Un pequeño gigante expresó su intención de invertir más de u$s100 millones en campos fértiles para proveerse de cereales, soja y ganado. No descarta alianzas, aunque cuenta con más de u$s1.000 millones para quedarse con la empresa que desee. La preocupación de funcionarios y productores locales.
China, India, Arabia Saudita. El interés y el desembarco directo de países que caen rendidos ante la riqueza natural de la Argentina tiene nombres y apellidos muy conocidos.
Petróleo, minerales y agricultura, entre otros tantos bienes con los que cuenta el país, se han convertido en un fuerte imán que atrae a una gran cantidad de inversores foráneos.
Y a la larga lista de naciones que ya han puesto el ojo en el ámbito local ahora se suma un nuevo protagonista: Qatar.
¿Quién este pequeño gigante con pretensiones concretas? Es un emirato del Oriente Medio, emplazado en un territorio de apenas 11.000 kilómetros cuadrados, algo así como la mitad de la provincia de Tucumán.
Entre otras particularidades, es poseedor de la tercera reserva de gas del planeta y uno de los principales productores de crudo del mundo.
Precisamente el poderío económico que le asegura su riqueza en hidrocarburos es lo que le ha permitido motorizar sus incursiones fuera de sus fronteras desde 2008 a esta parte.
Su interés específico radica en hacerse de tierra fértil. Y su objetivo es el de producir alimentos para una población cuya subsistencia depende, casi por completo, de la importación de toda la comida que consume.
Con graves problemas para producir soja o trigo, dadas las características desérticas de su suelo, Qatar enfrenta un difícil obstáculo, como lo es la falta de agua, que le impide impulsar la agricultura en territorio propio.
De ahí que la búsqueda de alimentos se haya constituido en un eje fundamental de su política. Y esto alcanza no sólo a los empresarios de ese Estado, sino también al sector gubernamental qatarí.
En esa dirección, y tras una serie de polémicas compras de territorio en África, el gobierno que encabeza el emir Hamad bin Kalifa Al Thani, poco a poco, ha ido posando sus ojos en la variedad y cantidad de recursos presentes en Sudamérica.
Y dentro de la región, Argentina aparece como el lugar que más satisface las demandas de materias primas que requiere ese Estado.
La condición de “plaza ideal” para la producción de alimentos es lo que motivó que el director del Programa Nacional de Seguridad Alimentaria de Qatar, Mahendra Shah, efectuara una declaración que encendiera otra luz de alerta entre quienes promueven leyes que frenen la extranjerización de la tierra argentina.
“Qatar está en conversaciones con Argentina y Ucrania para comprar tierras agrícolas destinadas a la producción de cereales”, aseguró el funcionario.
Inicialmente, “estos acuerdos demandarán inversiones por más de 100 millones de dólares en cada caso”, agregó Shah.
El funcionario precisó: “Estamos en negociaciones con ambos países, ya que encontramos buena predisposición a que nos vendan sus tierras para cultivar cereales”.
El brazo económico
La política de expansión en búsqueda de alimentos y materias primas que lleva adelante Qatar es coordinada por un fondo establecido en el año 2008 por la Autoridad de Inversiones del país árabe.
El brazo económico de las incursiones qataríes en el exterior lleva el nombre de Hassad Food, y cuenta con un capital que supera los 1.000 millones de dólares.
El fondo dio a luz cuando hace dos años, una escalada en los precios de los alimentos a nivel internacional obligó a los Estados petroleros ricos, y a naciones como China y Corea del Sur, a buscar suministros adicionales de cereales y tierras agrícolas fuera de sus continentes.
Según aseguró Shah en más de una oportunidad, Hassad Food tiene previsto invertir, sólo este año, casi u$s 700 millones, en proyectos de explotación agrícolas en otros países.
Pero más allá de esa cifra, el funcionario remarcó que el fondo cuenta con absoluto respaldo y flexibilidad para aumentar sus recursos financieros, de acuerdo al momento y la oportunidad.
Precisamente en su sitio online, Hassad Food, adelanta que tiene como objetivo cerrar hasta seis tratos de provisión de alimentos por año. Y reafirma que “está explorando en África y América latina para establecer empresas conjuntas o directamente comprar compañías, con el fin de llevar a cabo desarrollos en la tierra”.
“Hassad Food tiene como objetivo concluir acuerdos con Argentina para antes de fin de año, centrándose en la explotación de trigo, maíz, soja, azúcar y ganado”, precisa el fondo en su portal Web.
De acuerdo a fuentes de la seccional bonaerense de la Federación Agraria Argentina (FAA), la provincia de Buenos Aires aparece claramente como la primera plaza donde Qatar prevé concretar la compra de campos fértiles.
“De más está decir que no apuntan a cultivar para vender en el mercado interno, sino para llevárselo a su país. Entonces necesitan tener un puerto cerca, para poder trasladar lo que cultiven”, señaló el vocero consultado.
Como ya se mencionó, en los últimos meses Qatar viene recibiendo fuertes críticas por mostrarse como un país rico en petróleo que compra tierras en otros territorios del planeta “prácticamente adrede”, tal como señalan distintas ONG internacionales.
Entre la estrategia y la preocupación
Consultado respecto del movimiento de este tipo de capitales, Jorge Castro, analista internacional y director del Instituto de Planeamiento Estratégico, indicó a iProfesional.com que “las inversiones de este tipo de países nunca son al azar, y siempre se realizan bajo un sentido estratégico. Por la riqueza natural, tanto Argentina como la región, serán vitales para lo que será el consumo de los principales mercados del mundo en los próximos 20 o 30 años”.
Desde Abeceb.com, el economista Mariano Lamothe ya había sostenido que es esperable que capitales árabes ganen presencia rápidamente “gracias a las reservas económicas que mantienen por el precio del petróleo”.
“Como ya viene sucediendo, van a tratar de asegurarse el autoabastecimiento alimenticio. A lo largo de la historia siempre ha funcionado así. Es la primera necesidad. Luego pondrán el énfasis en la cuestión energética. No importa que tengan que invertir en transporte para mover las materias primas. Cuentan con el capital para hacerlo. Y, como ya se dijo, les conviene más comprar tierra y producir por su cuenta que adquirir el producto en el mercado”, afirmó el analista, en una reciente charla con iProfesional.com.
Recientemente, Pablo Orsolini, diputado nacional de la UCR por el Chaco y autor de uno de los proyectos, vinculados con la necesidad de establecer algún tipo de control a la extranjerización de la tierra, expresó a iProfesional.com su preocupación respecto de esta inminente nueva avanzada sobre los recursos locales.
“Hay mucha inquietud por el anuncio de Qatar, y la conocida intención de Arabia Saudita de comprar territorio en la Argentina”, sostuvo.
Por el lado de la FAA, Omar Príncipe, secretario gremial de la entidad y titular de la Comisión de Tierras de la federación, hizo también hincapié en la “preocupación” que ya alcanza a algunos productores del interior. Y sostuvo que India es otro de los países que mantiene conversaciones con dueños de estancias para adquirir tierras.
“El motor es siempre la demanda de alimentos. Como no los pueden producir en sus países, salen a comprar tierras de Argentina. Generan la cadena de valor, y se llevan el producto. Ni siquiera el trabajo de manufactura y mano de obra quedará para los argentinos”, comentó a iProfesional.com.
Príncipe sostuvo: “Ahora más que nunca hay que avanzar con una política pública que frene estos avances. Sino, el resultado será que las empresas extranjeras terminarán produciendo alimentos para cubrir sus necesidades y las de otros países usando nuestros recursos”.
El potencial argentino no decae
Conocido desde hace tiempo como el país “granero del mundo”, el suelo argentino sigue siendo señalado a nivel global como uno de los más ricos y fértiles del planeta.
Una reciente investigación del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) volvió a poner el nombre de Argentina entre los Estados con mayor cantidad de recursos vitales para la supervivencia de la humanidad, de cara a los próximos siglos.
En la actualidad, el país está dentro de los diez del mundo con mayores recursos naturales, lo que permite contar con capacidad para generar alimentos y luchar contra el calentamiento global.
El dato no es menor, si se tiene en cuenta que para 2030 la humanidad necesitará de dos planetas, y en 2050 de casi tres, para satisfacer las demandas de consumo de recursos naturales.
Estas cifras se conocieron recientemente, cuando se difundió el informe Planeta Vivo 2010, realizado por el citado Fondo Mundial para la Naturaleza, la Sociedad Zoológica de Londres y la Red de la Huella Global.
El documento recopila datos de 150 países de las últimas cuatro décadas demostrando que la demanda de recursos naturales ha aumentado a nivel global un 50%, mientras que la salud de los ecosistemas ha disminuido un 30 por ciento.
En este contexto, la Argentina cumple un papel primordial: se encuentra novena entre las diez naciones que totalizan más del 60% de la capacidad de la Tierra de producir estos recursos y proveer servicios ambientales, detrás de Brasil, China, Estados Unidos, Rusia, la India, Canadá, Australia, Indonesia y por delante de Francia.
Patricio Eleisegui
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