Por Raúl Dellatorre. YPF y Petrobras se habían anticipado a la resolución. Ayer las siguió Shell y se esperaba que Esso también. La suba promedio es del 6 por ciento. Estiman que el abastecimiento en las estaciones de servicio se normalizará en pocos días.
La Secretaría de Comercio dejó sin efecto ayer la resolución 295 de agosto pasado, que había dispuesto el congelamiento de los precios de los combustibles –en todos los eslabones de la cadena de comercialización– a los vigentes al 31 de julio. La medida se publicó días después de que YPF resolviera un aumento de alrededor del 6 por ciento en sus combustibles y Petrobras la siguiera, un par de días más tarde, con un incremento similar, sin que esto provocara ninguna reacción oficial. Ayer, tras conocerse la medida de Comercio –publicada en el Boletín Oficial por la mañana–, la empresa Shell informó un aumento de sus precios de pizarra similar y se esperaba que, en pocas horas más, Esso hiciera lo propio. El nuevo cuadro de situación garantizaría el abastecimiento del mercado durante las fiestas, según confiaban ayer fuentes oficiales.
En sus considerandos, la resolución 543/2010 de Comercio justifica la medida adoptada en agosto por la necesidad de “lograr la estabilidad en los precios”. El cambio de postura, a su vez, se explica porque “en la actualidad se advierte que no se encuentran configuradas las mismas condiciones de comercialización vigentes (al momento de aplicar la resolución 295), por lo cual corresponde derogar la misma”.
Los nuevos precios de Shell en la Capital serán, a partir de hoy, de 4,899 pesos por litro para la Nafta V Power, 4,149 pesos la Súper, 4,499 pesos para el gasoil V Power Diesel y 3,789 pesos el Fórmula Diesel, que representa el incremento porcentual más importante (7,1 por ciento). El resto de los aumentos oscila entre el 5,4 y el 6,4 por ciento.
Los faltantes de naftas y gasoil se fueron agravando en los últimos días, con regiones, principalmente del nordeste, insuficientemente abastecidas y víctimas de una psicosis respecto de la posibilidad de que no hubiera naftas durante las fiestas. En la ciudad de Corrientes, el titular de la Cámara de Estaciones de Servicio de la provincia, Carlos Gold, llegó a advertir en las últimas horas que “en los próximos días se agudizará el faltante de gas; ayer (por el lunes), la situación fue crítica en la ciudad, sin distinción de bandera. Lo aconsejable es mantener el tanque lleno antes de las fiestas”. La advertencia fue seguida por una corrida de los automovilistas hacia los surtidores, que agotó rápidamente las existencias en algunos puntos de venta y, en otros, provocó colas de varias cuadras. Otro tanto sucedió en Clorinda, provincia de Formosa, donde de las cuatro estaciones existentes sólo una mantenía el expendio.
Tanto antes como ahora, después de los aumentos, el diferencial de precios entre la Capital Federal y las provincias es notable y escasamente justificable. Dicho salto llega a casi 50 centavos por litro en el caso de la súper o la nafta Premium.
Los temores al desabastecimiento venían alentados por el conflicto con los petroleros patagónicos, que recién se resolvió el sábado pasado. Pero mientras se mantuvo vivo, clausuró la boca de salida del crudo por mar al ser tomada la planta de almacenaje y embarque Termap, en Caleta Córdova. Ayer, al comunicar el aumento, Shell estimó que el abastecimiento recién podría normalizarse en diez días, debido a los atrasos en refinería por la interrupción de las salidas del crudo desde el sur.
YPF y Petrobras, que se adelantaron al descongelamiento de precios, fueron normalizando paulatinamente su distribución a partir de los respectivos aumentos. Al no tener un diferencia de precios en su favor, evitaron la demanda excesiva de los automovilistas. No se pudo confirmar, en tanto, si existió algún compromiso de estas empresas para importar combustibles con el cual completar el abastecimiento interno.
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