socios comunitarios disponen de tiempo hasta junio para ultimar sus respectivas estrategias de aplicación de la norma a nivel nacional. “Se trata de una oportunidad única para impulsar una tecnología que carece de una industria asentada y de un instrumento de financiación como sería el establecimiento de una compensación por el suministro a la red de electricidad solar”, afirma Bärbel Epp, miembro del Global Solar Thermal Energy Council, con sede en Bruselas. El modelo alemán de bonificación por el cual los propietarios de viviendas reciben dinero por la electricidad solar que producen ha sido copiado docenas de veces en todo el mundo. Hasta el momento, a la energía termosolar le ha faltado un sistema de promoción unificado y de eficacia demostrada.
“El potencial de desarrollo es todavía muy grande”, explica Fawer. Sin embargo, es necesario que esos sistemas técnicamente complejos cuenten con un fuerte segmento de compradores potenciales. “Es por ello que las condiciones son especialmente buenas en los países emergentes, con la aparición de una nueva clase media”, afirma Fawer. Su banco parte de la base de que se desarrollarán nuevos mercados en Indonesia, México, Sudáfrica y Brasil. También en el sur de Europa, Estados Unidos y Australia hay perspectivas muy prometedoras.
Formar pronto a los especialistas
Las esperanzas descansan también en la India, donde la energía solar térmica aún no logró implantarse por culpa de los largos procedimientos de autorización existentes y la ausencia de campañas de publicidad. Todo ello pese a la promoción estatal y a la existencia de compradores potenciales. Según Bärbel Epp, también es importante que las empresas instaladoras y de ingeniería reciban la formación necesaria en una fase temprana. “Si eso no sucede, falta el ‘know-how’ -‘conocimiento’ necesario tanto en edificios de nueva construcción como en remodelaciones”. En ese sentido, el planteamiento de México resulta modélico: desde un primer momento, se reúne a todos los actores en torno a una misma mesa y se facilita a través de préstamos favorables que las capas sociales más desfavorecidas puedan montar sus propias instalaciones. El éxito se constata en el asentamiento obrero de Héroes de Tecamac, en Ciudad de México, donde un millar de hogares ya han instalado sistemas de energía solar térmica.
También concita mucha atención el caso de California: el gobierno del estado federal promociona desde hace más de ocho años la construcción de instalaciones termosolares, en gran parte en empresas. Algo que se corresponde con una tendencia global, asegura Bärbel Epp. “Hasta el momento, la atención se había centrado casi exclusivamente en el ámbito doméstico. Hay que saludar positivamente, también por motivos puramente ecológicos, el nuevo enfoque hacia instalaciones de mayor tamaño y hacia las empresas”.

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