Repsol lista para abrir pozos en la “última casa” de la nación Guaraní Simba.
La petrolera Repsol iniciará estudios de prospección sísmica 3D en el bloque Caipependi del chaco chuquisaqueño, afectando directamente a la TCO del pueblo guaraní Tentayape, declarado Patrimonio Histórico Cultural y Natural de Bolivia. Las capitanías guaraníes de la zona advirtieron que no permitirán ninguna actividad petrolera en su territorio.
“La fiebre del oro negro” amenaza a la comunidad indígena de Tentayape, vocablo guaraní que significa la “última casa”, y que constituye la semilla de la nación Guaraní Simba, alerta el Centro de Estudios y Apoyo al Desarrollo Local (CEADL) en un reportaje publicado en el Boletín N.3 del Observatorio Boliviano de Recursos Naturales. [1]
A esa comunidad guaraní no llega ninguna carretera asfaltada y tampoco hay iglesia o escuela, por decisión de los mismos habitantes, que han logrado conservar casi intactos su idioma, vestimenta y sus tradiciones originarias heredadas de sus antepasados, resalta el reportaje titulado “La fiebre del oro negro amenaza a Tentayape”.
A lo largo del río Igüembe viven cerca de 500 personas que comparten un territorio de 21 mil hectáreas celosamente resguardadas, donde practican diariamente costumbres tradicionales y una forma de vida armónica con las montañas, las plantas y los animales.
En la comunidad no hay maestros: los tentayapeños saben cómo educar a sus hijos; no hay iglesias: ellos saben agradecer a sus dioses. El conocimiento de los códigos y símbolos de la naturaleza y su relación con la tierra permite al médico tradicional identificar las enfermedades.
Los guaraníes de la zona se reúnen a lo largo del día bajo el algarrobo, o alrededor del fuego durante la noche, sin gritos, cada uno expresándose con una voz tranquila. Sus casas no tienen puertas, no existen la violencia ni la delincuencia, no se pega a los niños y no hay mendigos. Comparten lo poco o mucho que tienen y respetan los valores esenciales del ser humano, describe el CEADL.
Para los guaraníes es de suma importancia que llueva en su tiempo y que crezca el maíz, la base de su alimentación. En tiempos de cosecha, cada uno participa del esfuerzo colectivo y sabe cuál es su rol. Luego dividen el maíz entre todos; se entrega una parte a los enfermos y a los mayores que no pueden ayudar más en el campo, y se guarda otra parte para alimentar a los animales, pollos, chanchos, gallinas.
Los guaraníes de Tentayape celebran la vida y la Madre Tierra cantando. Para entrar al monte piden permiso al Iya, cuidador del bosque y dueño de la naturaleza, de los animales, del viento, del agua y de los árboles. Para ellos los árboles, denominados Kaapo, son como personas y tienen vida. Sólo pueden cortar un árbol con fines de uso familiar o comunitario; nunca para un uso personal o inútil.
En pleno siglo XXI, los tentayape demuestran en la práctica que otro mundo y otro modelo de desarrollo sustentable, con solidaridad, con verdadero intercambio con la Madre Tierra y con dignidad cultural, son posibles. En esta comunidad, el “bien estar” no es un discurso sino una vivencia profunda, destaca el CEADL.
Por la “preservación cultural intacta en relación a su origen y el trabajo de reafirmación de su cultura, su historia y la conservación de su idioma de forma autóctona”, esta comunidad guaraní ha sido declarada Patrimonio Histórico Cultural y Natural de Bolivia mediante Ley de la República N. 2921 del 26 de noviembre de 2004.
Los tentayape enfrentan a un consorcio petrolero
Los tentayape corren el riesgo de convertirse en indígenas neo cautivos por las petroleras, pese a que cuentan con títulos ejecutoriales de su TCO de poco más de 21 mil hectáreas. Ya han tenido tiempo de conocer y de denunciar los graves impactos de las prácticas petroleras en el territorio que ocupan ancestralmente.
La estatal YPFB ha suscrito un contrato de operación con el consorcio Repsol YPF Bolivia SA. (37,5%-Operador), BG (37,5%) y PAE E&P Bolivia (25%) para la exploración y explotación de reservas de gas en el bloque Caipipendi, que abarca casi 700 mil hectáreas en los departamentos de Tarija y Chuquisaca.
Este bloque petrolero se superpone a las TCOs Itika Guasú y Tentayape, así como al Parque Nacional Aguaragüe. Los funcionarios del Ministerio de Hidrocarburos no supieron explicar por qué el área fue clasificada en la categoría 2, de impacto moderado, siendo un territorio comunitario de origen.
En 2004, Repsol realizó la primera prospección sísmica en ese territorio indígena, sin consultar a sus legítimos dueños. “Habían llegado un día aquí a la casa de un comunario y con unas dos o tres autoridades nomás se han encontrado y les han hecho firmar un documento, que lo han hecho pasar como consulta, como autorización del Estudio de Evaluación de Impactos Ambientales…”, recuerda el asesor indígena Yariguira Cañani Iguanday.
“La comunidad se sintió invadida y convocó a la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), a la Central Indígena del Oriente Boliviano y a la Cruz Roja Suiza para evitar la entrada de esta empresa”, rememora el delegado de la Cruz Roja Suiza en Bolivia Eduardo Lambertin.
Para los tentayapeños, acostumbrados a reglamentar el uso de los recursos naturales en comunidad, cada pozo petrolero es una herida a la tierra y es imposible vivir con heridas tan profundas. Son conscientes de los peligros que enfrentaban porque ya habían visto las consecuencias de las actividades hidrocarburíferas en otros territorios indígenas. Temen que la prospección hidrocarburífera afecte a los bosques, a los sembradíos y sobre todo a las fuentes de agua tan escasas en la región. [2]
Los guaraníes tomaron contacto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Suiza, con la Organización de Naciones Unidas (ONU) y con parlamentarios indígenas de Bolivia para articular una campaña de denuncia a escala nacional e internacional. Luego lograron la aprobación de la ley que declara a Tentayape como Patrimonio Nacional Histórico y Natural del Pueblo Guaraní, con el apoyo del entonces diputado opositor Evo Morales.
En su lucha por el territorio, los guaraníes tuvieron que batallar contra enemigos internos. Y es que el petróleo no solo contamina tierras y fuentes de agua sino también a la gente. “Cuando hay movilizaciones la empresa mete plata y compra a la gente… Hemos tenido problemas dentro de la comunidad porque algunos se han ido a trabajar con la empresa… y algunos se dejan vencer con un poco de dinero”, lamenta Yariguira Cañani Iguanday.
“Los de la empresa Repsol les estaban pagando plata a una parte de la gente de Tentayape nada más que para hacernos pelear, y casi han dividido a la comunidad. Esto ha sido casi la batalla entre nosotros, pero la petrolera entró sin consulta y ahí ha fracasado”, dice el asesor Cusaire Yarica Choide.
Al final, la efectiva movilización indígena impidió la instalación de pozos, la empresa tuvo que salir de ese territorio y los indígenas de Tentayape se convirtieron en un referente en América por su firme decisión de mantener su modo de vida y su estatus de Iyambaes, es decir de “hombres libres y sin dueño”.
La lucha por la dignidad y la autodeterminación cultural de los Guaraní Simba parecía ganada, pero la fiebre del petróleo amenaza nuevamente con destruir su territorio, señala el reportaje “La fiebre del oro negro amenaza a Tentayape”.
Repsol contraataca
Repsol, que es concesionaria del Pozo Margarita, contiguo a la comunidad de Tentayape, consiguió el permiso del Municipio para iniciar trabajos en la zona.
En breve se iniciarán estudios de prospección sísmica 3D en los bloques Iñao, Caipependi y otros ubicados en la zona Igüembé, informaron representantes de Repsol el 20 de septiembre de 2010, en una reunión con capitanes de la TCO Tentayape, representantes de la APG, del Consejo de Capitanías de Chuquisaca, personeros del gobierno, de Derechos Humanos y del Defensor del Pueblo.
YPFB confirmó el viernes que Repsol firmó un contrato con la empresa Techint para la construcción y montaje de líneas de recolección y evacuación en los campos Margarita y Huacaya, dentro del área Caipipendi. Repsol calcula que la primera fase del desarrollo de los campos demandará una inversión de alrededor de 500 millones de dólares. (ABI)
El contrato contempla el desarrollo de la ingeniería de detalle, la gestión de compras y suministros, así como la construcción de las líneas de recolección, que servirán para transportar el gas y condensado desde los pozos hasta la planta de procesamiento. También incluye la construcción de instalaciones de superficie para acondicionamiento del fluido de los pozos.
Para el gobierno boliviano el proyecto Caipipendi es una de las prioridades para consolidar y apuntalar al sector de los hidrocarburos y para cumplir el compromiso de entregar mayores volúmenes de gas natural a Argentina, informó el presidente de YPFB Carlos Villegas.
En respuesta, los capitanes de las comunidades Caratindi, Pentirenda, Tartagalito, Los Naranjos e Iticupe emitieron un voto resolutivo en el cual anuncian que no permitirán actividades petroleras en la TCO Tentayape ni en toda la zona de la Capitanía Igüembé. Recalcaron que cualquier tipo de intervención de estos territorios indígenas consolidados sin previa consulta pública constituye una flagrante violación de la Constitución Política del Estado.
Los capitanes anunciaron que exigirán al gobierno la promulgación de un decreto que clasifique sus TCO en la Categoría 1, de impacto fuerte, como se considera a otras TCOs, a las áreas protegidas, reservas naturales y a los parques naturales.
Los comunarios criticaron a funcionarios del Ministerio de Hidrocarburos por su posición ambivalente y de sometimiento a las corporaciones transnacionales, pues parecería que lo único que les interesa es garantizar las compensaciones que pagaría la petrolera a las comunidades, y no así defender a las TCO.
Notas:
[1] www.ceadl.org.bo
[2] En 2005, la APG publicó los resultados de un monitoreo ambiental realizado por sus comunidades entre mayo de 2004 y marzo de 2005, denunciando la erosión y deforestación provocada por la construcción de gasoductos, la contaminación de aguas, derrames de aceite y hasta la muerte de un joven atropellado por un vehículo de Repsol.
El legajo socio-ambiental de Repsol incluye además las exploraciones sísmicas al interior del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Securé (TIPNIS), provocando numerosas contravenciones y pasivos que no fueron remediados ni atendidos. El consorcio español argentino enfrenta numerosas denuncias de comunidades indígenas afectadas por las operaciones en el mega campo Margarita y en el campo Huacaya. Auditorias realizadas en 2006, y publicadas este año por el CEADL y el Observatorio, demostraron el elevado grado de incumplimiento de las normas e instrumentos ambientales, por ejemplo en las operaciones en los campos Cambeiti e Itatique.
Este nefasto consorcio también planea ingresar al Parque Nacional Madidi, en el norte del departamento de La Paz, una de las áreas protegidas más importantes por su riqueza biológica, y declarado por la revista National Geographic como uno de los lugares con mayor interés turístico del planeta. Sin embargo, el Ministerio de Hidrocarburos intenta flexibilizar la norma ambiental para viabilizar la exploración y explotación petrolera en los bloques Río Hondo y Tuichi, concesiones convertidas a zonas con contrato de operación a cargo de Petrobras y Repsol. Estas exploraciones no solo afectarán el Parque Madidi, sino también una parte de la Reserva y TCO indígena Pilón Lajas.
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