La capacidad instalada llegó al límite, pero la industria invierte a cuentagotas

Los sectores textil, refinación de petróleo, metales y edición e impresión llegan casi al 90%. El resto espera alcanzar el máximo este año. Temor por cuellos de botella

Con los sectores textiles, metales básicos, edición e impresión y refinación de petróleo a la cabeza, la industria llegó, en promedio, a una utilización de la capacidad instalada cercana al 80%, lo que la obliga a iniciar un proceso de inversiones destinado a ampliar la producción, si quiere que el incremento de la demanda no sea absorbido por mayores importaciones o deribe en un proceso inflacionario. Sin embargo, las empresas todavía no se deciden a avanzar con grandes proyectos, preocupados por el escenario político y la inestabilidad mundial.
Luego de la crisis de 2009, que condenó a las industrias a trabajar al 50% de su capacidad, la actividad se recuperó fuertemente y alcanzó –o hasta superó en algunos rubros– los niveles de 2008, previos al derrumbe financiero.
Durante el primer semestre del año, los sectores crecieron en base a la utilización de la estructura ociosa que dejó la crisis, pero el crecimiento sostenido de la demanda y las perspectivas favorables para el año próximo, sumado a la recuperación de las compras del exterior, está forzando a las empresas a tomar una decisión: o invierten para aumentar su capacidad instalada e incrementar la producción o corren el riesgo de que sean las importaciones las que den respuesta a los cuellos de botella.
Por el momento, el Gobierno está controlando los ingresos de mercadería en los sectores sensibles para cuidar la industria nacional, pero al mismo tiempo presiona a las compañías para que avancen con proyectos y sustituyan los productos del exterior.
“Según la tendencia, en los meses que siguen quedará consolidado el cierre de la brecha abierta por la crisis internacional. Una vez cerrada, el desafío radicará en retomar una senda de crecimiento sustentada en inversiones productivas y ampliaciones de capacidad, lo cual comienza a observarse ya en algunos sectores”, sostuvo la UIA en uno de sus últimos informes.
Fuentes de la central empresaria ratificaron que las firmas desempolvaron los planes de inversión frenados por la crisis de 2009 y que pese a la incertidumbre y la pérdida de competitividad provocada por una inflación del 25% anual y un dólar planchado en términos nominales, “las industrias acompañarán el crecimiento de la demanda”. Como es lógico, ello generará, dijeron las fuentes, una ralentización del crecimiento de la actividad.
De todas maneras, el economista de Abeceb Dante Sica advirtió que “en los sectores en los que hay una alta utilización de la capacidad, no se ven grandes proyectos de inversión para incrementarla 15% o 20%”. En este grupo ubicó a los textiles, el sector de calzado o las firmas alimenticias, por ejemplo.
Según datos del Indec, el uso de la capacidad en el rubro textil se encuentra en 89,5%; el de metales básicos, 87,8%; refinación de petróleo y edición e impresión, 86,7%; papel y cartón, 79,4% y productos plásticos y caucho, 76,4%. Con 65,7%, la industria del tabaco es la que más capacidad ociosa tiene, según las estadísticas oficiales. La industria automotriz, por su parte, está utilizando 70% de su potencial, aunque algunas plantas se encuentran al límite y están realizando inversiones para ampliarse, aseguró Sica.
Dentro del sector automotriz, el rubro autopartista también está con una alta utilización de su capacidad, pero las inversiones que se están realizando son muy pocas, aseguraron fuentes del sector, que explicaron que “hoy las prácticas comerciales de las terminales desincentivan la producción”. En este caso, las importaciones están creciendo fuertemente.
Cronista Comercial