Las naftas y el gasoil están mezclados con un 5 por ciento de etanol y bio diésel, respectivamente, desde este año. Esa obligación dispuesta por ley implicó que ya se comercializaron 115 millones de litros de biocombustibles en lo que va del año.
Por Claudio Scaletta
Desde comienzos de año rige la ley 26.093 que obliga a mezclar naftas y gasoil con un 5 por ciento de etanol y biodiésel, respectivamente. Como consecuencia de la legislación, ya se comercializaron 115 millones de litros de biocombustibles, los que en el mercado local tienen su origen en la destilación de azúcar, en el caso del etanol, y en el aceite de soja, en el caso del biodiésel. Por ahora no se vislumbra ninguna catástrofe alimentaria como la pregonada por los críticos de los “agrocombustibles”, sí en cambio inversiones y desarrollo en nuevas plantas de producción y mezclado, no sólo en el polo aceitero con núcleo en Rosario, sino también en las zonas de producción azucarera del NOA.
De acuerdo con un informe difundido esta semana por la Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader), de los 115 millones de litros comercializados como parte del corte obligatorio, 45 millones fueron de etanol y 70 millones de biodiésel. La producción local de etanol no alcanza todavía para satisfacer la demanda de 5 por ciento de cada litro de nafta comercializado. Ello ocurre a pesar del aumento de la capacidad instalada. En el caso del bio diésel no sólo se cubre la demanda interna, sino que existen excedentes exportables.
El tamaño del mercado interno del etanol es de aproximadamente 750 millones de pesos anuales. En 2010 se estima que se abastecerán las dos terceras partes, unos 500 millones. El mercado de biodiésel es mucho más grande: 2900 millones de pesos. De todas maneras, se trata de mercados que seguirán expandiéndose, no sólo por el aumento del consumo de combustibles, sino especialmente por el aumento del porcentaje de corte. A grandes rasgos se trata de un negocio cercano a los 900 millones de dólares.
El circuito de los biocombustibles comienza con la producción y luego sigue con la comercialización a las refinerías que realizan la mezcla. La Secretaría de Energía asignó cupos para estas ventas y regula los precios. En el mercado del etanol el cupo actual es de 180,4 millones de litros y fue asignado a nueve empresas. Llegar al 5 por ciento de corte demandaría más de 280 millones de litros. A fines de este año podrían producirse unos 200 millones de litros. El mercado interno de biodiesel es casi cuatro veces mayor al de etanol y existe un excedente de más de medio millón de toneladas. Esto significa más del 60 por ciento por encima de la demanda actual, que es de unas 860 mil toneladas. El cupo interno fue asignado inicialmente a 19 empresas.
La industria de biodiesel, según describe el informe de Cader, se compone de tres tipos de empresas. El primero es el vinculado con la industria del crushing que produce aceite de soja (grandes “aceiteras”). El segundo son las “independientes grandes”, con fábricas de mucha capacidad y molienda propia. Y el tercero las “independientes chicas”, con plantas pequeñas y sin molienda propia. Como el Estado nacional decidió dar un lugar de privilegio en el mercado interno a las pymes, este tercer tipo de empresas destinan casi la totalidad de su producción hacia el corte obligatorio, mientras que los independientes grandes aportan el 46 por ciento de su producción y las grandes aceiteras participan con menos del 25 por ciento.
En cuanto a los precios, en mayo el etanol cotiza a 2,7 pesos el litro, algo así como un peso menos que la nafta súper, aunque al valor de salida de la planta productora las petroleras deben sumarle los costos de transporte, logística y mezclado. El biodiesel, en tanto, cuesta 3,01 pesos el litro, alrededor de 15 centavos menos que el gasoil.
-El Ministerio de Agricultura efectivizó la provisión de semillas y gasoil a productores del sudoeste bonaerense mediante la firma de convenios para la constitución de un Fondo Rotatorio del orden de
los 27 millones de pesos.
-La cosecha de maíz que se está levantando podría superar los 22 millones de toneladas, volumen considerado “extraordinario”, ya que se lograría a pesar de haberse recortado el área cultivada en este ciclo respecto del previo.
-La recolección de soja alcanzó a cubrir un 89,7 por ciento del área apta y, próxima a finalizar, los altos rindes se mantienen y refuerzan la proyección de alcanzar un volumen final de cosecha cercano a los 55 millones de toneladas.
Fuente: Página/12
Nueva alconafta: Asoma en el norte argentino un negocio de $712 millones
Desde este año, por una ley reglamentada en 2007, las naftas y el gasoil se despachan en el país con mezclas de biodiésel (aceite de soja) y bioetanol (alcohol de caña). El programa arrancó con un corte obligatorio inicial del 5%, pero la actual producción de etanol no alcanza a cubrir aún ese porcentaje por cada litro de nafta que sale de los surtidores. Muy distinto es el caso del agrocombustible de base oleaginosa, cuya disponibilidad supera largamente la demanda del mercado petrolero, tras la fiebre sojera.
El Tabacal tiene una cuota de producción de 50 millones de litros y San Isidro aportará otros 6 millones.
La cuota de Tabacal
Salta ocupa expectantes posiciones en ambas franjas del programa nacional de biocombustibles y en el caso del bioetanol, con sólo un proyecto en producción, en el ingenio Tabacal, participa con más de un 25% en el nuevo mercado.
Para alcanzar a cubrir el corte del 5%,deberían suministrarse hoy para su mezcla con naftas unos 22 millones de litros de alcohol de caña. A esta altura de la zafra, no obstante, los ingenios azucareros del NOA registrados como productores de bioetanol ante la Secretaría de Energía de la
Nación sólo suman alrededor de 10 millones de litros mensuales.
Desde comienzos de año, la destilería que habilitó el ingenio oranense en diciembre de 2009 -Alconoa- está entregando regularmente bioetanol a compañías petroleras locales. De acuerdo con las proyecciones actuales, esa planta entregará hacia finales de este año aproximadamente 3,5 millones de litros mensuales, que se elevarán a 4,2 millones desde la zafra de de 2011.
Se suma San Isidro
A este polo de producción del orden de los 50 millones de litros anuales, se sumará desde mediados de este año el del ingenio San Isidro, en Campo Santo, con otros 6 millones de litros al año.De la mano de las destilerías de Orán y Güemes, la participación salteña en el mercado argentino del bioetanol se ubicará cerca de los 4,8 millones de litros mensuales.
Un volumen muy cercano a los 5,1 millones de litros que aportará Jujuy con sus ingenios de Ledesma y Río Grande. En este contexto, los ingenios tucumanos que también instalaron y acondicionan destilerías esperan completar el esquema de producción de bioetanol con una cuota 12,3 millones de litros, hacia fines de 2010 y comienzos de 2011.Una vez alcanzados estos niveles
de suministro al sector petrolero, las naftas que despachen los surtidores argentinos contarán con los volúmenes necesarios de etanol que demanda el corte obligatorio del 5% previsto por la ley 26.093. Por el momento el porcentaje en las mezclas apenas promedia el 2%.
Más allá de los vaivenes iniciales del programa de biocombustibles y de los interrogantes que aún siguen abiertos acerca de las implicancias sociales, ambientales y económicas ligadas a los nuevos componentes renovables en las naftas y el gasoil, los agrocombustibles asoman con
un fuerte protagonismo en Tucumán, Jujuy y Salta.
La vuelta gradual a la alconafta concuerda con un momento en que crece el techo del potencial agrícola, cae el piso de las reservas de gas y petróleo por falta de inversiones en las cuencas hodricarburíferas y el país depende de importaciones de combustibles cada vez más onerosas y
abultadas para cubrir sus insatisfechas demandas domésticas.
El precio del litro está fijado hoy en 2,70 pesos
Con un corte obligatorio del 5%, el mercado abierto al NOA para la producción de bioetanol es de 264 millones de litros al año. Este agrocombustible obtenido en los ingenios tiene fijado hoy un precio de 2,70 el litro. Es decir que la nueva alconafta se viene con facturaciones por $712 millones anuales a nivel regional y por $151 millones sólo en Salta.
El mercado del biodiésel es mucho más grande. Según datos de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) es un negocio de 900 millones de dólares, aunque a diferencia
del bioetanol,muestra a sus principales actores jugando -por ahora- en la pampa húmeda.
Con una capacidad de producción de 2,5 millones de toneladas, la demanda actual de biodiésel en el mercado interno del país no supera con el corte obligatorio del 5% las 860 mil toneladas, de modo que en esta franja de agrocombustibles la Argentina tiene un excedente de más de 1,6 millones de toneladas.
La industria de biodiésel incluye en la primera línea a grandes aceiteras (concentran un 25% del negocio) y fábricas de mucha capacidad y molienda propia (46%). El universo de las PyME, en tanto, participa con el 29%.
En las últimas semanas, en medio de la preocupación que generaron los posibles recortes de compras de aceite de soja por parte de China, el gobierno argentino dejó traslucir rápidamente
la decisión de levantar el corte obligatorio de biodiésel en las mezclas con gasoil del 5 al 10%.
El mismo alcohol de cada día
El etanol, llamado bioetanol en el nuevo mercado de los combustibles líquidos, no es otra cosa que el alcohol que todos conocemos: el que se compra en la farmacia para desinfectar heridas, el que usan las industrias como solvente y se emplea también para elaborar bebidas y perfumes.
El etanol puede producirse a partir de varias materias primas y obtenerse -en su forma sintética- del petróleo, gas y carbón. En general, este inflamable producto se obtiene de la fermentación de granos, melazas, frutas, jugo de caña de azúcar, y su posterior destilación.
Si bien el alcohol logrado a partir de cualquiera de estas materias primas es químicamente idéntico, aunque la caña de azúcar es, entre todas ellas, la más eficiente. La mayor parte del mérito de esta alta eficiencia de la caña de azúcar le corresponde a la planta misma. La caña convierte mediante fotosíntesis la energía solar en una gran cantidad de materia, principalmente fibra, sacarosa y otros azúcares. Y esto lo hace todos los años, ya que la misma planta se cosecha y vuelve a crecer, en general durante ciclos de cuatro a ocho años en que la plantación es renovada.
El crecimiento de la productividad agrícola (se produce más azúcar que en el pasado, en una menor superficie) junto con los excedentes sistemáticos de azúcar en el mercado internacional, excluye a la caña de la discusión energía vs. alimentos.
El proceso industrial consiste en moler la caña en un trapiche y separar el jugo azucarado de la fibra. La fibra, llamada bagazo, se utiliza como combustible en calderas que producen vapor.Con él se mueven las turbinas y usinas eléctricas de los ingenios.
De los jugos se extrae la mayor cantidad de sacarosa posible (el azúcar común) y se envía el residuo, llamado melaza, a fermentar para obtener etanol. El residuo sólido de las filtraciones de los jugos es devuelto al campo y los residuos líquidos de la producción de alcohol -llamados vinazas- se concentran y se mezclan con el agua de los canales de riego como un fertilizante natural.
Para su mezcla con naftas, los ingenios azucareros comenzaron a incorporar un proceso adicional llamado “deshidratación”. La incorporación del bioetanol al mercado de combustibles propone una doble ventaja, ya que -por un lado- ganará sustentabilidad la industria azucarera y -por otro- se sumarán los beneficios ambientales y económicos aparejados al hecho de contar con un combustible renovable en los surtidores.
Admite mezclas de hasta un 25%
La Secretaría de Energía de la Nación estableció las especificaciones de calidad que debe
reunir el bioetanol para su mezcla con naftas.
Pruebas y experiencias en varios países, como Brasil, sin ir mas lejos, demuestran que el bioetanol puede ser mezclado hasta en un 25% con naftas sin necesidad de efectuar modificaciones en los motores convencionales, por lo que el 5% del régimen argentino no debiera tener ningún efecto sensible sobre el parque automotor.
Antes del régimen de biocombustibles, inclusive, el bioetanol se impuso como mejorador de octanaje y oxigenante de naftas, en reemplazo de componentes fósiles o contaminantes.
Fuente: El Tribuno