Desastre más serio ocurrió en el 2000
A consecuencia del último derrame en el río Marañón por la Pluspetrol, la organización Mundo Azul hizo una recopilación de los derrames de hidrocarburos desde 1995 a la fecha y donde muestra la dimensión de los daños producidos, la mayoría de estos hechos ocurridos en la cuenca del río Marañón; el informe contabiliza 67 derrames de petróleo y sus derivados que han afectado a miles de personas, y contaminado suelos, aguas y el litoral peruano.
Uno de los desastres más serios sucedió el dos de octubre del 2000 cuando más de 5,500 barriles de crudo se derramaron sobre el río Marañón, también por responsabilidad de Pluspetrol.
En esa ocasión el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana concluyó que la fuga de combustible produjo un impacto ecológico para los próximos 20 años.
También reporta que en mayo de 2006, un alud cayó sobre el Oleoducto Nor Peruano y provocó un derrame de crudo que Petroperú minimizó y reportó una cantidad ínfima (100 barriles) sin daños colaterales en el río Marañón ni adyacentes.
Sin embargo, pobladores de la zona afectada refirieron que el derrame iniciado a las 11 de la noche del 7, recién fue atendido por un equipo el día 9, cuando la mancha negra del crudo avanzaba de la desembocadura del río Nieva hacia Saramiriza, aproximadamente a 180 kilómetros de distancia.
La Federación de Comunidades Nativas del río Corrientes – FECONACO responsabilizó a la empresa Pluspetrol de más de 40 derrames de petróleo. El informe está actualizado hasta el 22 de junio de este año, fecha en que ocurre el derrame de más de 400 barriles de petróleo en el río Marañón, aunque no cree que esté completo.
Diario La Región
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La selva muerta
Por Javier Lizarzaburu.- La gran ventaja de la deforestación, si es que tiene alguna, es que se la ve. Esos vacíos en plena selva no se pueden esconder. Pero ¿qué está pasando con las selvas muertas? Nadie las ve, nadie las conoce pero son señal de una selva en extinción.
Los científicos ya le han dado un nombre: el Síndrome de los Bosques Vacíos. Esto significa que las selvas se están sin animales, y no pueden cumplir su función para mantener el balance ecológico.
La selva, o partes de ella, está enferma debido a la sobreexplotación de sus recursos y a la caza y pesca excesivas. Y esto tiene un impacto económico y ecológico.
El asunto, le explica a BBC Mundo José Álvarez, del Instituto de Investigaciones Amazónicas del Perú (IIAP) en Iquitos, es que “la selva va a desaparecer tal como la conocemos, si sigue esta situación. Se hará más susceptible a los efectos del cambio climático”.
Impacto económico
“Lo más preocupante es que nadie está evaluando esto en el Perú”, le dijo a BBC Mundo José Luis Capella, abogado de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), en Lima.
“Ni siquiera se tiene idea de cuán extenso es este problema”, añadió.
Lo que sí se sabe es que, a nivel local, han disminuido dramáticamente los medios de subsistencia y los recursos para la población local.
El paiche, el gran señor del Amazonas, uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo que durante siglos alimentó a las poblaciones ribereñas, hoy está en peligro de extinción.
Impacto ecológico
El equilibrio de los bosques está alterado porque han desaparecido especies clave. Millones de árboles sueltan sus frutos al suelo y no hay animales que dispersen las semillas que contienen. Por lo tanto, estos árboles no se reproducen.
Esto quiere decir que en una generación más, muchas especies de árboles habrán desaparecido y habrán surgido otras diferentes.
Uno caso emblemático es la caoba, porque ahora está ecológica y económicamente extinta. Ya no se exporta. El cedro está en similar situación.
Pero el asunto de fondo en este panorama es que el ecosistema va a quedar tan debilitado que va a ser más sensible al cambio climático, más susceptible a incendios forestales, por ejemplo.
Un problema es que “los efectos no se ven como en la deforestación”, señala Capella y añade que “el problema va a ser para nuestros hijos y la gente de los bosques”.
Los responsables
Para Capella, si hay un responsable: “definitivamente es el Estado, por promover hasta hoy una economía que sólo tiene en cuenta el beneficio económico”.
En el caso de las concesiones mineras y de hidrocarburos, por ejemplo (el 75% de la Amazonía peruana ha sido concesionada al sector hidrocarburos), “los estudios de impacto ambiental dejan mucho que desear”.
Según le dijo a la BBC, esto se produce porque esos estudios se limitan al impacto directo de sus actividades, “pero no ven cómo su actividad puede tener un impacto sobre la fauna y la flora”.
Sin embargo, las autoridades peruanas en repetidas ocasiones han insistido en estar decididas a apoyar el desarrollo de la Amazonía y las comunidades que ahí viven.
En contra de intereses
Lo que sostienen las fuentes consultadas por BBC Mundo es que hay formas de generar riqueza y prosperidad en la Amazonía sin destruir el entorno.
Pero “tomar una decisión de manejo es polémico”, dice Álvarez, porque va en contra de los intereses de los que hacen mucho dinero con la sobreexplotación de los recursos.
Quizás la mejor opción -sostiene- es trabajar con “comunidades locales organizadas, capacitadas y apoyadas técnica y financieramente para que puedan conservar y manejar de forma sostenible la Amazonía y puedan contribuir al desarrollo sostenible de la región”.
BBC Mundo