Por Víctor Bravo (*).- Frente a la controversia sobre la constitución de empresas energéticas provinciales y las petroleras nacionales existen algunos datos que pueden ser de utilidad para enriquecer el debate.
YPF descubrió casi todas las reservas de hidrocarburos del país actuando en zonas que, luego, se considerarían de bajo riesgo, pero cuando las exploró YPF no lo eran. YPF fue la primera en aplicar la técnica de pozos horizontales y hacer recuperación secundaria en el país. Incluso posteriormente no se quedó atrás con la sísmica en 3D.
En materia de refinación, fue la primera en la década del ””50 en instalar unidades de conversión catalítica, en La Plata y luego en Luján de Cuyo, e incluso la primera en incorporar hidrocraqueo catalítico y construir una planta integrada de lubricantes.
Le faltó incursionar en la Plataforma Marina, pero porque no la dejaron los gobernantes militares en época de Onganía, pues en 1974 se había impulsado la compra de dos plataformas, una muy pequeña y otra jack up, a la cabeza de la tecnología en esa época. Es decir los técnicos querían experimentar y capacitarse en esta área de búsqueda de hidrocarburos, en la cual luego Petrobras tomó la punta. En otro aspecto, de política, el diseño del sistema impositivo que gravaba a los derivados de petróleo, permitió el financiamiento de gran parte del desarrollo de gasoductos, oleoductos, centrales hidráulicas y las dos nucleares.
Las fallas de la vieja YPF
Aunque los cuadros técnicos fueron excelentes, la conducción fue marcada por la presencia de partidos políticos o de militares de turno sin idoneidad. También se sumó el poder sindical con una ingerencia extrema en busca de negocios. Luego, durante la última dictadura, YPF y otras empresas estatales fueron obligadas a endeudarse en dólares, para mantener la tablita y después fueron atacadas diciendo que estaban endeudadas. Esto acompañado de una estructura tarifaria no fijada por la empresa y a todas luces insuficiente.
Ejemplos y contraejemplos
Un ejemplo de la excelencia de una empresa estatal lo brinda Electricidad y Gas de Francia. En ellas funcionan los contratos de Plan y el comportamiento casi autónomo de las conducciones, pero con rendimiento de cuentas anual al Parlamento del desempeño técnico, económico y financiero. Por otra parte la corrupción no es monopolio de las empresas públicas. Son conocidos los casos Shell y Enron. La ingerencia indebida no es aquí de la política, sino de los accionistas y/o de los gerentes a los que les preocupa sobre todo la distribución de dividendos.
Empresas Mixtas
La creación de empresas mixtas suele defenderse con dos argumentos: la carencia de tecnología, incluidos los recursos humanos, y la falta de capitales.
Sobre el primer argumento puede decirse que en Argentina, la mayor parte de las técnicas aplicadas hoy por las empresas concesionarias ya las aplicaba YPF estatal. Desde el punto de vista de los recursos humanos, casi todo el personal de las áreas operativas de las empresas concesionarias es argentino y existen varias Universidades que capacitan en esta materia.
Las carencia en materia de exploración y producción en el mar es precisamente consecuencia de las inadecuadas, para ser suaves, políticas implementadas luego de la caída de Illia y tras la muerte de Perón. Aún así, si hoy se produjera la resurrección de una empresa estatal, se pueden pagar expertos que se capaciten en esa área y enviar profesionales a capacitarse afuera.
Incluso las tareas de exploración y producción de gas natural de arenas compactas, no implican conocimientos que no tengan los profesionales locales, lo que les falta es práctica, como pasó con los pozos horizontales.
La carencia de capitales, en tanto, se solucionaría con la internalización de las rentas de los hidrocarburos y con algún financiamiento, como el del Bndes a Petrobras. A esto podría sumarse, como ocurrió en otras épocas, la emisión de bonos. En concreto: para desarrollar la política petrolera en Argentina se requerirían unos 4.000 a 5.000 millones de dólares anuales, cuando el Valor Bruto de Producción del petróleo y derivados es de unos 21.000 millones de dólares-año, calculado para 2009 con precios medios de la Provincia de Buenos Aires más las exportaciones menos las importaciones.
En consecuencia, ni la tecnología, ni el capital humano, ni la falta de capitales son una razón para constituir empresas mixtas con minoría estatal.
No rechazo la exploración, con el riesgo minero a cargo del privado, y la constitución de una asociación para extraer petróleo con mayoría del Estado y sin libre disponibilidad del crudo. Pero en esas condiciones ¿quién lo aceptará en Argentina que no fuera China? Quizás empresa pequeñas y grupos nacionales de auténticos empresarios. Pero para esto es imprescindible la existencia de una verdadera empresa estatal como fue YPF, y no Enarsa que no es otra cosa que una unidad de negocios.
Otras metas, otro destino
No hay que resignarse a no ser capaces de recuperar otro destino. Pero esto sólo será posible si se maximiza la internalización de la renta, lo que es más probable de conseguir con empresas estatales nacionales y federales, coordinando con las provincias la gestión de los hidrocarburos, que con mixtas y privadas.
Que el sector privado se dedique a proveer los equipos e insumos vinculados a los 4.000-5.000 millones de dólares anuales que deben invertirse. Hoy no se ve a las operadoras fabricando equipos de perforación, caños o plantas de tratamiento, transporte, almacenamiento y refinación.
Hoy es difícil, pero no imposible, recrear una empresa como fue YPF. Así como los liberales machacaron durante casi 60 años para destruir la vieja YPF, es necesario machacar el tiempo que sea necesario para recrear una nueva empresa estatal.
* Economista de la Energía e Ingeniero Químico (UNR). Fundación Bariloche.
La Mañana Neuquén